Adiós a la carne: la OCU te descubre las alternativas perfectas para "una dieta más sostenible"

Una hamburguesa, un filete, un entrecot o un solomillo, la carne se puede comer de muchas formas, y siempre está riquísima. Sin embargo, cada vez más personas la eliminan de su dieta y la sustituyen por otros alimentos como vegetales, pescados o sucedáneos. No todos te aportan los mismos valores nutricionales que la carne, por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado un listado con las mejores alternativas a este producto para que comas "más sostenible".

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Los españoles tenemos un consumo medio de carne en los hogares de 41,1 kg por persona al año, y un gasto per cápita en carne fue de 342,8 euros anuales, casi un 20% del gasto de la cesta de la compra. El 90% de la población come carne al menos una vez por semana. Según datos de la FAO, el consumo total de carne en España en 2023 fue el más alto de la Unión Europea y el séptimo a nivel mundial.

Esto se debe a que la dieta de los Españoles se fundamenta en este tipo de productos, ya sea en carne fresca o en derivados como los embutidos.

Este consumo tan alto de carne se debe a la fuerte tradición gastronómica basada en productos cárnicos como el jamón, chorizo o cordero. La abundancia de producción nacional, especialmente de cerdo, la hace accesible y barata. Además, la carne es percibida como un alimento sabroso y esencial. La potente industria cárnica también influye en los hábitos de consumo.

La carne es uno de los productos más importantes de la dieta

La carne es una fuente rica en proteínas de alto valor biológico, esenciales para el crecimiento y la reparación de tejidos. Aporta hierro hemo, que se absorbe fácilmente y previene la anemia, así como zinc, fósforo y vitaminas del grupo B, especialmente la B12, fundamental para el sistema nervioso. 

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También contiene grasas, cuya cantidad y tipo varían según el animal y el corte. Consumida con moderación y dentro de una dieta equilibrada, la carne puede contribuir positivamente a una buena salud nutricional.

Sin embargo, la producción de este alimento perjudica gravemente al medio ambiente, ya que la OCU calcula que la producción alimentaria es responsable de hasta el 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y se consume el 70% de agua dulce. Por esta razón, se buscan alternativas más sostenibles. 

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La OCU ha creado un documento en el que expone las principales alternativas a la carne. En esta lista se exponen varios ejemplos como los productos alimentarios de origen vegetal, como por ejemplo las hamburguesas de soja, que son las más populares entre los consumidores. También, nuevas innovaciones están ganando terreno.

Otra es la fermentación de precisión, que emplea microorganismos para desarrollar productos como quesos sin lácteos o proteínas en polvo. Esta tecnología ya se aplica, por ejemplo, para reemplazar el cuajo animal en la elaboración de muchos quesos tradicionales.

Por otro último, la carne cultivada o carne de laboratorio representa una de las propuestas más avanzadas desde el punto de vista tecnológico. Aunque todavía necesita más investigación para alcanzar una producción a gran escala, promete abrir interesantes posibilidades en el futuro de la alimentación.