Optimistas, vitales y con una buena dosis de energía se han mostrado este domingo en la pasarela madrileña los jóvenes diseñadores que ven en la crisis una oportunidad para crecer, aunque son conscientes de las dificultades a las que se enfrentan. El miedo no les paraliza.

"Es en las crisis donde salen las oportunidades", ha dicho a Efe Robber Rodríguez, que sube sus diseños por primera vez a la pasarela Samsung Ego a partir de retales en los que mezcla materiales nobles con neopreno o transforma mantelerías en vestidos que espera que "gusten", para poder vivir de su pasión, la moda.

Este diseñador madrileño, advierte que, a pesar de las circunstancias, "es un momento bonito para no hundirnos en el miedo" y añade que es el momento de "acercar" la moda al público que debe dejar de verla como un objeto inalcanzable.

"Hay futuro en la moda española", ha añadido Marta Casal, quien también se estrena por primera vez en la pasarela Samsung Ego, y ve en ella una oportunidad para darse a conocer.

Esta joven diseñadora coruñesa ha presentado una colección minimalista de siluetas rectas y amplias, en algodones y linos naturales con estampaciones de fotografías del campo realizadas por ella misma durante el confinamiento.

Sin directrices de nadie, los jóvenes diseñadores han venido con la lección aprendida, llevando a gala, sin presumir, su apuesta por la moda lenta. Todos ellos abanderan, de una manera u otra, el "slow fashion", un concepto que incluye desde el uso de materiales orgánicos, al uso de tejidos de proximidad.

Ajustan sus producciones a un consumo reducido para un cliente que apuesta por piezas únicas y de calidad, que no sitúan en España, donde lamentan que no exista cultura de moda, si no fuera de nuestras fronteras.

Peter Sposito Studio viene también a esta pasarela a conseguir mayor visibilidad, "a dar un paso más profesionalmente", en un momento difícil que considera pasajero. Llega dispuesto a superar los "inconvenientes" con una colección que viste a una mujer "fuerte y luchadora" en la que ha reinterpretado patrones. "Nos encontramos ante un reto complicado, pero emocionante", ha asegurado sin perder la sonrisa.

Una idea a la que se suma Fátima Miñana, ganadora del premio Mercedes-Benz Fashion Talet, de la edición anterior, que participa, en esta ocasión, con una colección "minimalista" y más "madura" .

Sobre la pasarela se han visto piezas en las que da mucha importancia al patronaje en tejidos pintados a mano, con cortes geométricos, para la que también se ha atrevido a diseñar los zapatos.

La joven creadora madrileña ve el futuro con "incertidumbre", pero confía en que si se presentan diseños "únicos e innovadores conseguiremos salir adelante" como diseñadores.

También disfrutan de su segunda vez en Ego, Pauline Ferrieres y Adriana Cajigas, creativas de Deyi, quienes definen su marca como una filosofía de vida que "trabaja las experiencias" y la conexión a la naturaleza, con la que quieren revitalizar el patrimonio y la tradición del buen hacer artesanal del textil de una zona de China.

"Apostamos por una moda sostenible y responsable. Pensamos que este es el mejor momento para lanzar un proyecto como este", ha señalado Cajigas mientras muestra prendas atemporales con una marcado carácter unisex.

La arquitecta polaca Eva Iszoro, creativa de Accidental Cutting, y autora de método experimental de patronaje, es la diseñadora invitada a Ego donde ha cerrado la jornada con su particular visión de la pandemia y sus distintas fases en prendas realizadas en tul y seda que hacen referencia desde a trajes “epis” a doctores y enfermeros e incluso al propio apocalipsis.