Hay profesiones que exigen tener nervios de acero puesto que deben tomar decisiones complicadas en situaciones de máxima tensión. Los Marines, uno de los cuerpos de las Fuerzas Armadas de los EEUU, están preparados para soportar semejante presión, pero aun así manejan ciertas técnicas para mantener la calma y la cabeza fría.

La respiración, es la clave

Como muchas disciplinas proclaman, entre las que se encuentra el yoga, la respiración no es sólo necesaria para llevar aire a los pulmones sino también para conseguir un nivel de relajación en nuestra mente y cuerpo.

Con la edad, las prisas, el estrés... dejamos de prestar atención a nuestra respiración y con ello perdemos una herramienta imprescindible para controlar nuestros impulsos y sentimientos.

Los Navy Seals, por ejemplo, saben cómo deben bajar pulsaciones ante situaciones estresantes gracias a las técnicas de respiración.

Respiración táctica: Reacción de lucha o huida

Una parte de nuestro sistema nervioso reacciona de forma automática ante situaciones de peligro o estrés y activa el modo que se conoce como 'de lucho o huida': aumenta nuestra presión arterial, el ritmo cardíaco, libera hormonas que estimulan nuestra atención y capacidad de reacción...

Este primer método consiste en colocar la mano derecha sobre el vientre y realizar una gran exhalación. A continuación, inhalamos por la nariz y arrastramos despacio la respiración desde el abdomen hasta la parte superior del pecho.

Tras una pausa exhalamos realizando el sentido contrario: desde la parte superior del pecho hasta el abdomen, imaginando que el ombligo toca la columna vertebral. Repetimos dos veces más, hasta un total de tres, haciendo que la exhalación sea dos veces más larga que la inhalación.

Respiración de caja

Este método de respiración reporta beneficios a corto plazo, pero si se realiza de forma asidua también tiene un impacto positivo en nuestro ánimo en general. Además, es muy recomendable para personas que, por ejemplo, sufren depresión, tal como lo avala un estudio del del Journal of Alternative and Complementary Medicine.

Para su correcta realización, hay que visualizar un cuadrado en el que cada lado representa una fase de la respiración.

Primero inhala despacio por la nariz durante cuatro segundos, llenando los pulmones y llevando el aire a la parte inferior del estómago. Mantén la respiración durante cuatro segundos.

Ahora, expulsa el aire por la nariz durante cuatro segundos, siendo consciente de cómo se vacían tus pulmones. A continuación, realiza otra pausa de cuatro segundos manteniendo la respiración y vuelve a empezar. Cinco minutos serán suficientes para cambiar tu estado de ánimo.

Conforme mecanizamos el proceso y ganamos confianza en la técnica podemos aumentar el tiempo en cada uno de esos lados de la caja (de cuatro segundos a cinco, a seis, etc.). Además, se puede realizar en cualquier parte (en la oficina, en la universidad...) sin que nadie se percate de ello.

Esta técnica de respiración no debe reservarse sólo para momentos de estrés: puede convertirse en un hábito matinal o nocturno para empezar y acabar bien el día, y afrontar la jornada o el descanso con tranquilidad y energía renovada.