Tamara Falcó ha declarado en numerosas ocasiones que la lectura de la Biblia y abrazar la fe cristiana la ayudaron en un momento de su vida en el que se encontraba un poco perdida. Por ello, y pese a que ahora atraviesa por una etapa plena en todos los sentidos, no descuida su religiosidad y siempre que su ajetreada agenda se lo permite, acude a misa como si de cualquier otro feligrés se tratase.

Por ello, cumpliendo con su fe y a pesar de la intensa lluvia que cayó el pasado domingo en la capital, la Marquesa de Griñón se acercó a una iglesia cercana a su domicilio para escuchar misa. Con atuendo deportivo y gorra para intentar pasar desapercibida, Tamara se mostró parca en palabras con la prensa y evitó hablar tanto del reciente cumpleaños de su madre, Isabel Preysler, como de la sorprendente separación de su hermano Julio José y Charisse Verhaert, un duro varapalo para toda la familia y especialmente para ella, que consideraba a la modelo belga como una hermana más.

Tras asistir a misa, y demostrando que es una 'celebrity' vaya a donde vaya, Tamara no dudó en atender a sus fans a la puerta de la Iglesia y, de lo más cercana y bajo un intenso aguacero, la nueva estrella televisiva de la temporada se hizo fotos con quien se lo pidió. Corriendo bajo la lluvia, la Marquesa de Griñón evitó nuevamente hablar del divorcio de Julio José y Charisse, que se presenta de lo más problemático por las desorbitadas exigencias económicas de la modelo belga.

Muy seria y apretando el paso para no mojarse, la novia de Íñigo Onieva tampoco nos ha contado cómo marcha su noviazgo con el empresario, con quien se la ve más enamorada que nunca.