En privado, acompañados por un grupo reducido de familiares, los príncipes Guillermo y Enrique inauguraron este jueves una estatua en honor de su madre, el día que Diana de Gales habría cumplido 60 años. La ceremonia íntima tuvo lugar en uno de los jardines del Palacio de Kensington, la que fuera residencia de la princesa hasta su muerte hace 24 años y ahora lo es de los duques de Cambridge. Ni Catalina, ni Meghan Markle, que sigue en Estados Unidos, estuvieron presentes. Sí acudieron los tres hermanos de Diana, el conde Charles Spencer, Sarah McCorquodale y Jane Fellowes. Solo una cámara captó la llegada al jardín de Guillermo y Enrique sonrientes, charlando, y el momento en el que tiraron conjuntamente del velo que cubría la escultura, que desde este viernes podrá contemplar el público. Por un instante los príncipes olvidaron sus recientes enfrentamientos y serias diferencias.

Amor, fuerza y caracter

"Cada día querríamos que estuviera con nosotros", proclaman en un comunicado conjunto los dos hermanos al hablar de su madre. "Esperamos que esta estatua sea un símbolo para siempre de su vida y su legado. Hoy, cuando nuestra madre habría cumplido 60 años, queremos recordar su amor, fuerza y carácter, cualidades que tanto bien hicieron alrededor del mundo, cambiando para mejor numerosas vidas". 

En la obra en bronce del británico Ian Rank-Broadley, Diana está acompañada de tres niños, que representan "la universalidad y el impacto generacional" de la princesa según la nota del Palacio de Kensington. La mujer que derrochaba glamur está vestida con un sobrio conjunto funcional de falda y blusa, que evoca el atuendo que solía llevar en sus misiones como embajadora humanitaria. Es así como han querido recordarla sus hijos, que encargaron el trabajo en 2017, para reflejar "la calidez, la elegancia y la energía de Diana princesa de Gales además de su trabajo y el impacto que tuvo en tanta gente".

4.000 plantas y flores

La estatua se halla en el Sunken Garden, uno de los rincones favoritos de Diana, creado hace más de un siglo por encargo del rey Eduardo VII, que ha sido completamente rediseñado para conseguir un ambiente de tranquilidad y reflexión. En la remodelación se han plantado algunas de las flores que la princesa más amaba: 200 rosas de cinco variedades diferentes, 100 nomeolvides, 300 tulipanes de tres variedades, 500 plantas de lavanda y 100 dalias. En total hay 4.000 plantas y flores. En el museo del palacio se exhibe estos días el vestido de boda de la princesa.       

Acusaciones mutuas

El homenaje había sido concebido por los hijos de Diana hace cuatro años y desde entonces muchas cosas han cambiado. La crisis entre ellos se ha precipitado en los últimos 18 meses, con la marcha de Enrique y su esposa Meghan a Estados Unidos y la entrevista de ambos con Oprah Winfrey, en la que lanzaron acusaciones graves de racismo contra la familia real, a las que respondieron desde el entorno de Guillermo, con el supuesto trato despótico de Markel para con algunos empleados de palacio.