Seguro que muchas veces te has planteado que o bien quieres o bien necesitas perder peso. Y es que el número que pone la báscula no es sólo eso: un número. Ni mucho menos. Tampoco es sólo cuestión de estética. También influye la salud. Por eso ahora, en pleno mes de octubre y de vuelta a la rutina de forma definitiva, es un buen momento para que te pongas en forma. Seguramente alguna que otra vez ya lo intentaste pero quedaste por el camino. Los nutricionistas aseguran que muchos de los que lo intentan no consiguen bajar de peso por dos razones: la primera por la falta de constancia y la segunda porque muchos clientes quieren cambiar su forma física sin cambiar sus hábitos de vida. Y eso no es posible.

A la hora de adelgazar hay que tener en cuenta que el cuerpo es un conjunto y que hay que tener en cuenta muchos factores. El primero (es obvio) es la alimentación. No hay ninguna dieta milagro ni ningún medicamento que te pueda salvar. Sólo vas a conseguir adelgazar sin consumes a lo largo del día más calorías de las que ingieres. Eso es básico. Una norma de primero de nutrición. Pero a la hora de contar calorías no sólo importa lo que comes. También lo que gastas.

En este sentido es fundamental que a lo largo del día te muevas mucho. Concretamente podrías empezar por dar más de 15.000 pasos al día . Pero además tienes que hacer otra cosa. Y eso es en lo que nadie cae: es importante dormir y descansar de forma correcta y adecuada. Y al menos ocho horas.

Los nutricionistas aseguran que es fundamental por dos razones: la primera porque se ha demostrado que un buen descanso te ayuda a necesitar menos calorías a lo largo del día, a tomar mejores decisiones y, por lo tanto a vivir mejor. Y lo segundo porque si descansas y duermes bien vas a poder enfrentar todo el trabajo y el ejercicio que quieras hacer a lo largo de la jornada y vas a poder hacerlo de forma correcta.

Para conseguir dormir y descansar puedes ponerte una alarma en el teléfono que te avise cuando sea la hora de irte a dormir. Planifica tus actividades del día a día. Cena pronto, deja todo lo que tengas que hacer para la mañana y dedícale al sueño todas las horas que merece.