La sarna o escabiosis es una infestación parasitaria de la piel altamente contagiosa provocada por el ácaro Sarcoptes Scabiei variedad Hominis. Aunque tradicionalmente era considerado un parásito propio de zonas hacinadas o regiones con saneamiento deficiente, desde hace unos años este pequeño ácaro campa a sus anchas por los domicilios ibicencos.

Aportemos algún dato a esta distopía. En las consultas de dermatología del Grupo Policlínica durante los meses de septiembre, octubre y noviembre del 2020 se diagnosticaron un total de 101 pacientes con sarna. Esta llamativa cifra no incluye los casos diagnosticados por el servicio de dermatología del Hospital de Can Misses, ni la sarna tratada por los médicos de familia o las urgencias hospitalarias al no existir registros; lo cual nos debería hacer reflexionar sobre la magnitud real de este problema. Otra cifra remarcable es que el 67% de los contagios se dieron en menores de 18 años, siendo los adolescentes y los niños el principal caballo de Troya para disgusto del resto de la unidad convivencial. Entre las situaciones de mayor riesgo de contagio se encuentran las noches compartidas en casas de amigos y los intercambios de ropa, que se mantienen como costumbres tozudas entre los adolescentes.

Todo comienza a raíz de un contacto estrecho con la piel de una persona infectada o con alguna prenda de ropa, toallas, sábanas o cualquier tejido que haya usado en los últimos 3-5 días. En ese momento, la hembra del ácaro se aferra a nuestra piel y comienza a labrar un túnel en su capa más superficial de entre unos milímetros y dos centímetros de longitud. Tras esto, la hembra deposita de 2 a 3 huevos diarios durante una esperanza de vida media de 30 a 60 días. Dichos huevos eclosionan al cuarto día y su larva emerge a la superficie para madurar y reproducirse, generando después nuevos túneles y así sucesivamente. Para la persona afecta, este proceso es imperceptible hasta la segunda o sexta semana, cuando su sistema inmune comienza a reaccionar contra el ácaro y sus productos de desecho, provocando un picor intenso por todo el cuerpo que empeora por las noches. Para entonces la infestación ya está desarrollada y ha podido contagiar al resto de convivientes.

¿Cómo sé si tengo sarna?

El cuadro más típico será la presencia de puntos rojizos o vesículas (burbujas de pequeño tamaño) que pican mucho en manos, muñecas, brazos, codos, axilas, zona genital o pies. Este picor serás más intenso por las noches, pudiendo incluso impedir la conciliación del sueño.

¿Qué debo hacer?

Ante cualquier sospecha, lo primero es buscar asistencia sanitaria para el diagnóstico y tratamiento, siendo lo más empleado la permetrina en crema al 5% y la ivermectina oral en cápsulas. También será necesario tratar a todos los convivientes y contactos estrechos como amigos, cuidadores, novietes... Estos tratamientos se deberán repetir en varias ocasiones puesto que los huevos del ácaro son resistentes al mismo. Además, deberíamos limpiar diariamente a 60ºC todas las prendas empleadas por el afectado y su familia mientras dure el tratamiento, lo que podría durar entre dos y 4 semanas en el mejor de los casos, con su consecuente esfuerzo, tiempo y gastos de luz y agua asociados. Como precaución, las prendas del afectado deberían lavarse separadas de las del resto de la familia. En el caso de los tejidos delicados, como alternativa al lavado podrían aislarse en bolsas de plástico hasta la muerte del ácaro, lo que durará entre tres y siete días según las condiciones meteorológicas (mayor supervivencia en medios húmedos y cálidos). De forma adicional podríamos emplear en las duchas jabones de azufre o con extracto del árbol del té verde, que presentan propiedades acaricidas descritas, aunque sin haberse demostrado su utilidad en ensayos clínicos de calidad.

En definitiva, la sarna continúa muy presente en la actualidad y puede afectar a cualquier ciudadano. Debemos desmitificar su origen incorrectamente atribuido al polvo, la mugre o los animales. Una vez contraída, es necesario consultar al médico y seguir concienzudamente el tratamiento, las recomendaciones de higiene y evitar el contacto físico en la interacción social. Dejando las vergüenzas al margen, los contactos estrechos deberían ser avisados, pues la colaboración será imprescindible para frenar la cadena de contagio y erradicar el parásito. Salud y buena suerte.

¿Me ha contagiado el perro?

La sarna humana se transmite entre personas, los perros cuentan con su propia variedad de sarna que no reside en la piel humana. En principio, no sería necesario tratar a las mascotas.

¿Puedo ir al colegio o al gimnasio?

Se recomienda evitar la asistencia a clases o actividades colectivas donde exista un contacto físico, al menos hasta haber realizado un día de tratamiento.

¿Puedo ir a casa de un amigo?

No se recomienda acudir a otros domicilios ni acoger a personas ajenas a la unidad convivencial hasta que haya finalizado el tratamiento.