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Un proyecto sostenible

Se alquila casa bioclimática en Tenerife con vistas al mar entre plantas eólicas y solares

El ITER reabre sus 24 viviendas futuristas y experimentales tras encargar su gestión a cuatro empresas que las sacarán al mercado en los próximos meses

Daniel Millet

Daniel Millet

Santa Cruz de Tenerife

Se alquila casa bioclimática a precio razonable con privilegiadas vistas al mar y muy cerca de la orilla en una urbanización futurista de la costa del sur de Tenerife. Disfruta de un entorno soleado, sostenible y natural entre molinos eólicos, plantas solares, tabaibas, cardones y coladas volcánicas.

Las viviendas son amplias y frescas, con sistemas innovadores de aislamiento térmico. Condición: los ocupantes participarán en un experimento tecnológico sobre arquitectura sostenible basado en sensores que miden en todo momento las condiciones interiores y exteriores.

El Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), dependiente del Cabildo de Tenerife, acaba de firmar un contrato para que cuatro empresas exploten las Casas Bioclimáticas ITER, que constituyen un laboratorio experimental de referencia internacional en eficiencia energética.

Canon

ACC, Jardines de Franchi, Raider Ppal y Gupipu pondrán en el mercado estas 24 casas ubicadas en las propias instalaciones del ITER, en Granadilla, preferentemente para estancias cortas. El canon fijo es de 65.000 euros cada tres meses, aparte de uno variable dependiente de la ocupación.

Con esta externalización, el centro tecnológico y de energías renovables de la Corporación insular reabre unas viviendas que han permanecido cinco años cerradas por problemas administrativos para su gestión pública.

Esta solución permite al ITER retomar el estudio sobre arquitectura sostenible por el que fueron estrenadas en 2010, pues necesita que estén ocupadas para la toma de datos y su propio mantenimiento.

Los inmuebles con diseños variopintos tienen sensores que miden la temperatura, la humedad y los gases

Con una capacidad total de 119 plazas, volverán a ponerse en funcionamiento en los próximos meses de forma progresiva, con lo que se reactiva así uno de los espacios más emblemáticos y diferenciadores del ITER. Estas viviendas, cada una con un diseño diferente y peculiar, están declaradas Casas Emblemáticas de Interés Científico. Combinan la actividad alojativa con la experimentación científica.

Según el consejero de Innovación del Cabildo, Juan José Martínez, «cada estancia se concibe como una experiencia de investigación viva, en la que los usuarios participan indirectamente en estudios sobre confort térmico, consumo energético y comportamiento ambiental de materiales y diseños bioclimáticos».

Sensores

María Delgado, responsable del departamento de Arquitectura Sostenible del ITER, explica que estos inmuebles están monitorizados permanentemente gracias a sensores que miden la temperatura, la humedad y gases como el dióxido de carbono.

«En realidad, las soluciones que aportan sus diseños son sencillas, vinculando la orientación al ciclo solar, el viento y otros parámetros», detalla Delgado, que añade: «Están hechas para aislarse del clima y para favorecer una ventilación natural cruzada».

Esta urbanización experimental se puso en marcha en 1995 con un concurso internacional de arquitectura. Desde su inauguración hace 15 años, han protagonizado un proyecto único en el mundo.

Fueron inauguradas en 2010 y permanecieron los últimos cinco años cerradas por problemas en la gestión pública

Cada una de las 24 casas, además del aislamiento térmico, es capaz de autoabastecerse de energía limpia gracias a sus sistemas fotovoltaicos y térmicos, logrando un conjunto autónomo y ecológico.

El diseño individual de cada vivienda adapta su construcción al clima local, minimizando la necesidad de climatización y maximizando el aprovechamiento de los recursos naturales. Además de ser un espacio de alojamiento, este complejo es una plataforma de investigación activa en la que se monitorean el uso diario y la implementación de nuevos sistemas y materiales sostenibles.

El anuncia de la reapertura de estos peculiares hogares se produce en el marco de la conmemoración del 35 aniversario del ITER. Fue en los actos centrales de esta efeméride, celebrados el pasado jueves en la sede del centro, cuando el director técnico, Carlos Suárez, anunció la firma del contrato con las cuatro empresas que se encargarán a partir de ahora de acondicionar las viviendas –que llevan cinco años cerradas–, ponerlas en el mercado y mantenerlas, mientras el área de Arquitectura Sostenible retoma el experimento bioclimático.

Variedad

Unas tienen formas redondeadas, otras rectangulares. Hay incluso una que parece un hangar y otra que se asemeja a una estrella desde una perspectiva aérea. Una de las principales distinciones está en las cubiertas, matiza María Delgado: «La cubierta no ha sido generalmente una parte de la construcción que se haya tenido muy en cuenta pero es vital para crear unas condiciones de confort adaptativo. En esta urbanización probamos diferentes soluciones de techos para determinar cuáles son las más idóneas para crear estructuras sostenibles».

De hecho, el complejo de la costa granadillera alberga varios proyectos de investigación relacionados con las cubiertas. Entre ellos destaca ‘Renaturmac’, basado en el concepto denominado técnicamente ‘infraestructura verde demostradora monitorizada’. Utiliza vegetales. Pero no solo en la parte superior. Así, también se han colocado jardines verticales y materiales innovadores en otras partes para evaluar su impacto en comodidad y eficiencia energética.

Aparte están otras iniciativas como ‘Cambios’, que utiliza las casas como plataforma experimentación y validación de sistemas de monitorización ambiental, que posteriormente se transferirán a contextos urbanos de Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe, islas con características parecidas a las de Canarias.

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