El sindicato popular de vendedores ambulantes, conocidos como manteros, ha presentado este martes en Barcelona su propia marca de zapatillas deportivas, Top manta, una producción cuyos beneficios se destinarán a ayudar al colectivo a conseguir regularizar su situación y al bienestar propio y de sus familias.

Una veintena de manteros han sido los encargados de presentar la marca a la prensa en el centro IDEAL de exposiciones y lo han hecho descubriendo las zapatillas bajo una manta en la que se podía leer el nombre de la colección y lema de los creadores 'Adem dem', que en woloh, la lengua que hablan la mayoría de ellos, procedentes sobre todo de Senegal, significa "hacer las cosas bien".

Defienden que frente a la filosofía de las grandes marcas sobre el éxito individual que da frutos si uno hace un gran esfuerzo, hay que reivindicar el trabajo de la colectividad, sobre todo cuando se habla de personas nacidas en lugares con menos posibilidades.

"Hemos venido a cambiar las reglas para que sean más justas para todos", dice el vídeo promocional de Top manta, en el que se pueden ver imágenes de jóvenes senegaleses llegando a la costa, saltando la valla, siendo internados en los CIE y enfrentándose después a la policía cuando intentan ganarse la vida con la venta ambulante.

Y es que los manteros reivindican que no han querido hacer cualquier zapatilla deportiva, como otras marcas, que buscan el máximo beneficio y la producción deslocalizada y en ocasiones con duras condiciones para los encargados de fabricarlas.

"Las zapatillas se han producido en talleres locales de Valencia y Oporto (Portugal) con criterios éticos, a diferencia de lo que hacen las grandes multinacionales, que promueven las migraciones", han reivindicado en su escrito de presentación.

Cada par de zapatillas tendrá un coste de 115 euros, un precio similar al de grandes marcas, aunque en esta ocasión todos los que han intervenido han cobrado de forma razonable y digna por su trabajo, han defendido.

En cuanto al diseño y materiales, han destacado que las deportivas son veganas (sin uso de material animal) y su logo recuerda tanto a la manta característica del colectivo como a las pateras con las que cruzaron el estrecho para llegar a Europa.

El portavoz y presidente del sindicato popular de vendedores ambulantes, Daouda Dieye, ha explicado a Efe que en el diseño colorista tiene mucho que ver su África originaria.

Dieye ha destacado que el colectivo pretende luchar por los derechos de los inmigrantes, que tras un duro viaje hasta Europa se enfrentan a los CIE, la burocracia y el racismo.

Él mismo llegó con 22 años a España dejando atrás a su familia.

Las zapatillas simbolizan precisamente los frutos que va consiguiendo tras años de trabajo del colectivo, ha añadido.

Los productos Top manta, las deportivas y también camisetas en el futuro, se pueden adquirir por internet, así como en una tienda física en el barrio del Raval de Barcelona.

De las 400 producidas inicialmente ya solo quedan algunas decenas, pero se pueden pedir a demanda para la nueva remesa, han señalado.

Los manteros han recordado que se decidieron a hacer zapatillas después de que varias marcas les denunciaran por las falsificaciones que venden y sus responsables les dijeran: "si queréis vender esto, diseñadlo y fabricadlo vosotros".

Gracias a la iniciativa, el sindicato ha explicado que han conseguido hasta ahora que 120 personas regularizaran su situación legal en España y pudieran dejar la venta ambulante.

Al conseguir darles empleo, han podido obtener el permiso de trabajo, han asegurado.

El colectivo, que se ha constituido desde hace poco tiempo en cooperativa, realiza formación profesional en el ámbito textil, ofrece clases de idiomas y tiene dos talleres, uno de costura y otro de serigrafía, donde trabajan a jornada completa o a tiempo parcial 25 personas, fabricando la ropa de la marca Top Manta y asumiendo encargos externos, han explicado.

Igualmente, también tienen un fondo solidario para ayudar a los manteros que no tienen trabajo y sus familias.

El colectivo ha aprovechado la presentación y la presencia de la prensa para reivindicar que ni la Generalitat, ni el Ayuntamiento de Barcelona ni el Gobierno han velado por ellos en el último año de cierre de actividad pese a que solo viven de lo que pueden recaudar día a día, han asegurado.