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Pueblo Hinojosa vive su noche más terrorífica

Vecinos, familias y curiosos transforman esta urbanización lagunera en un escenario del miedo cada 31 de octubre. Los disfraces, la decoración de las casas y el miedo se mezclan para mantener viva esta cita

San Cristóbal de La Laguna

¿Una urbanización entera convertida en una casa del terror? Así es Pueblo Hinojosa, enclavada entre Finca España y La Verdellada. No es ninguna ciudad estadounidense en la que el mundo se paraliza por Halloween y donde los estudiantes tienen hasta una semana entera de vacaciones, pero lo parece. Este rincón lagunero se convierte cada 31 de octubre en el epicentro del Halloween tinerfeño. Sus calles se llenan de brujitas, payasos, calabazas, esqueletos y hasta perros disfrazados de fantasma.

La fiesta de raíces anglosajonas se celebra cada año de una manera muy especial en Pueblo Hinojosa. El clásico "truco o trato" cobra vida con una energía singular y terrorífica, sin necesidad de cruzar el Atlántico. Para Tatiana González, acudir a la urbanización es una tradición que se repite año tras año. En esta ocasión, su hija Lucía y ella decidieron disfrazarse de catrinas mexicanas. "Nos encanta el ambiente, cada vecino se lo curra muchísimo y los niños disfrutan sin miedo", comenta mientras sostiene una calabaza llena de caramelos.

"Truco o trato"

Desde las 18:00 horas, las calles se comenzaron a llenar de familias, grupos de amigos y curiosos que se movían al ritmo de "corre están dando caramelos en esa casa". Aunque algunos aseguran que la cantidad de asistentes ha disminuido con los años, el espíritu del barrio sigue intacto. Muchos de los que acudían cuando eran pequeños hoy lo hacen con nostalgia. Es el caso de Antonio Benítez, que recuerda con cariño aquellas noches: "Desde los seis hasta los trece años venía sin faltar, tanto con mi familia como con mis amigos. Hoy, con 22 años, vine para recordar viejos tiempos y está siendo bastante divertido".

Este año, sin embargo, las calles apenas daban abasto. Carritos con bebés por aquí, colas para conseguir caramelos, un no parar. "Me recuerda un poco a una romería, pero del miedo", ríe David López, disfrazado con una careta del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Entre el bullicio, los gritos de "caramelos aquí, por favor" y los pasajes del terror dentro de las casas, Pueblo Hinojoso se convirtió en un auténtico escenario del terror comunitario.

Lluvia de golosinas

Por cada rincón se respiraba creatividad. Desde disfraces improvisados con una simple careta hasta auténticas producciones de cine. Las casas, por su parte, se transformaron en los grandes protagonistas. Una lucía un cartel gigante que decía "Lluvia de golosinas a las 21:00", mientras que otras ofrecían pasajes del terror de payasos y cementerios con huesos de esqueletos asomando. Cada detalle estaba pensado para sorprender a quien pasara por allí y las colas para conseguir caramelos llegaban de una casa a otra.

Aunque Halloween ha calado entre los más jóvenes, algunos vecinos recuerdan la importancia de no olvidar las costumbres locales. "Está genial que se celebre, porque mueve la urbanización y a los niños les encanta, pero no debemos olvidar las tradiciones de las Islas", reflexiona Rosa Dorta. Antaño, se celebraba con más fuerza el Día de los Finaos y se vivía con una mesa iluminada por velas, castañas, huesos de santo y tertulias familiares. "Sería bonito que ambas festividades pudieran convivir y no que una pese más que la otra", añade su amiga Carmen Díaz.

Otros, más escépticos, reconocen que, aunque Halloween no es lo suyo, el ambiente contagia. Es el caso de Pedro Hernández, que acompaña a su hijo disfrazado de vampiro. "No me hace mucha gracia la festividad, pero se nota que la gente lo pasa bien, mi hijo incluido. Llega a casa contentísimo y esperando al próximo año", confiesa con una sonrisa.

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