Científicos de las universidades de Bristol y Cambridge (Reino Unido) han desarrollado una nueva válvula cardiaca polimérica con una vida útil potencialmente más larga que las actuales válvulas artificiales y que podría evitar la toma de medicación de anticoagulantes.

Publicado en 'Biomaterials Science', los expertos sugieren que esta nueva válvula, denominada 'PoliValve', podría durar hasta 25 años. Está hecho de un copolímero especial y diseñado para parecerse a la flexibilidad, la biocompatibilidad y durabilidad de una válvula cardiaca natural.

El dispositivo combina una durabilidad con biocompatibilidad, abordando las limitaciones de las válvulas artificiales biológicas y mecánicas actuales. Se realiza mediante un simple proceso de moldeo, por lo que también reduce notablemente los costes de fabricación y control de calidad.

"Estos impresionantes resultados muestran que 'PoliValve' es una alternativa prometedora para la cirugía de reemplazo valvular. Si bien se necesitan más pruebas, creemos que podría marcar una gran diferencia para los cientos de miles de pacientes que se someten a cirugía de reemplazo valvular cada año", han explicado los expertos.

Las pruebas iniciales en animales se llevaron a cabo en las instalaciones de TBRC de Bristol como un primer paso de prueba in vivo obligatorio para garantizar la seguridad. Las pruebas 'in vivo' a largo plazo ya están planificadas y financiadas como un paso adicional necesario antes de llevar este nuevo tratamiento a los pacientes.

De acuerdo con las normas ISO, una nueva válvula cardiaca artificial debe soportar un mínimo de 200 millones de repeticiones de apertura y cierre durante la prueba de banco (equivalente a cinco años de vida útil) para ser probada en humanos, si bien esta prueba ya la ha superado.

Además, ha cumplido los requisitos de los estándares ISO para las pruebas hidrodinámicas, mostrando un rendimiento funcional 'in vitro' comparable a la mejor válvula biológica disponible actualmente en el mercado.