Chanel ha abierto la segunda jornada virtual de la Semana de la Alta Costura de París con diseños que no decepcionan, que destacan por su opulencia en la riqueza de los tejidos y en los detalles que los adornan, aunque esta vez no se presenten en un envolvente decorado.

La Alta Costura sigue haciendo soñar a través de las redes sociales, no se siente el bullir y los murmullos al ver un invitado célebre en busca de su asiento de primera fila, ni las carreras de las modelos para un último retoque, pero siguen intentando transmitir la intensidad de la fuerza creativa de sus diseñadores.

En menos de dos minutos Chanel ha resumido su colección de Alta Costura otoño-invierno 2020-2021, que se puede ver completa en su página web, en un sobrio estudio sin aderezos muy alejado del espectáculo que siempre organiza en sus presentaciones.

Teniendo como imagen de la firma a la actriz Kristen Stewart y con el deseo de captar a un público más joven, la directora creativa de Chanel, Virginie Viard, ha explicado que con esta colección se ha inspirado "en una princesa punk que salía de Le Palace al amanecer", después de una larga noche de fiesta.

Una colección de Alta Costura que está más en el imaginario de Karl Lagerfeld, el hombre del que tomó el testigo en la firma, que en el de su creadora Gabrielle Chanel, que inspiró la colección anterior. "Karl iría a "Le Palace", acompañaría a estas mujeres muy sofisticadas y muy bien vestidas, que también eran muy excéntricas", ha dicho la creadora, haciendo un guiño también a la propia excentricidad del "kaiser" de la moda.

"Me gusta trabajar así, yendo en la dirección opuesta a lo que hice la última vez. Quería complejidad, sofisticación" como demuestra con trenzados con forma de diamante con los que adorna los trajes de pantalón. Los vestidos cortos se ciñen a la cintura mientras que las faldas corola se mueven con libertad junto a vestidos largos con botonadura joya, aparentemente sobrios en su patrón y en el color, pero con un encanto que parecen sacados de los cuadros del siglo XIX.

Prendas que trasladan la "opulencia" en sus bordados, en la profusión y el brillo de sus joyas y también en el de sus tejidos como el tafetán, el terciopelo, la seda o el tweed, que reinventa y adapta a una nueva realidad, embellecidos con lentejuelas, piedras y cuentas.

El negro y gris antracita se iluminan con destellos de rosa. Los cordones pintados enriquecen las chaquetas de bolero junto con los tweed hechos de cinta plateada con rayas. Un vestido negro de estilo goyesco, con cuerpo de bolero y falda de volantes es una apuesta por un discurso rompedor.

"Para mí, la alta costura es romántica por su esencia", señala Virginie Viard en un comunicado.

Stéphane Rolland tiene en la modelo y la presentadora Nieves Álvarez a su mejor embajadora. Ella es la que defiende una colección marcada por el juego de color en blanco y negro en vestidos poncho bordados en "caviar de oro", monos con capa o un original diseño en negro de pétalo gigante con escote en la espalda ribeteado en brillantes.

Con una imagen retro, el diseñador articula su colección con tejidos en organza, gazar y crepés, en los que dibuja escotes "diadema" de topacio o realizados en vidrio soplado y lacado en espejo, cortes asimétricos .

Rolland que tiene entre sus seguidoras a la princesa Alexandra de Hannover, hija de Carolina de Mónaco, finalizó la presentación con un vestido de novia palabra de honor con una delicada gasa sobre el cabello.