Sale a la luz el truco para conocer si un semáforo tiene cámara-radar

En los últimos años, ha habido un aumento significativo en la instalación de cámaras de vigilancia en semáforos ubicados en el centro de las ciudades o en puntos críticos donde se producen más accidentes de lo normal. De hecho, hoy en día es difícil encontrar una ciudad o un gran municipio sin este tipo de dispositivos ocultos bajo los semáforos y la capital de Tenerife, Santa Cruz, no iba a ser una excepción.

Estas cámaras tienen una doble función: la vigilancia y la imposición de multas. En algunos casos, se utilizan para controlar el tráfico y la seguridad en las calles, mientras que en otros casos se utilizan para sancionar a los conductores que cometen infracciones.

Cuando se trata de multar a los conductores, la instalación de estas cámaras ha sido especialmente efectiva en dos situaciones: el exceso de velocidad y saltarse el semáforo en rojo. En el primer caso, las multas pueden variar entre los 100 y los 600 euros, y además pueden conllevar la pérdida de puntos en el carné de conducir. En el segundo caso, la multa asciende a 200 euros y se restan 4 puntos del carné.

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El objetivo de la instalación de estas cámaras es, en última instancia, mejorar la seguridad vial y reducir el número de accidentes. Los estudios muestran que la presencia de cámaras de vigilancia en los semáforos reduce significativamente el número de infracciones y, por lo tanto, también reduce el número de accidentes en la carretera.

Sin embargo, la instalación de cámaras de vigilancia también ha generado cierta controversia. Algunos conductores creen que se utilizan más como una herramienta para recaudar fondos que para mejorar la seguridad vial, y también plantean cuestiones de privacidad y protección de datos. Aunque las autoridades aseguran que las cámaras sólo se utilizan para fines de seguridad y no se almacenan los datos de forma permanente, algunos conductores siguen siendo escépticos.

Identificación

Para saber si un semáforo tiene uno de estos dispositivos, lo más fácil es contactar con el ayuntamiento correspondiente y preguntar, ya que esa información debe ser pública. Eso sí, puede ocurrir que la duda surja ya en carretera.

Para ello, lo primero es es fijarse en la parte superior del semáforo. La gran mayoría de cámaras, si no están en un lugar visible, tienden a instalarse encima del color rojo. Si el conductor aprecia una pequeña caja o una lente, es mejor que limite su velocidad.

Otro de los trucos es buscar antenas o cables. Normalmente estos aparatos están conectados a un sistema externo ya sea por señal o cable. En este último caso, son bastante fáciles de ver, pues tienden a rodear la estructura.