Además de académico de la institución oficial de las Letras en España, Arturo Pérez Reverte también se ha ganado a pulso el título de polemista tuitero tras una larga trayectoria de comentarios con flechas cargadas de ironía, y otras más explicitas, en las que no se corta a la hora de usar apelativos ofensivos, que suelen estar dirigidas a destinatarios muy concretos. La última ha tenido a Galicia como diana.

Y porque desconoce el nombre de su destinatario, así que se conforma con aludir a un funcionario de prisiones con el que asegura haberse "irritado". Todo por una carta que el académico remitió a un preso que no llegó a sus manos. El escritor recibió la misiva de vuelta, supuestamente por no llevar remitente, aunque en el sobre aparecía tanto su nombre como el de la Real Academia Española (RAE).

Me gustaría conocer el nombre del incompetente (o malintencionado) funcionario de la cárcel de Teixeiro que no entregó esta carta mía a un recluso por ir "sin remitente". Con estas palabras, Arturo Pérez-Reverte mostraba su enfado en Twitter, debido a una misiva no entregada a un recluso de la prisión gallega de A Coruña. El periodista va más allá y utiliza el insulto para enfatizar su monumental cabreo por esta circunstancia, al tildar de "imbécil" al trabajador del centro penitenciario : Lo que más me irrita es que, por culpa de ese imbécil, el destinatario creerá que no respondí a la suya, concluye el tuit, adjuntando al mismo una foto del sobre en el que aparece como remite su nombre y el de la Real Academia Española.

Al tuit acompaña una foto del anverso y el reverso del sobre. Los 'haters', que no son pocos cuando se trata de Pérez Reverte, respondieron al escritor, afeando su tuit; casi todos coincidieron en el mismo argumento para rebatir el suyo: "El funcionario tiene que rellenar un libro de registro de correspondencia. Si una carta no contiene el remitente con su dirección completa la carta no se puede registrar y se devuelve".

Incluso alguno tiró de diccionario de la RAE, donde Reverte ocupa desde 2003 el sillón T, para sacarle de su error, adjuntando la definición de 'Remite': Nota que se pone en los sobres, paquetes, etc., enviados por correo, en la que constan el nombre y dirección de la persona que los envía.

Sus guerras en Twitter

Acostumbrado a lidiar con reacciones de todo tipo a sus controvertidos comentarios, la penúltima polémica protagonizada por el escritor data de marzo de este año y tuvo la guerra en Ucrania como telón de fondo: Irina Tsvila, ucraniana, muerta en combate. No me la imagino diciendo todos, todas y todes. La verdad es que no. O sea, que no, tuiteaba Pérez Reverte con la foto de la fallecida en el conflicto.

Ésta fue una de las miles de respuestas que concitó el comentario: Yo, "sin encambio", me imagino a la pobre Irina revolviéndose en su tumba si supiera que su tragedia ha sido utilizada de forma frívola por un señoro españolazo y rancio como Pérez Reverte para sus fines de señoro españolazo y rancio.

Ante el aluvión de comentarios negativos, acabaría eliminando este tuit, aunque su captura permaneció en Twitter con lo que se multiplicaron las reacciones. Pero el periodista quiso zanjar la polémica, echando más leña al fuego con un "formulario para ofendidos", que se encargo de elaborar y nutrir de preguntas con posibles respuestas. Pedía a sus "interlocutores" que expusieran "el motivo de la queja", -con la opción de "me siento ofendide", entre otras- hasta la filiación política. También solicitaba que le calificasen, y entre las posibles respuestas, se incluían diversos adjetivos como "fascista, hanalfabeto, masón, vendepatrias, machista, chulo o fusilable". El formulario concluía con la pregunta "¿Qué harías con mis libros?".

Su bibliografía tuitera se reparte entre los comentarios sobre sus títulos, reflexiones políticas y sociales, y su intenso activismo lingüístico, a la caza del error ortográfico o gramatical, con destinatarios de todo tipo, como el Gobierno de Pedro Sánchez, o la Policía Nacional. Al agente al que iba dirigida su reacción, le reprochaba que utilizase la equis como lenguaje inclusivo.

Hubo respuesta desde el perfil de este Cuerpo del Estado, para corregir al académico, que había usado la palabra "twit", inexistente en el diccionario de la RAE: Gracias, Arturo. Tomamos nota para próximos tuits, escribió el CM policial, junto a una foto de la entrada del término en cuestión, en la web de la RAE, que especifica que lo correcto es utilizar "tuit".

Precisamente, el lenguaje inclusivo es uno de los principales caballos de batalla del periodista que, en ocasiones, afila sus dardos contra el Gobierno de Sánchez.

El académico llegó a amenazar con dejar su sillón en la RAE, cuando hace cuatro años el Gobierno encargó un estudio para mejorar la perspectiva de género en la Constitución"Tiene usted mi palabra" respondía a un tuitero que protestaba por esta decisión y auguraba que solo el escritor sería el único en marcharse: Es un intento de domesticar la RAE. Cederán los académicos, tras intentar suertes de esgrima desganada, algún bizantinismo apolillado. Solo Perez Reverte, el viejo león, marchará dando un sonoro portazo. País de cobardes...