Un paseo entre viñedos. Son museos, hoteles y grandes joyas de la arquitectura, pero, sobre todo, son bodegas. Tradición y modernidad conviven entre viñedos de los que salen algunos de los mejores vinos del mundo. En España el turismo enológico tiene sus propios templos y palacios. Elegimos tres de ellos, situados entre La Rioja y Álava, en una ruta por los paraísos del vino que promete hacer las delicias del visitante y ofrece muchísimo más que una copa de buen caldo.

La ciudad del vino Elciego (Álava)

Tempranillo, graciano, cabernet Sauvignon y mazuelo. Son las variedades de uva utilizadas en la elaboración de los vinos Marqués de Riscal, que dan nombre a una de las bodegas con más solera de La Rioja Alavesa y a un espectacular hotel, con Spa de vinoterapia incluido, obra del arquitecto Frank O. Ghery. Su cubierta en voladizo, toda en titanio y acero, acaricia el cielo. Pero aquí también hay que mirar hacia la tierra, donde se esconde La Catedral, una oscura cueva en la que duermen, entre silenciosos pasillos, botellas procedentes de 156 años de vendimias. marquesderiscal.com

Museo Vivanco de la cultura del vino Briones (La Rioja)

Entre los meandros del río Ebro emerge la medieval Briones, en cuyas inmediaciones se alza uno de los mejores museos del mundo en su género, perteneciente a las bodegas Dinastía Vivanco. A través de una importante colección de piezas arqueológicas y artísticas relacionadas con el consumo del vino podemos vivir un apasionante, y diferente, viaje por la Historia. Hay bronces egipcios, cerámicas griegas, mármoles romanos, pinturas de Sorolla y Picasso... y todo un muestrario de sacacorchos, algunos del siglo XVIII. En el exterior aguarda el Jardín de Baco, con más de 220 variedades de uva. vivancoculturadevino.es

Bodegas Muga Haro (La Rioja)

Surgido en plena Revolución Industrial, el Barrio de la Estación es una de las zonas del mundo con mayor concentración de bodegas. Asentada sobre un edificio bicentenario, Muga continúa fiel a los métodos tradicionales: es la única en España con un maestro cubero y tres toneleros propios, encargados de trabajar la madera de roble. En cuatro salas se distribuyen 90 tinas en las que el vino fermenta antes de pasar a las barricas, en las que permanecerá entre 24 y 36 meses. Tempranillo, mazuelo y graciano conviven en su viñedo, protegido de los vientos fríos del norte que soplan apenas a unos kilómetros. bodegasmuga.com