La forma en que lavas tu pelo influye mucho en la facilidad para peinarse después y lucir una melena perfecta.

El cabello nos puede traer de cabeza. Parece que nadie está contento con el pelo que le ha dado la naturaleza, aunque si en una cosa hay consenso es en que odiamos los nudos. Hay cabellos con más facilidad para presentar enredos que otros, pues no solo es una cuestión de longitud o de peinado. El grosor y el tipo de onda o rizo tienen mucho que ver en la facilidad con la que un cabello se enreda estando seco o, incluso, mientras lo lavas.

Hablando del lavado, ¿te has preguntado por qué en las peluquerías te reclinan la cabeza hacia atrás? No es solo por comodidad de la persona que te atiende.

Cómo lavar el cabello en la ducha y evitar nudos

La mayoría lavamos el cabello a la vez que nos duchamos, por lo que vas a poder hacerlo de manera correcta siempre. En caso de que laves tu cabello fuera de la bañera, arrodillada, aplica el mismo principio.

Antes de meterte en la ducha, lo ideal es que te deshagas de buena parte de los nudos que pueda tener tu pelo con ayuda de un acondicionador o sin ella, según necesites. Pero, incluso si no has podido hacer este paso previo, procede en el lavado como te vamos a contar.

Para que tu pelo no se enrede durante el lavado necesitas que la corriente de agua discurra paralela a tu cabello. Si estás de pie, en la ducha, esto lo consigue reclinando un poco la cabeza hacia atrás y dirigiendo el chorro de agua desde la frente haca la coronilla y desde la coronilla hacia las puntas.

De esta forma, con el agua circulando desde la raíz hasta las puntas, puedes enjabonarte como desees sin temor a nuevos enredones. Ahorrarás en productos para luchar contra los nudos y, lo que es más importante, evitarás la rotura de muchos cabellos, puesto que cuando peinamos el cabello estando húmedo la fibra capilar es más frágil.

Menos castigado por las tracciones para desenredarlo, tu cabello se verá más sano a medida que vayan pasando las semanas.