Miguel Ángel Muñoz (Madrid, 1983) empezó su carrera artística a los 10 años en 'El palomo cojo' (1995) de Jaime Armiñán, pero la popularidad no la alcanzó hasta el 2002 cuando protagonizó 'Un paso adelante', una serie que se convirtió en un fenómeno juvenil en muchos países, entre ellos España, Francia, Italia y Venezuela.

¿Vive un momento dulce profesionalmente?

Ha sido un año lleno de éxitos, no me puedo quejar. En diciembre estrené la obra 'Firmado Lejárraga', en el Teatro Valle Inclán, dirigida por Ángel Lamata, colgando el cartel de lleno todos los días. En junio recibí el premio de Mejor Serie Extranjera en la 25º edición del Festival Internacional de Shanghái por 'Presunto culpable', el 'thriller' de Atresmedia, producida en colaboración con Boomerang TV. Además, este año se estrenó 'El crack cero'

¿Qué prioridades tiene a la hora de aceptar un papel?

Afronto cada reto de la misma manera. Lo primero con muchas ganas y enorme ilusión. Para mí lo más importante de mi profesión son las historias y, sin duda, el personaje.

Un total de 20 películas, 5 cortos y numerosas obras de teatro. ¿Dónde se siente más cómodo?

Cada medio es distinto. No se trabaja igual en el teatro que en la televisión. Quizá lo más apasionante es la energía que te da el teatro al estar delante del público sabiendo que una vez empiezas no puede parar. Aún así vives momentos mágicos en el cine y la televisión. El verse en la gran pantalla con música y efectos es impresionante.

Y los estrenos, ¿cómo los lleva?

La experiencia me ha hecho ir viviendo los estrenos de distintas formas y desde hace tiempo, los vivo con mucha tranquilidad y aceptación.

¿Qué grado tiene de autocrítica?

Soy tremendamente exigente. La suerte es que disfruto mucho de lo que hago y me preocupo según pasa el tiempo por el resultado o las consecuencias que va a tener. Intento tener siempre una actitud positiva y aplicar la filosofía del yoga a mi vida en el terreno personal como profesional. Además, de hacerme sentir bien, me aporta fuerza y paz interior.

Habléme de su filosofía de vida.

Hace años que practico yoga, me da autocontrol, pero también hago terapia semanal, incluso cuando estoy fuera la hago vía 'skype'. La familia, los amigos y mi tata también me ayudan a encontrar la calma.

¿El deporte es también clave?

Si, desde pequeño practico deporte. Intento focalizar toda la energía corriendo y haciendo maratones. He ido un par de veces al de Nueva York, he participado también en el de Bostón y Chicago. Ahora, mis próximos objetivos son Berlín, Londres y Tokio. Además juego a fútbol, monto a caballo y este año me saqué el título de paracaidismo para saltar solo. Me gusta, porque pones toda la atención en algo diferente y no piensas en nada.

¿En 26 años como actor y cantante, ¿qué ha aprendido?

Mi aprendizaje tiene que ver con la aceptación. Aceptar lo que la vida te pone por delante y no frustrarte por lo que no puedes hacer o no llega nunca. Aceptar significa todo lo que implica la vida: aceptar el éxito, pero saber también que si las cosas no salen como quieres, no pasa nada. Hay que disfrutar todos los momentos, inluso los no tan buenos.

¿Cómo ve su profesión?

Es como un diente de sierra emocional, donde un día estás contento y el día siguiente te dan una mala noticia.

¿Qué recuerdos tiene de sus inicios?

Los más bonitos me transportan a los actores más mayores con los que he trabajado como Paco Rabal, Amparo Baró, Mari Carrillo, Agustín Gonzáles y Miguel Rellán. Siempre que puedo me rodeo de personas mayores para escuchar y descubrir cómo eran las cosas hace 60 años.

¿Qué consejos le daban?

Paco Rabal me hablaba de que en esta profesión nos pagan por esperar y de que esto es una carrera de fondo. En mi memoria tengo muchas conversaciones con él y otros compañeros, que, desgraciadamente, ya no están aquí.

¿Tiene los pies en la tierra?

Intento ser honesto con la realidad. Lo que se mueve alrededor de esta profesión, te puede engañar el ego y hacerte creer que eres quien no eres. Para eso hay que poner todos los sentidos en lo que haces y apoyarte a veces en la familia y los amigos de toda la vida. Lo cierto es que prefiero irme a cenar con ellos, que verme en la pantalla.

Tras ganar 'Masterchef Celebrity', ¿no le queda el gusanillo de estar entre fogones?

Me ha quedado el conocimiento que adquirí en el programa. No tenía ni idea, nunca había cocinado y tuve que dedicar muchas horas. Antes no sabía que era un sofrito y ahora puedo cocinar un arroz, una carne o un pescado.

¿Cocina a menudo?

Para mí apenas cocino. No me da tiempo de hacerme un 'tuper' y llevarme la comida, pero no he dejado de cocinar para mis amigos.

¿Su cuerpo le pide comer sano?

Con el conocimiento que tengo sobre gastronomía sé lo que me conviene. Y lo que no. Lo que no me conviene prefiero sustituirlo por algo de mayor calidad.

¿Cómo lleva las críticas?

Intento no tomármelas en serio. Ni las buenas ni las malas.

¿Qué proyectos tiene a corto plazo?

Ahora, después de un año intenso, toca vacaciones. Pero serán cortas, tengo entre manos una nueva propuesta, pero no la puedo adelantar.... Mientras tanto me dedicaré a escribir un guion.