"Elegí como compañero de vida a una persona que ante mis ojos era perfecta. Siempre estuvo cuando más lo necesitaba, siempre me apoyó en todo, siempre me impulsó a crecer, siempre cariñoso, atento...Me cuesta tanto aceptar que esa persona pudiera romperme en mil pedazos. Creo que me va a costar unos años de vida sacar de mi memoria su forma de mirarme, esa forma de como si yo fuera lo más increíble del mundo y joder, sí, soy increíble. Soy increíble porque soy trabajadora, independiente, inteligente, detallista, cariñosa, divertida, fiel y humana. Tan humana que a pesar del daño que me ha causado, sigo estando aquí a su lado. Sigo y seguiré estando, pero de otra forma. Lo amo y lo amaré siempre. Quien diga que el amor se olvida se está auto engañando o no amó de verdad".

Estas son algunas de las palabras con las que Joana Sanz anunció en una carta su separación del futbolista Dani Alves, en prisión desde el pasado mes de enero por un supuesto intento de agresión asexual a una joven durante una noche de fiesta en Barcelona.

Desde ese entonces, son solo dos veces contadas las que la modelo tinerfeña y el brasileño han vuelto a verse las caras pero ha sido en el último encuentro de la ya ex pareja cuando los dos han tenido que poner sobre la mesa qué pasará con los bienes comunes que tienen.

Dani Alves y Joana Sanz en una imagen de archivo LP/DLP

Hablar para zanjar

Según ha revelado el periodista Carlos Quílez en 'Y ahora Sonsoles', esta conversación se produce justo antes de que ambos firmen el divorcio de forma oficial pero, como refleja Quílez, antes de firmar, Joana "ha ido a hablar de dinero".