La palabra más especial de Canarias: significa una cosa y la contraria

En el diccionario parece inofensiva: un simple adjetivo para designar lo chico, lo breve, lo modesto. Sin embargo, basta oírla en boca isleña para que ocurra lo contrario

Ola de calor

Ola de calor / Agencias

Santa Cruz de Tenerife

Hay una palabra diminuta, de tres sílabas apenas, que los canarios lanzan con una sonrisa cómplice y que, al cruzar el Atlántico, confunde a cualquier peninsular.

En el diccionario parece inofensiva: un simple adjetivo para designar lo chico, lo breve, lo modesto. Sin embargo, basta oírla en boca isleña para que ocurra lo contrario: de pronto el sustantivo se engrandece, el elogio se desborda y la anécdota se convierte en épica.

Es el truco lingüístico con el que los tinerfeños celebran un fiestón, los grancanarios se quejan de un calor sofocante y los majoreros describen un sustazo monumental sin más arsenal que esa vocecita irónica. ¿El hechizo? “¡Chiquito!”

Agrandar la realidad

En la mayor parte del mundo hispano chiquito evoca algo pequeño. Pero en Canarias la lógica se retuerce: colocado antes de un sustantivo y usado de forma exclamativa, chiquito/a actúa como un súper intensificador que ensalza la magnitud de lo nombrado.

La Academia Canaria de la Lengua lo registra así: “¡Chiquito coche se compró!” –es decir, un cochazo–, subrayando que la construcción “pondera los característicos atributos” del nombre que acompaña.

Este giro no es un simple capricho coloquial, pertenece a la figura retórica de la antífrasis, igual que el peninsular “¡menuda fiesta!” o el mexicano “chico lío”.

Consultado sobre expresiones como chiquito tute (faena enorme), el propio servicio de dudas de la Academia confirma su naturaleza de “uso particular” del español canario y lo vincula a idénticos valores ponderativos en otros dialectos americanos.

Cómo funciona

  • Posición y concordancia: siempre delante del sustantivo (chiquita fiesta, chiquitos precios) y concordando en género y número.
  • Entonación: la primera sílaba se alarga (“chii-quí-to”) para remarcar la ironía.
  • Rango de registros: puramente coloquial; no se recomienda en documentos formales.

La fórmula se ha popularizado tanto que viaja en memes y vídeos virales. Un ejemplo son las “clases de canario” que un tinerfeño dio a dos niños irlandeses, donde la expresión “¡chiquita calufa!” (tremendo calor) protagoniza la lección online.

Orígenes probables

Los lingüistas sitúan el uso ya en crónicas rurales del siglo XIX. Factores que pudieron reforzarlo:

  1. Contacto con el Atlántico: el intercambio lingüístico con el Caribe, donde abundan intensificadores irónicos (tremendo, figurón), aportó legitimidad al giro.
  2. Economía expresiva: una sola palabra agranda el mensaje y añade cercanía afectiva.
  3. Marca identitaria: igual que guagua o chacho, chiquito distingue el habla isleña y conecta al hablante con su origen.

Consejos al visitante

  1. Escucha la entonación; la ironía es casi musical.
  2. Evita el error de literalidad: si un amigo canario grita “¡chiquito mojo hiciste!”, no critique tu salsa: la está elogiando.
  3. Úsalo con confianza: incluir un chiquito en la conversación te granjea simpatía instantánea entre los isleños.

ASí que ya sabes, la próxima vez que aterrices en las islas, prueba a exclamar “¡chiquita bienvenida!” y verás cómo se agranda la sonrisa de tus anfitriones.

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