El cabello y las formas de tintarlo sucumben a las tendencias. Tonalidades que juegan a crear volúmenes y que respetan las raíces naturales mediante “técnicas multiposicionales” que, a mano alzada y de forma minuiciosa, se aplican el color en aquellas zonas donde se precisa.

Durante estos días de confinamiento, un aspecto común se pone de manifiesto: la rapidez con la que las raíces se marcan al dejar pasar más días de lo habitual sin acudir a la peluquería. ¿La solución? Entre otras, estas técnicas de coloración, que realizadas a mano alzada consiguen embellecer el cabello sin importar que salgan raíces.

Esta técnica, requiere unos cuarenta y cinco minutos para su aplicación, se realiza “a mano alzada sobre las partes que se quieran resaltar”, empleando únicamente dos tonalidades, una más oscura empleada como base y otra más clara, que se aplica encima creando “un mosaico de color”.

El resultado es un pelo con mucho más movimiento, brillo y textura que el cabello teñido con una mecha tradicional o un color plano, al colocarse el color donde se quiere "realizar el efecto”, apunta la estilista sobre el resultado del “shadow toning”.

¿Ventajas? Entre ellas, se puede aplicar tanto en personas que ya están teñidas como aquellas que tienen la melena natural. En melenas finas la sensación es de mayor volumen, y en las abundantes el cabello queda más definido y versátil, restando la falta de luz que tienen los cabellos densos.

Además, este tipo de coloración puede realizarse únicamente con el matiz claro, aprovechando la base natural del cabello, y es un tipo de coloración que puede emplearse tanto en rubias como en castañas y morenas, favoreciendo a todos los tipos de pelo y rasgos.

Su realización se lleva a cabo utilizando diferentes tonos cálidos como cobrizos o chocolates, consiguiendo un efecto que “endulza las facciones de las personas morenas, evitando las tonalidades cenizas, que suelen restar luz”.

Se trata de una técnica "multiposicional”, es decir, se aplica el color únicamente en las partes en las que se desea conseguir el efecto, aunque, también es posible mediante esta técnica “lograr una melena mucho más clara, sin dejar el efecto raíz”, explica.

Respecto al mantenimiento, la colorista señala que las personas con canas pueden esperar en algunos casos “hasta dos meses” para volver a la peluquería. Para aquellas sin canas, pueden realizárselo “cada seis meses”, puesto que la técnica respeta la propia raíz de las personas.

Respecto a las vetas más claras, que se colocan “a la altura de la sien respetando la raíz”, no necesitan retocarse hasta que sobrepasen el mentón, o la zona de la coronilla al verse de espaldas, para así poder beneficiarse de la luz que da a la cara este tipo de coloración.

Raíces desdibujadas gracias a las mechas cardadas

Como su propio nombre indica, esta técnica, consiste en cardar la melena al completo, para proceder a aplicar el tinte en la parte baja de los mechones. ¿El efecto? Una raíz difuminada, que evita el temido corte marcado del color natural al teñido, creando una transición desdibujada que imita un tono natural de degradado de cabello.

La duración es de dos a tres horas, y al respetar las propias raíces naturales, no requiere de retoque hasta que se desee. La ventaja de este tipo de técnica es que permite crear un “look” natural en personas con cabellos oscuros que desean rubios muy claros, logrando un efecto natural sin tener que acudir con demasiada asiduidad a la peluquería.

Nuevas técnicas favorecedoras que aportan a las melenas brillo y vitalidad, liberándolas de la esclavitud de las mechas convencionales mediante un efecto natural y duradero que demuestra que la raíz también puede ser bella.