Una de cada cinco personas recurre a remedios caseros sin validez científica, como el bicarbonato o tomar leche, para solucionar síntomas relacionados con el reflujo esofágico, lo que puede dificultar su diagnóstico y tratamiento, según la encuesta 'Mitos sobre la protección esofágica y reflujo', realizada por el Instituto #SaludsinBulos a 1.200 personas, con el aval de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

"Uno de los grandes problemas del reflujo gastroesofágico, es que los pacientes no lo ven como un síntoma, sino como una situación molesta y se automedica de forma repetida o utiliza otro tipo de remedios caseros o remedios milagro que no tienen ninguna eficacia. Por lo que cuando llegan a las consultas llevan incluso años con los síntomas", ha asegurado la coordinadora del Grupo de Trabajo de Aparato Digestivo de SEMERGEN, Mercedes Ricote.

La mayor parte de los bulos encontrados "se relacionan con remedios caseros o la toma de determinados suplementos para tratar los síntomas o evitar su agravamiento", ha comentado el coordinador del Instituto #SaludsinBulos, Carlos Mateos. "Es importante advertir sobre la importancia de distinguir la información veraz cuando nos referimos a una patología que puede traer graves consecuencias de no ser tratada o por tratarla de forma inadecuada, y por supuesto tener en cuenta que no existen remedios milagrosos y que hay que acudir al médico o farmacéutico en busca de una solución", ha añadido.

Según los expertos, uno de cada 10 adultos tiene síntomas relacionados con el reflujo una vez o más veces a la semana, y uno de cada tres, una vez al mes. "Se trata del paso del contenido ácido del estómago al esófago, que puede ocasionar daños en el esófago si sus síntomas no son tratados y si no se protege el epitelio esofágico de ese daño", ha indicado la doctora Ricote.

La regurgitación, el dolor torácico y la tos irritativa son los síntomas relacionados con el reflujo que más sufren las personas encuestadas, sobre todo después de las comidas y durante la noche. Pero también pueden sufrir disfonía, sin embargo, según la doctora Ricote, "muchas personas desconocen cuáles son los síntomas asociados al reflujo gastroesofágico, piensan que tienen acidez de estómago y lo tratan de manera casera sin consultar con un médico, lo que repercute en un diagnóstico y tratamiento tardíos".

Así, según la encuesta, siete de cada diez personas no saben o no creen que la tos y la disfonía sean síntomas relacionados con el reflujo gastroesofágico. El desconocimiento de los síntomas y el empleo de remedios o tratamientos poco efectivos y sin evidencia científica "contribuye a agravar la situación, ya que se puede producir un daño esofágico con consecuencias como el esófago de Barrett, que predispone al paciente al cáncer de esófago", ha advertido Ricote.

La exposición continua y crónica del esófago al ácido puede traer como resultado la esofagitis y el llamado 'Esófago de Barrett'. "Esto es debido a que la exposición al ácido puede hacer que las células del esófago sufran un cambio genético y hacerse más vulnerables al acido del reflujo gastroesofágico y poder, en algunas ocasiones evolucionar a un cáncer de esófago", ha advertido el presidente de Asenbar, Juan Carlos Hernández.

Según datos de esta asociación, se estima que en España unas 2.500.000 personas en España tienen Esófago de Barrett, pero que solamente están diagnosticas unas 400.000. "Por ello, es importante que aquellas personas que suelen tener acidez estomacal persistente acudan a su médico para ser valoradas y estudiar el origen del problema, ya que un diagnóstico tardío puede empeorar su pronóstico", ha concluido.