En los más de 7.800 kilómetros de costa que tiene España existen innumerables rincones de gran belleza, pero ahora que es tiempo de hacer planes, no está de más proponer una lista que recoja las playas que se encuentran en todas las clasificaciones. Desde Galicia a Cádiz, pasando por las Islas Baleares y las Canarias, en el Atlántico, el Cantábrico o el Mediterráneo, estos son algunos de los arenales más recomendables para relajarnos al sol o con un baño en el mar en un entorno natural privilegiado:

Playa de As Catedrais, Ribadeo (Lugo)

Entre las localidades lucenses de Foz y Ribadeo se encuentra la playa de las Catedrales o de Augas Santas, que está considerada una de las más espectaculares del mundo. El viento y el mar han esculpido durante años el litoral originando unos acantilados de hasta 32 metros de altura que forman un paisaje espectacular. El momento perfecto para visitarla es cuando la marea se encuentra baja, ya que esto nos permitirá caminar por la arena y contemplar de cerca las "catedrales": las grietas y socavones que la erosión del agua ha dejado en los acantilados.Playa de Rodas, en las Islas Cíes, Vigo (Pontevedra)

En febrero de 2007 el periódico británico 'The Guardian' consideró esta playa como la mejor del mundo. Situada en las paradisíacas Islas Cíes, parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, la playa de Rodas es uno de los arenales más bonitos de España. Tiene forma de concha y su arena es blanca y fina. Sólo se puede llegar allí cogiendo un barco, por lo que se presenta como una playa tranquila en la que poder darse un baño con calma.

Playa de Gulpiyuri, en Llanes (Asturias)

Entre la costa de Llanes y Ribadesella, en Asturias, encontramos una de las playas más atípicas de la península. El agua del mar entra hasta ella a través de un hueco en las rocas que la erosión ha causado con el paso de los años, dejándonos de herencia un lugar único: una pequeña playa de apenas 50 metros pero de una naturaleza única. Fue declarada Monumento Natural en 2001 y está situada al norte del pueblo de Naves. Si queremos evitar aglomeraciones cuando visitemos esta joya natural es recomendable no hacerlo cuando no sea alta temporada o bien madrugar para coger un buen sitio.

Cala de Aiguablava, en Begur (Girona)

Los encantos de la Costa Brava se resumen en la playa de Aiguablava en Begur (Girona), e dirección a Palafrugell. La belleza del entorno natural, sin urbanizar, y las aguas turquesas forman una estampa mediterránea perfecta. Tiene menos de 100 metros de longitud y una arena dorada de grano fino. Cerca se encuentra el Parador Nacional de Aiguablava.

Playa de La Granadella, en Xàbia (Alicante)

Con apenas 20 metros de anchura y 200 de longitud la playa de la Granadella en Xàbia es un pequeño paraíso natural que nos recuerda a la costa balear pero, en este caso, no necesitamos salir de la península para disfrutar de un lugar de características parecidas. Las singularidades de esta playa mediterránea hacen que sea muy frecuentada por turistas por lo que, si queremos visitarla, es necesario madrugar un poco.

Playa de Calblanque (Murcia)

Ubicada en el Parque Regional de Calblanque, encontramos esta impresionante playa, uno de los espacios naturales costeros que se conserva casi virgen. Perderse en su gran riqueza natural es un placer: largas playas de arenas doradas, dunas fósiles, calas solitarias para reconectar con uno mismo, macizos montañosos que contrastan con el azul del mar...

Playa de Bolonia (Cádiz)

Es una de las playas semi vírgenes más bellas de la provincia de Cádiz. Se encuentra junto a las ruinas de Baelo Claudia, muy cerca de Tarifa y se caracteriza, además de por sus aguas cristalinas y su fina arena blanca, por una enorme duna que el viento de levante se encarga de ensanchar con el paso de los años. Contemplar las ruinas de Baelo y pasear por los 3.800 metros de longitud que tiene la playa es sin duda una de las mejores opciones si visitamos la provincia.

Cala de Sa Calobra, en Escorca (Mallorca, Islas Baleares)

La cala de Sa Calobra, en Mallorca, es un espacio de apenas 14 metros de ancho, lo que no le impide entrar en las clasificaciones de las mejores de España o incluso del mundo. La razón es su imponente entorno natural y la intensidad de los colores de sus aguas. En Sa Calobra se dan la mano en una perfecta armonía los acantilados de la Serra de Tramuntana con el Mediterráneo, en el final del llamado Torrente Pareis, que se abre paso hasta el mar en un espacio espectacular. Es uno de los espacios más visitados de la isla.

Cala Macarella, en Ciutadella (Menorca, Islas Baleares)

La playa Macarella, a 14 kilometros de Ciutadella, rivaliza en belleza en Menorca con la cala Turqueta. En ella llaman la atención los intensos colores azules y turquesas de sus aguas y un entorno natural único, típico de la costa de la isla. Recortada entre acantilados y pinos, sus arenas suelen estar muy concurridas en verano. Junto a ella se encuentra la cala Macarelleta, un pequeño arenal donde se practica el nudismo.

Playa de Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria)

La playa de Maspalomas es un extenso arenal de unos seis kilómetros de longitud en el sur de Gran Canaria. Con el clima asegurado y todos los servicios a mano, el aliciente añadido de esta playa son sus kilómetros de dunas que se extienden entre el faro y la playa del Inglés. Es la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas, formada por tres ecosistemas: el palmeral, la charca y las propias dunas, un paisaje de ensueño para disfrutar junto a las aguas del Atlántico.

Playa del Papagayo, en Yaiza (Lanzarote, Islas Canarias)

La Playa del Papagayo, en Lanzarote, concentra la belleza del paisaje de la isla en un espacio de apenas 125 metros de largo, y unos 15 metros de ancho. Formada por arena blanca y grano fino, este arenal de aguas cristalinas es uno de los más conocidos de las Islas Canarias. Las rocas que encuadran la playa suelen protegerla de los vientos que habitualmente azotan la isla.