¿Tu perro odia el transportín? Así puedes lograr que lo vea como su refugio seguro

Viajar con tu perro será mucho más fácil si consigue aceptar el transportín como un espacio cómodo y tranquilo. Esta guía te enseña a lograrlo paso a paso, sin estrés ni castigos

Un perro sentado dentro de su transportin.

Un perro sentado dentro de su transportin. / Pixabay

Viajar con perros conlleva retos: seguridad, comodidad, control del estrés… y el transportín es la mejor herramienta para lograrlo. Sin embargo, no todos los perros lo aceptan de inmediato. Para muchos, este objeto puede parecer una amenaza. ¿Cómo lograr que lo vean como un lugar seguro y no como una jaula?

Con paciencia, refuerzo positivo y sin forzar la situación, puedes enseñar a tu perro a entrar y permanecer tranquilo en el transportín. Aquí te explicamos cómo hacerlo paso a paso.

¿Por qué es importante que tu perro acepte el transportín?

Más allá de su uso obligatorio en algunos medios de transporte, el transportín tiene múltiples beneficios:

  • Seguridad en viajes: evita distracciones al volante y protege al perro en caso de frenazo o accidente.
  • Reducción del estrés: lo ayuda en visitas al veterinario o cambios de entorno.
  • Espacio propio: puede convertirse en su refugio personal, útil también en casa.
  • Apoyo educativo: sirve para prevenir comportamientos destructivos o para reforzar rutinas higiénicas.

Cómo acostumbrar a tu perro al transportín paso a paso

Elige el transportín adecuado

Debe permitir que tu perro se ponga de pie, gire y se tumbe con comodidad. Escoge el material según el uso: rígido para viajes largos o avión, blando y plegable para casa o desplazamientos cortos.

Déjalo a la vista, sin presión

Coloca el transportín abierto en una zona común del hogar. Déjalo ahí varios días para que lo huela, lo explore y se familiarice, sin forzarlo a entrar.

Crea asociaciones positivas

  • Deja golosinas cerca y dentro del transportín.
  • Coloca sus juguetes o una manta con tu olor dentro.
  • Ofrece su comida dentro del transportín, poco a poco.
  • Cada interacción debe terminar con algo positivo: premios, caricias, comida o juego.

Progresos en casa antes de viajar

Empieza a cerrar la puerta

Hazlo solo cuando esté relajado comiendo o jugando dentro. Cierra por unos segundos y abre antes de que se altere. Aumenta gradualmente el tiempo.

Si llora, retrocede un paso. No abras la puerta mientras esté alterado, espera a que se calme.

Introduce permanencias breves con supervisión

Dale una orden como “a tu sitio” y prémialo por entrar. Quédate cerca al principio y aumenta poco a poco el tiempo, hasta llegar a 30 minutos tranquilos.

¿Y cuando toca viajar?

Familiarízalo con el coche

Coloca el transportín en el coche aparcado. Permite que lo explore. Luego, haz trayectos breves (una vuelta a la manzana), siempre con premio al final.

Gestiona su soledad con cuidado

Cuando se sienta a gusto en el transportín, puedes dejarlo cortos periodos de tiempo mientras sales. No lo encierres nunca más de 3 o 4 horas seguidas y menos aún si es un cachorro.

Un perro dentro de un transportin.

Un perro dentro de un transportin. / EFE

Errores comunes que debes evitar

  • Forzar la entrada: no lo arrastres ni lo metas a la fuerza.
  • Usarlo como castigo: el transportín nunca debe asociarse con algo negativo.
  • Avanzar demasiado rápido: respeta su ritmo y retrocede si muestra ansiedad.
  • Dejarlo encerrado por horas: no debe pasar ahí más tiempo del que aguanta con calma.

¿Y si tu perro sigue teniendo miedo?

Si después de seguir estos pasos el perro sigue mostrando miedo o ansiedad intensa, lo mejor es consultar con un profesional:

  • Veterinario de confianza: para descartar problemas físicos.
  • Etólogo o educador canino profesional: especializado en refuerzo positivo.

También puedes consultar la Dirección General de Derechos de los Animales para información adicional sobre bienestar animal y transporte.

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