17 meses, 517 días, 730.000 horas. Estas escalofriantes cifras nada tienen que ver con el confinamiento. Este es el tiempo que la cantante Isabel Pantoja ha pasado encerrada en Cantora, por voluntad propia, hasta que por motivos profesionales ha tenido que volver a ponerse en el ojo del huracán mediático.

La tonadillera ha abandonado Cantora para encontrarse con su público en el festival Tío Pepe (Jerez) envuelta en una marea de problemas familiares, sin hablarse con su hijo Kiko Rivera, con una guerra abierta con su nuera, Irene Rosales, separada de su hija y con su hermano Agustín como escudero fiel.

Todo el mundo estaba expectante ante cómo sería la vuelta a los escenarios de la Pantoja, quien ha aprovechado este recital para soltar todo lo que ha estado callando desde que estallara la bomba dentro del clan Pantoja.

Nadie ha escapado de las garras de la Pantoja en una polémica vuelta a los escenarios que ha supuesto su reencuentro con el público pero una vendetta para con su familia.

La tonadillera ha llegado incluso a cambiar ciertas partes de sus canciones para dirigir mensajes a todos los que, durante su silencio, han decidido atacar a la cantante a sabiendas de que no respondería.

Isabel Pantoja pisaba el escenario con más fuerzas que nunca y, entonando uno de sus grandes éxitos, abría un nuevo capítulo en su guerra familiar: “Hoy quiero confesar que estoy ya muy cansada".

Los brutales ‘zascas’ contra su familia

Ataviada con un espectacular traje negro y un impecable maquillaje, Isabel Pantoja reaparecía públicamente en el festival jerezano vitoreada por una masa enfervorecida que esperaban la vuelta de la artista.

Una vuelta cargada de simbolismo y que empezó con una clara declaración de intenciones que ya hacía presagiar que Pantoja volvía muy guerrera: “Somos los que somos y estamos los que tenemos que estar”.

Entre éxito y éxito, la tonadillera aprovechaba para meter durísimos y evidentes zascas a sus familiares. No pasó nada desapercibido uno que le dedicó a su hijo, Kiko Rivera y a su mujer, en el que la cantante aseguraba, mientras cantaba Marinero de Luces que “Y tú viviendo con ella, que nunca, que nunca, que nunca te ha querido".

También tenía un mensajito guardado a los amigos que antes estaban con ella y que ahora ya no lo están. Sin dirigirse a ellos directamente, la cantante compartió con su público que “Aunque me riñan luego, me da igual. Cuando yo salía en alguna foto había tanta gente, tantos 'amigos', que no se cabía. Ahora salgo con los que tengo, con los que han quedado, con los de verdad".

Tras esta resaca de titulares que ha dejado la cantante ¿qué más le quedará por decir a la Pantoja?