El truco definitivo para dejar el desagüe del fregadero como nuevo (y por qué funciona)

Cuatro ingredientes de cocina, un par de burbujeos y el desagüe vuelve a sorber como el primer día

El método casero para desatascar el fregadero sin químicos ni productos caros.

El método casero para desatascar el fregadero sin químicos ni productos caros.

Santa Cruz de Tenerife

Una tarde cualquiera tu fregadero decide no tragar. El agua se estanca, sube un olor rancio y, con el estropajo en la mano, descubres que el desatascador químico se ha acabado.

Antes de rendirte a la fontanería, abres Instagram y ves un vídeo de 30 segundos: cuatro ingredientes de cocina, un par de burbujeos y el desagüe vuelve a sorber como el primer día.

Antes de volcar el bicarbonato y el vinagre (el corazón del truco viral que popularizó @remediossaludables_) conviene liberar el cuello del sumidero de cualquier tapón físico. La propia creadora del reel muestra un paso previo que a menudo pasamos por alto y que además puede hacerse con el propio filtro de metal que muchos llevan incorporado.

Cuatro pasos

  1. Bicarbonato + sal gruesa.- Vierte ½ taza de bicarbonato de sodio y ½ taza de sal directamente por el sumidero. La sal actúa como abrasivo y el bicarbonato como desengrasante y neutralizador de olores.
  2. “Chorro” de agua hirviendo.- Añade de inmediato 1–2 tazas de agua muy caliente; el líquido disuelve jabón, aceites y restos de comida atrapados en el sifón.
  3. Vinagre blanco.- Pasados unos diez minutos, echa 1–2 tazas de vinagre de limpieza y tapa el orificio con un paño. La reacción efervescente libera dióxido de carbono y despega la película orgánica de las paredes del tubo.
  4. Enjuague final.- Deja actuar al menos media hora. Después, abre el grifo con agua caliente durante 30 segundos para arrastrar la suciedad que se haya desprendido.

El resultado es inmediato: el fregadero traga sin gorgotear y desaparece el olor a tubería.

Por qué funciona

  • Abrasión mecánica: los cristales de sal limpian la capa viscosa que protege los atascos.
  • Alcalinidad: el bicarbonato (pH ≈ 8,3) rompe enlaces grasos.
  • Reacción ácido-base: al reaccionar con el vinagre (ácido acético) se libera CO₂ que expande y “empuja” la mezcla a zonas donde la escobilla no llega.
  • Choque térmico: el agua casi hirviendo funde aceites solidificados.

Beneficios

  • Sin sosa cáustica: no daña PVC ni juntas de goma y evita vapores tóxicos.
  • Bajo coste: todos los ingredientes suman menos de un euro por aplicación.
  • Ecológico: el vinagre y el bicarbonato se biodegradan; la sal no introduce tensioactivos ni fosfatos.

Consejos

  • Frecuencia: una aplicación mensual previene obstrucciones.
  • Pre-filtro: coloca una rejilla para que restos grandes no lleguen al sifón.
  • Nunca mezclar con productos comerciales: si ya has echado un desatascador químico, espera 24 horas antes de usar este método.
  • Precaución con encimeras de mármol: el vinagre puede manchar si salpica.

Si el agua sigue estancada tras dos rondas, el problema suele estar más allá del sifón (codos de 90 grados o bajantes comunitarias) y hace falta desmontar la “taza” o llamar a un fontanero para usar una sonda manual.

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