Las altas temperaturas están tras muchos problemas de insomnio. En ocasiones, ni siquiera es necesario llegar a la falta de sueño, sino que se duerme, pero no se alcanza un estado de relajación absoluto. La falta de sueño reparador se traduce en ausencia de vitalidad y más dificultad para reparar dolencias internas.

Los expertos aconsejan dormir entre 7 y 8 horas diarias, y que este tiempo sea confortable, con sueño reparador. Cuando el descanso no es el adecuado, el resultado puede ser levantarse más cansado que al momento de irse a la cama, o padecer problemas de homeostasis que afecten al equilibrio, llegando incluso a sufrir mareos.

Por otra parte, no hay que olvidar que la falta de sueño induce a que las vacunas sean menos efectivas, especialmente en las personas que están iniciándose en estos procesos.

Para los deportistas, el descanso y el sueño son factores imprescindibles para asegurar un buen rendimiento.

Y para el público en general, no dormir bien y de manera suficiente se vincula a problemas de obesidad y riesgo de padecer diabetes tipo 2.

El hipotálamo, la región cerebral más afectada

En verano, con las altas temperaturas, el sistema nervioso central se puede ver muy afectado. En concreto, el hipotálamo es la región que más sufre. Es cierto que, a más cantidad de luz, más serotonina se segrega, pero cuando el termómetro supera los 40 grados, el hipotálamo puede no funcionar correctamente.

Esta zona cerebral es la que controla la temperatura del organismo y la adapta a las condiciones climáticas. De este modo, si no nos protegemos ante episodios de mucho calor, el cuerpo no alcanza un equilibrio homeostático adecuado, lo que podría llevar a problemas mayores.

La solución a esta situación pasa por hidratarse bien con bebidas frías, para bajar la temperatura del organismo. Sin embargo, si el golpe de temperatura es muy elevado, el cerebro puede sufrir. Eso es justo lo que ocurre cuando se toma un helado de manera muy brusca.

No garantizar un sueño reparador va de la mano de sentirse más cansados en el día a día, con menos vitalidad y con opciones de sufrir problemas de salud a largo plazo. Y todo esto está muy vinculado a las altas temperaturas. No olvides hidratarte constantemente.