Con el frío la propagación de los virus e infecciones se refuerza, especialmente entre los más pequeños de la casa. Si van a la guardería los mocos, la fiebre y la tos casi están asegurados. ¿Qué podemos hacer frente las infecciones que conlleva el frío? ¿Por qué los más pequeños se contagian de casi todo?

Según precisa la Asociación Española de Pediatría (AEP), la mayoría de los bebés en las guarderías tienen de 8 a 12 resfriados al año. "Son algunos más de los que tendrían si fueran cuidados exclusivamente en el hogar. Pero eso sí, después del primer año de asistencia a la guardería, la cantidad de enfermedades respiratorias disminuye. Esta situación puede considerarse como una etapa más o menos inevitable que habrá que pasar y que un niño normal superará sin grandes problemas", agrega.

Además, según lamenta, en estos casos la prevención suele ser difícil, y especialmente en el caso de las enfermedades de las vías respiratorias, pues gran parte de ellas ya se están transmitiendo a los demás antes de producir los primeros síntomas y, por tanto, de ser identificadas.

A su vez, la AEP recuerda que los niños más pequeños tienen más infecciones debido a la inmadurez de sus defensas. En este sentido, y en una entrevista con Infosalus, el doctor José Ángel Gómez Carrasco, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares, Madrid) enumera las enfermedades más frecuentes entre los niños más pequeños en las épocas de frío: Infecciones de vías respiratorias altas, resfriados, faringitis, otitis; bronquitis, bronquiolitis, broncoespasmo y asma; la gripe; en algunos momentos, especialmente al inicio del otoño, la enfermedad gastrointestinal por virus (vómitos, diarrea, gastroenteritis).

¿Por qué los niños pequeños enferman con tanta facilidad? ¿Cómo evoluciona su sistema inmunológico y cuándo más o menos empiezan a no contagiarse de prácticamente todo? El doctor Gómez Carrasco aclara sobre este tema que los lactantes menores de 6 a 12 meses generalmente han adquirido unas defensas frente a las infecciones, a través de su madre durante la gestación.

"Posteriormente es el propio niño quien tiene que ir elaborando sus propias defensas y ello es a base de enfrentarse con gérmenes comunes, lo que da lugar a que entre el año de edad y los 5 o 6 años los niños sufran frecuentes procesos infecciosos respiratorios y digestivos", remarca el experto del Hospital Príncipe de Asturias.

Ello ocurre más pronto, y cuanto más precozmente acudan a aulas, guarderías y centros donde se contagian más fácilmente de dichas infecciones, agrega el pediatra. A su vez, estas infecciones son más frecuentes en el invierno dado que los virus responsables circulan entre la población con más facilidad, en parte facilitado por el frío, que dificulta algunos mecanismos de defensa natural de las vías respiratorias, y también en parte porque las poblaciones humanas se agrupan en lugares más cerrados que en otras épocas del año, siendo el contacto "más estrecho y más prolongado".

Pautas para reforzar las defensas de los niños

Con todo ello, y a la hora de reforzar las defensas de los más pequeños en estas épocas de frío, el jefe del servicio de Pediatría del Hospital Príncipe de Asturias señala entre otras medidas:

1.- Realizar vida normal, lo que incluye también actividades al aire libre con las lógicas protecciones contra el frío.

2.- Reducir los besos entre adultos y niños, y en especial si unos u otros tienen síntomas de resfriado o proceso gripal.

3.- Lavado muy frecuente de manos, dado que muchas de las infecciones propias de esta época se contagian mediante las manos.

4.- Evitar las aglomeraciones en lugares cerrados cuando no sea estrictamente necesario.

5.- "No es útil abrigarles mucho, como dice la creencia popular. El abrigo tiene que ser el que dicte el sentido común y con el que la persona o niño no se sienta incómodo".

6.- No hay que seguir una alimentación especial para reforzar la defensa de los menores. Se debe seguir siempre una alimentación saludable, que incluya frutas, verduras, legumbres, no demasiada carne ni tampoco pescado, ni demasiados lácteos, y también, y muy particularmente, que no incluya muchos dulces.

7.- Mantener actualizado el calendario vacunal y e incluir la vacuna antigripal en los grupos de riesgo (niños a partir de los 6 meses de edad y adolescentes en determinadas situaciones o con enfermedades de base que supongan un riesgo aumentado de padecer complicaciones de la gripe); en personas a partir de los 6 meses que convivan con pacientes de riesgo; en miembros del entorno familiar de lactantes menores de 6 meses de edad con factores de riesgo, ya que estos no pueden recibir la vacuna antigripal; en embarazadas, tanto para su propia protección como para la de su futuro hijo.