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Descubre el interior de Teide y Anaga, los superordenadores que revolucionan la ciencia en España

Una inversión millonaria del Cabildo de Tenerife aupará a estas megamáquinas del ITER a la élite europea, una partida de cuatro millones, ampliable a diez, que multiplicará por 30 su poder de procesamiento de datos

Los superordenadores Teide y Anaga

Daniel Millet

Daniel Millet

Daniel Millet

Granadilla de Abona

El zumbido de los climatizadores genera una vibración que remueve hasta las tripas. Mientras, a los lados del suelo de un pasillo de 10 metros, una luz de neón crea destellos que rebotan por todo el habitáculo rectangular. Entrar en los superordenadores Teide y Anaga es viajar a otro universo; es como caminar por las salas de una nave espacial.

La iluminación pinta de azul las estructuras metálicas que sostienen los procesadores, llenos de cables verdes, amarillos y grises. Se va atenuando hasta hacerse la oscuridad, solo interrumpida por una constelación de puntos titilantes naranjas, azules y verdes. A los pocos segundos, el azul neón vuelve a ocuparlo todo y así en un ciclo que no se ha interrumpido en 12 años.    

80 metros cuadrados

El Cabildo de Tenerife ultima una inversión millonaria para aumentar la capacidad de las dos mayores computadoras de Canarias. El Teide y el Anaga, que forman un mismo cuerpo de 80 metros cuadrados en el datacenter D-Alix, situado en las instalaciones del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) de Granadilla de Abona, se colocarán gracias a esta partida económica en el ‘top 3’ de los superordenadores más potentes de España y en la élite europea. Si se materializa todo el dinero previsto, multiplicarán por 30 su poder de procesamiento de datos, es decir, alcanzarán 10 petaflops, equivalentes a 18.000 ordenadores de gama media.

El área de Innovación de la Corporación insular, que dirige Juan José Martínez, está a punto de sacar a concurso la actualización del Teide y el Anaga. La fase inicial será de cuatro millones, pero si la empresa ganadora de la licitación genera actividad económica se activarán otras tres fases hasta un tope de 10 millones. «Con esta fórmula», explica Martínez, «buscamos que la adjudicataria se involucre en atraer desarrollo vinculado a la ampliación de capacidad de estos supercomputadores». 

El edificio tecnológico más avanzado

El consejero lo explica mientras se adentra en las dependencias que albergan estas megamáquinas, el edificio tecnológico más avanzado y valioso del Archipiélago. Tanto que según recuerda el director del ITER, Carlos Suárez, que acompaña a Juan José Martínez en el recorrido, el datacenter D-Alix forma parte del Plan Nacional de Infraestructuras Críticas del Ministerio de Defensa; es decir, las instalaciones–aeropuertos, puertos, hospitales, centros de telecomunicaciones...– que serían prioritarias para el Ejército en caso de conflicto bélico por su importancia estratégica para el país.

En el mismo corazón del D-Alix están los dos superordenadores, a los que se accede a través de una puerta automática de cristal con un sistema de seguridad de lectura de huellas dactilares. «Necesitábamos ampliarlos pues ya tienen sus años y la inversión supone un ‘proyecto tractor’ de desarrollo», remarca el consejero insular de Innovación.

Proyectos tractor

Entonces pone otros ejemplos para detallar qué significa el concepto de ‘proyecto tractor’: «Ahí están la explotación de la geotermia o la constelación de satélites ‘Canarias’, dos proyectos en los que estamos trabajando en este momento. La geotermia atraerá a compañías energéticas y los satélites, a la industria aeroespacial".

"De hecho, se han instalado cuatro empresas de este último sector en Tenerife porque estamos generando las condiciones para que la Isla sea un polo de desarrollo para todo lo que tiene que ver con la ciencia, la tecnología y las telecomunicaciones». Entre estos imanes están el Teide y el Anaga, que «permiten a las empresas que apuestan por Tenerife contar con un centro de procesamiento de datos al más alto nivel», detalla Martínez.

Carlos Suárez resume de forma didáctica qué suponen y hasta dónde pueden llegar: «Son muchísimos ordenadores que funcionan como uno solo, gracias a lo cual realizan tareas de cómputo que serían inviables con equipos de poca capacidad. Por ejemplo, durante el covid, el departamento de Genómica del ITER fue uno de los pocos centros capacitados en España para analizar las cepas. Y eso fue posible gracias a estos supercomputadores. O, por ejemplo, gracias a su poder se emplearon para renderizar [generar imágenes o vídeos a partir de datos brutos] películas de animación como Tadeo Jones».

Las grandes ligas de la ciencia

«Sin estos superordenadores, Tenerife no estaría en las grandes ligas de la actividad científica y digital», aporta Juan José Martínez. El consejero del Cabildo aprovecha para añadir que la actualización del Teide y el Anaga reducirá el poco espacio que ya de por sí ocupan en el datacenter del ITER, pues la innovación ha traído procesadores más potentes pero al mismo tiempo más pequeños. De esta manera, pasarán a tener espacio suficiente para almacenar más de 100.000 películas de alta calidad (4K).

El pasado viernes día 24 se cumplieron precisamente 12 años de la puesta en marcha del Teide. El Anaga, que arrancó después, el 22 de junio de 2022, supuso realmente una ampliación del que lleva el nombre del volcán que corona la Isla.

Hoy tienen un valor superior a los diez millones de euros. La nueva mejora, a través de un contrato que saldrá a licitación de manera inminente, se realizará en el marco de otra efeméride más significativa: el 35 aniversario del nacimiento del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables.

Los principales actos se celebrarán este jueves 30 de octubre en este gran recinto, situado en la costa de Granadilla y dedicado a las energías limpias, la investigación, las telecomunicaciones, el vulcanismo, la tecnología y la computación.

Fundado en octubre de 1990 por el Cabildo de Tenerife, el ITER ha sido desde su creación un faro de innovación y desarrollo sostenible. Todo empezó el 24 de octubre de ese año, cuando se inauguró la primera instalación renovable, una plataforma eólica experimental.

En el aniversario del ITER

Hoy acoge una unidad de robótica, un área de genómica –estudio del material genético (ADN) del ser humano–, conexiones a cables submarinos de fibra óptica, un laboratorio de células fotovoltaicas, una urbanización de viviendas bioclimáticas –en proceso de externalizar su gestión a manos privadas tras más de cinco años sin uso–, un túnel de viento, un paseo de las energías renovables o varios parques solares y eólicos que generan más del 20% de la energía limpia de Tenerife. La última incorporación es una antena instalada en abril por Astra, la marca de satélites de comunicaciones operados por SES, con sede en Luxemburgo.

En esta amalgama de instalaciones e iniciativas sobresale la nave industrial reforzada, con planta rectangular y realizada bajo el concepto de ‘búnker dentro del búnker’. Es el llamado datacenter D-Alix, el mismo que acoge los supercomputadores.

En el búnker

Nada más acceder a este fortín de almacenamiento y tratamiento de datos, blanqueado por dentro y por fuera, llama la atención una pantalla que se encuentra sujeta a la pared. En la parte superior se lee: «Funcionamiento ininterrumpido». Debajo aparecen seis números, que indican –cuando se realizó el reportaje este lunes– 14 años, 7 meses, 1 día, 2 horas, 17 minutos, 16 segundos.

El significado de este reloj digital va mucho más allá del simbolismo que implica el tiempo que ha transcurrido desde que se inauguró el datacenter el 26 de marzo de 2011. Su importancia radica, según Juan José Martínez y Carlos Suárez, en que «es una prueba fehaciente de que no ha dejado de funcionar un solo segundo, pues ha podido con tormentas, apagones y desconexiones».

Confianza en los operadores

«Ha sido decisivo para que esta instalación genere la máxima confianza entre los operadores, tanto públicos como privados, porque demuestra que el D-Alix tiene un sistema de alimentación que hasta el momento se ha mostrado invencible ante cualquier adversidad», puntualizan.

Conexión con un cable submarino en el datacenter D-Alix del ITER de Granadilla de Abona.

Conexión con un cable submarino en el datacenter D-Alix del ITER de Granadilla de Abona. / Andrés Gutiérrez / t

Esto explica que el datacenter, que ocupa 2.000 metros cuadrados, preste servicio a empresas y organismos tan destacados como Telefónica, Disa, Hospiten, Consorcio de Tributos, Hiperdino, Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el propio Cabildo... Y esta robustez basta para entender que se haya convertido en la mayor infraestructura de procesamiento de datos de Canarias y una de las mayores de España.

Así es el D-Alix

Además del Teide y el Anaga, en sus dependencias alberga las infraestructuras electro-mecánicas, las que mantienen el suministro energético permanente y el control de la climatización, con grupos electrógenos, depósitos de combustibles, máquinas de enfriamiento de agua y baterías. Son indispensables pues, por poner un caso, todos los sistemas deben permanecer de forma continua a una temperatura de entre 17 y 21 grados.

Salas de datos

Luego están las salas para centros de almacenamiento de datos –las que utilizan las compañías y organismos mencionados– y las conexiones directas a tres cables submarinos de fibra óptica, que dan al D-Alix una cobertura digital planetaria.

El control central del datacenter D-Alix, centro de procesamiento y almacenamiento de datos del ITER de Granadilla.

El control central del datacenter D-Alix, centro de procesamiento y almacenamiento de datos del ITER de Granadilla. / Andrés Gutiérrez / t

Uno de estos cables va desde el norte de Francia a Sudáfrica por toda la costa de África Occidental (más de 9.000 kilómetros de extensión sobre el lecho marino), otro conecta al datacenter con Rota (provincia de Cádiz, 1.500 kilómetros) y a su vez con Europa, y el tercero con La Palma (240 kilómetros) para surtir a las instalaciones que tiene en la Isla Bonita el IAC.

Por último se encuentra el control central, con al menos una persona las 24 horas. Al frente de este amasijo de números y letras inentendibles para la gran mayoría de los mortales está Mónica Marrero, que no quita ojo a las pantallas.

"Eólica 0.0"

Solo hay un dato entendible para un profano en la materia: «Eólica 0.0». La falta del viento hace que los aerogeneradores del ITER no produzcan en ese momento electricidad. Muy cerca de allí, el runrún de los supercomputadores Teide y Anaga no cesa. Estas megamáquinas están hechas a prueba de huracán.

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