Cuando nos ponemos a limpiar los cristales casi siempre nos quedan marcas, que en algunas zonas conocen como relejes y que salen porque el producto que usamos se ha secado demasiado rápido, o no lo hemos secado de manera adecuada.

Esto da mucha rabia, porque algunas zonas del cristal quedan limpias y otras casi peores que antes de pasar el trapo, de manera que os vamos a dar un truco infalible que deja los vidrios de las ventanas limpios y sin una mancha.

La maniobra es tan sencilla como ir a la cocina, coger una patata, cortarla por la mitad y restregarla por los cristales en ambas caras, para después dejar que se seque el jugo y el almidón que tiene este tubérculo.

Además, podemos aprovechar la típica patata que se ha puesto blanda o a la que le ha salido tallo, utilizando así algo que íbamos a tirar a la basura.

El truco resulta más efectivo si aclaramos con agua

En el caso de que queramos que el brillo de los cristales llegue a otro nivel, lo mejor es que una vez que el jugo de la patata se seque, pasemos una bayeta con agua para aclarar y si vemos que la parte exterior está sucia, podemos cambiar el agua por el vinagre.

Este vinagre siempre es mejor que sea “de limpieza”, lo podemos encontrar en supermercados, en la zona de los productos para limpiar el hogar, casi siempre por menos de un euro y nos va a sacar de muchos apuros, por lo que es recomendable tener una botella en la vivienda.

No hay que mirar mucho el coste, puesto que las patatas las podemos adquirir en todos los supermercados por precios que rondan un euro por kilo o incluso menos, y una de tamaño normal nos puede servir para varias ventanas, por lo que nunca vamos a limpiar los cristales por menos dinero, evitando adquirir productos con detergentes que son caros y que contaminan el medioambiente.