Los poros abiertos son pequeños orificios que surgen en la cara y a partir de los cuales se desarrolla el sudor o el bello. El experto dermatólogo Pablo Umbert nos ofrece las claves para mantener los poros a raya.

¿Qué función tienen los poros?

En el cuerpo humano hay millones de poros. Son un componente anatómico que corresponde al infundíbulo del folículo pilosebáceo. Esos son los poros más visibles, pero también se entremezclan con ellos los poros invisibles sudorales.

Estas estructuras son imprescindibles en la transpiración de la piel y su hidratación, porque desde ellas se liberan productos derivados de las glándulas sebáceas y la queratina folicular.

¿Por qué se dilatan los poros?

La expresión poros abiertos hace referencia a lo visible de estas estructuras. Algunas pieles tienen los poros más visibles que otras, ya que depende de la anatomía y la genética de cada persona, así como del componente hormonal, la humedad y la temperatura. Existen también diferencias entre sexos y en las partes de la cara: la nariz o la frente.

¿Los poros abiertos son una señal previa a una infección en la piel?

Los poros adquieren una tonalidad oscura, hasta negra, por la obstrucción de la queratina de infundíbulo, por la contaminación, el maquillaje o el tabaco. Y a menudo se originan infecciones autóctonas por la proliferación de bacterias y hongos que generan eritema en la cara.

¿Cómo cerrar los poros?

Los poros existen siempre, no pueden eliminarse, pero sí se puede regular su nivel de apertura mediante métodos típicos, físicos y técnicas de medicina estética no invasiva.

Las mascarillas y el peeling son opciones muy interesantes, así como los tratamientos tópicos con ingredientes activos como el ácido glicólico, el ácido salicílico, la vitamina B3 y los antioxidantes. Los tratamientos láser también ayudan a reducir el tamaño del poro e inducir mejoras en la piel.