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Rosa Marina González: “La variable clave en Tenerife es el tiempo: la gente debe ver que la guagua va rápido al lado del coche"

La directora de la Cátedra de Economía y Movilidad de la ULL pone experiencia en colaborar ante el mayor reto de la isla: acabar con los atascos en las autopistas

Rosa Marina González, el pasado viernes en la parada del tranvía de Gracia, en La Laguna.  | MARÍA PISACA

Rosa Marina González, el pasado viernes en la parada del tranvía de Gracia, en La Laguna. | MARÍA PISACA

La Laguna

¿Cómo valora su reciente incorporación al consejo asesor del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible?

Muy positivamente y como un reto. Siempre he estado ligada a la investigación de la economía del transporte y cuando comencé, hace 35 años, dando clases de Fundamentos del Análisis Económico, era muy difícil conseguir datos. Por fortuna, hoy tenemos una gran disponibilidad. Ahora se trata de acercarse lo más posible a la realidad y estar en el Consejo es una buena oportunidad. Lo que hacemos es valorar proyectos de inversión y ya tuve la primera reunión, el 23 de octubre. Está formado por personas de todo el país con perfiles profesionales heterogéneos y voy a aportar, pero lo tomo como un aprendizaje, una ‘masterclass’.

Preséntese usted misma

Nací en La Cruz Chica, cerca del aeropuerto de Los Rodeos, en La Laguna, y en una familia sin tradición académica. Me emociona y es un orgullo haber llegado a este punto en el sentido de, primero, ser mujer y segundo, que no fuera algo habitual en mi entorno. Me acordé mucho de mi padre, que siempre me animó, en esa primera reunión del consejo. Ha sido un proceso para romper barreras que han surgido en el camino.

Guaguas lanzaderas del norte y del sur o escalonamiento en la entrada a clases. ¿Se verán soluciones en este laboratorio que supone la ULL, una comunidad que forman 22.000 personas?

La situación de la movilidad en Tenerife requiere de medidas urgentes y prioritarias. La ULL es un buen laboratorio para ponerlas en práctica. Por ejemplo, el vehículo compartido o la teledocencia en determinados horarios, el teletrabajo que, como ya nos demostró la pandemia, puede extenderse a muchas administraciones públicas. Venimos investigando la movilidad del alumnado desde hace más de dos décadas, pero nunca habíamos conseguido cuajar estas medidas como ahora. Hicimos un estudio y comprobamos que los efectos de mover la hora de entrada a clase eran positivos al reducir la congestión del tráfico de la autopista en las horas punta. También tenemos la matriz origen-destino del alumnado. Es decir, sabemos de dónde vienen y a dónde van. Hay muchas coincidencias y cuando eso pasa debemos ofrecer al transporte colectivo. No una guagua de Titsa, porque sabemos cómo están y van llenas, pero sí el discrecional a contratar para ofrecer un servicio como el escolar que recoja a los estudiantes y los lleve a la universidad. Con las rutas diseñadas en base a esa matriz origen-destino. Incluso podría ser un transporte a la demanda. Entiendo que debemos ofrecer a la sociedad la investigación previa y luego llevarla a la práctica.

Focalice la situación de la movilidad en Tenerife

Los grandes proyectos son a medio o largo plazo y necesitamos soluciones inmediatas. Estas pasan por la gestión de la movilidad, no tanto por inversión en infraestructuras o en nuevos modos de transporte. A corto plazo se deben implantar planes de movilidad en los centros de trabajo y universitarios, en institutos y colegios. Además de incentivar el uso del vehículo compartido o penalizar en el estacionamiento a gente que viene de zonas donde tiene fácil acceso al transporte público. Medidas que yo llamo de palo y zanahoria. O sea, penalización, pero también incentivo en el otro lado de la balanza. Si pones una penalización al coche, por ejemplo, debes colocar un incentivo como alternativa. El transporte público gratuito es el incentivo, pero la penalización en el privado todavía no ha llegado.

El transporte gratuito ha sido un éxito, pero la gente no deja su coche en casa. ¿Por qué?

La variable clave en el transporte público no es el precio sino el tiempo. El coste generalizado, que se llama así, de moverte suma el precio del billete que pago al valor de mi tiempo. No es solo el que paso en la guagua, sino desde que salgo de casa y llego a una parada, además del que espero en ella. Tal vez tenga un transbordo y luego resta acceder al punto de destino desde que me bajo. Todo eso unido supone el tiempo de viaje y sigue siendo muy superior al del coche. Además, si estoy parada en la autopista y al lado veo la guagua, está claro que el precio cero no es la variable que hace que me mueva en el transporte público.

¿Hay fórmulas mágicas para resolver el recurrente colapso de tráfico en las dos autopistas?

No, pero sí posibles soluciones. La variable clave es el tiempo y para reducir el de viaje en guagua están los carriles exclusivos. Si no se pueden hacer de hoy para mañana intentemos experiencias piloto y que algún carril sea reversible. Es decir, en la hora punta de la mañana hacemos exclusivo uno en la TF-5 que viene del Norte al Área Metropolitana. Hay dos en cada sentido. Por la mañana hay un gran flujo de vehículos hacia Santa Cruz; ¿por qué no sacrificar uno de los que va en dirección al norte? Hay que probar esas experiencias para que la gente vea que la guagua va rápido al lado del coche y se cambie de transporte. Creo que la gratuidad para todo el mundo es discutible y objeto de debate. Incentiva a moverse a quien no se iba a mover y no es eso lo que se pretende. Cuando hablamos de movilidad sostenible queremos que se deje el coche para ir en guagua y no generar nueva movilidad.

Grúas express ante los accidentes y reducción de la velocidad en las autopistas. ¿Cómo lo ve?

Las grúas express me parece una solución que puede ser buena. Lo de reducir la velocidad habrá que verlo. Creo que sería sobre todo para mejorar la seguridad y en prevención de accidentes de tráfico, pero no para reducir el número de coches en las carreteras .

¿Y cómo logramos eso?

Con medidas que tiendan a hacer más atractiva la alternativa del transporte colectivo. Por ejemplo, con los carriles exclusivos y acciones de gestión de la movilidad a aplicar en el centro de trabajo, en el de estudios y en las administraciones. Entre ellas fomentar que trabajadores o estudiantes se muevan en modo colectivo o compartiendo el vehículo. Por ejemplo, si reservamos, como en la ULL en una experiencia piloto que ha funcionado bien, los estacionamientos claves de los campus, la primera línea del aulario, para los coches que vienen con dos o más personas. Dejemos de hablar de cultura y mentalidades porque los estudiantes compartirán coche si ven esas ventajas en los estacionamientos. S i vienes solo, aparcarás más lejos.

¿Aliviará el tráfico la pasarela Peatonal del Padre Anchieta?

No sabría decir. Los peatones dejarán de interactuar con los coches, pero el flujo de vehículos seguirá siendo muy elevado, el cuello de botella va a seguir existiendo, aunque el tráfico sea un poco más fluido. Sí puede ser muy atractiva e interesante la medida de los semáforos inteligentes. Y probablemente más barata.

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