Lavar los platos es una de esas tareas del hogar que resultan tan arduas para unos como satisfactorios para otros. En el caso de los primeros, el lavavajillas se ha convertido en una respuesta casi perfecta. Tal es así que según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), al menos la mitad de los hogares cuenta con uno.

Como casi todos los electrodomésticos, su uso requiere de unas pautas específicas, tanto para sacarle el máximo resultado como para evitar hábitos que perjudiquen a su mecanismo. Y como con casi tarea del hogar, también son recurrentes los consejos y tips para lograr la mejor limpieza de la vajilla.

Entre ellos se ha popularizado la certeza de que antes de meter platos, vasos, cubiertos y cacharros en el lavavajillas es necesario enjuagarlos. ¿Pero es así?

Vajilla ámbar de Duralex. Duralex

Eficiencia

Según los propios fabricantes así como las principales marcas de prodcutos limpieza, este prelavado manual es una pérdida de tiempo y de agua. No es necesario puesto que el electrodoméstico está preparado para hacer frente a la suciedad.

"Si enjuagamos los platos antes de meterlos en el lavavajillas resulta menos eficiente en cuanto al ahorro de agua. Los lavavajillas funcionan con altas temperaturas para asegurarse de que los platos estarán perfectamente limpios al final del ciclo de lavado". Es el resumen, por ejmeplo, de la página web de Finish, una de las marcas más solicitadas para este uso.

A ello se suma que si el menaje está ya enjuagad, las enzimas presentes en el jabón y responsables de la limpieza, rinden bastante menos.

Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los lavavajillas, especialmente entre los últimos modelos, ya disponen de un sensor que mide la cantidad de agua necesaria para el proceso de lavado, pero la lectura sería errónea en el caso de pasarlos antes bajo el grifo.