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Piedra Fluida: el regalo perfecto para estas Navidades

El 15 de noviembre, la bodega tinerfeña, de la mano del restaurante La Concepción, convierte el vino en arte y ofrece la oportunidad de que cada persona diseñe su propia etiqueta y regale una historia embotellada

Piedra Fluida: el regalo perfecto para estas Navidades

Piedra Fluida: el regalo perfecto para estas Navidades / ED

El Día

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Entre volcanes milenarios y la brisa atlántica que acaricia las viñas, Bodega Piedra Fluida transforma la pasión por el vino en una auténtica obra de arte. Cada botella encierra una historia, un paisaje y una emoción. Esta Navidad, la bodega propone ir un paso más allá: regalar mucho más que vino, brindar una experiencia creativa y sensorial única, donde el arte y la enología se entrelazan de una forma que solo podría nacer en tierras volcánicas.

Bajo el lema ‘El vino que se convierte en lienzo’, Piedra Fluida lanza sus talleres navideños exclusivos, una iniciativa que invita a celebrar la creatividad, la emoción y el espíritu de compartir. A partir del 15 de noviembre, el restaurante La Concepción, en Santa Cruz, acogerá a quienes deseen pintar y personalizar su propia etiqueta de vino, guiados por artistas locales que ayudarán a transformar una botella en una pieza irrepetible.

Cada participante podrá dar forma a su historia, su emoción o el mensaje que desea regalar, convirtiendo la experiencia de brindar en un acto profundamente personal. El resultado: una botella que no solo contiene vino, sino una parte de quien la crea. Una obra efímera que, al descorcharse, se convierte en recuerdo. La etiqueta personalizada acompañará una de las joyas enológicas de Piedra Fluida, vinos elaborados con uvas autóctonas de las Islas y con un respeto absoluto por la naturaleza volcánica que las ve nacer. En cada sorbo se percibe la fuerza del Teide, el frescor del Atlántico y la serenidad de una tierra que respira historia.

En una época en la que lo efímero suele imponerse, Piedra Fluida reivindica el valor de lo hecho a mano, de lo vivido y compartido. Sus talleres navideños no solo invitan a crear, sino a detener el tiempo, a conectar con el placer de hacer algo propio. El vino, ese compañero de celebraciones, se convierte así en un vehículo de emociones. Cada trazo sobre la etiqueta es una declaración de afecto, una historia que se destapa junto al corcho. Y es que, más allá de su aroma o su cuerpo, un buen vino es aquel que sabe dejar huella.

Así, estas Navidades, regalar Piedra Fluida es regalar arte, territorio y memoria, una experiencia que une lo mejor de Tenerife con la creatividad de quienes saben que brindar también puede ser un acto de amor. Porque cuando el vino se convierte en lienzo, cada botella cuenta una historia que merece ser vivida.

Piedra Fluida

Piedra Fluida / ED

La esencia de un territorio que habla a través del vino

Fundada sobre una filosofía que une innovación y tradición, Bodega Piedra Fluida ha sabido construir un relato que trasciende el mero acto de producir vino. Su propósito va más allá de la copa: preservar una herencia vitivinícola centenaria que forma parte del alma de Tenerife.

La bodega mantiene un profundo compromiso con la recuperación y conservación de viñedos antiguos, algunos de ellos casi olvidados, que hoy vuelven a florecer bajo la mirada paciente de sus viticultores. Parcelas singulares donde las cepas —en muchos casos con más de 60 años— se aferran al suelo volcánico, resistente y generoso, revelando con el tiempo vinos de personalidad inconfundible, marcados por la mineralidad, la frescura y una elegancia natural.

Esta labor de rescate y respeto por el paisaje convierte cada botella de Piedra Fluida en una expresión de identidad y memoria colectiva. En sus caldos se entrelazan los ecos de generaciones que trabajaron la tierra con las manos curtidas por el sol y el viento. No es casualidad que su nombre evoque ese diálogo constante entre lo sólido y lo líquido, entre la piedra y el vino: la naturaleza en su forma más pura, fluyendo.

Viticultura heroica: donde el vino toca el cielo

Entre sus propiedades, repartidas entre el norte y el sur de la isla, Piedra Fluida custodia los viñedos más altos de Europa, situados a 1.687 metros sobre el nivel del mar. Allí, en las faldas del Teide, las vides desafían la altitud, el clima extremo y la pendiente, en una práctica conocida como viticultura heroica.

El resultado son vinos que capturan la esencia de un paisaje único en el mundo, con una frescura y una pureza que solo puede ofrecer una tierra moldeada por la lava y el tiempo. En cada vendimia se renueva el milagro: las cepas, algunas con más de medio siglo de vida, entregan racimos pequeños y concentrados que dan lugar a vinos complejos, profundos y vibrantes.

No hay prisa en Piedra Fluida. Cada decisión, cada proceso, cada fermentación respira calma y respeto. Aquí el vino se escucha, se siente y se interpreta. La bodega combina métodos tradicionales con técnicas enológicas contemporáneas, logrando un equilibrio perfecto entre autenticidad y modernidad.

Las personas interesadas pueden inscribirse para los talleres en el siguiente enlace de reservas: https://app.zibarit.com/event/JbmJkN

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