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Una vida entre los acordes de la Parranda Portuense

Desde una azotea en el barrio del Taoro, Carmelo y Gerardo Encinoso dieron vida al grupo que lleva casi tres décadas cantando al Puerto de la Cruz

Carmelo Encinoso tocando la guitarra

Carmelo Encinoso tocando la guitarra / Arturo Jiménez

Puerto de la Cruz

Cuando Carmelo Encinoso, más conocido en el Puerto de la Cruz como El Cachimporro, habla de la Parranda Portuense lo hace con una guitarra entre las manos y con una sonrisa. Fundó el grupo junto a su hermano a Gerardo y, a día de hoy, sigue formando parte de su historia. Su vínculo con la música comenzó siendo apenas un niño de diez años, aprendiendo de manera autodidacta a tocar y modular su voz. En su casa, la música no era una desconocida ya que pertenecía a una familia donde cantar y tocar era casi tan natural como respirar.

La historia de la Parranda Portuense está íntimamente ligada al apellido Encinoso. "Mi madre cantaba muy bien y mi padre tocaba la guitarra", recuerda. Aquellas melodías familiares marcaron el inicio de una pasión que lo sigue acompañando más de medio siglo después.

La familia Encinoso estaba formada por doce hermanos, y todos eran músicos. Gerardo, uno de los mayores, comenzó a impartir clases de laúd y timple en la azotea de su casa, situada en Malpaís, en el Parque Taoro. Corría el año 1996 cuando sus alumnos —un grupo de trece vecinos del barrio— comenzaron a soltarse con los instrumentos. Por ello, Gerardo decidió llamar a su hermano Carmelo. "Me dijo que fuera a comprobar si estaban preparados para formar una parranda. Y así empezó todo", confiesa.

Parranda La Marea

Poco a poco, el grupo inicial no tardó en crecer. De trece componentes pasaron a ser 36. Lo mismo ocurrió con su identidad ya que el nombre del grupo nació de esa conexión con el barrio y el municipio que vió a todos los integrantes crecer. Antes de decidirse, barajaron opciones como Parranda La Ranilla, La Marea o El Penitente, todos inspirados en rincones de la localidad. Finalmente fue Pepe Pereira, uno de los participantes, quien propuso el nombre definitivo: Parranda Portuense.

Tras solo tres meses de ensayo, decidieron dar el salto y subirse a un escenario. Su debut fue durante las Fiestas de Julio, el día de la Embarcación de la Virgen del Carmen. "Les decía, de broma, que yo no iba a salir a hacerlo mal", ríe Encinoso. Pero no hubo margen para la suda. Su primera actuación fue un éxito absoluto al cantar un repertorio lleno de "canciones dedicadas al Puerto de la Cruz y a su gente".

Dos discos

A partir de entonces, la Parranda Portuense se convirtió en un referente musical en el municipio. Actuaron en fiestas populares, participaron en festivales y llegaron incluso a la televisión. Radio Televisión Española (RTVE) los invitó a grabar un programa de Tenderete en San Telmo, una experiencia que marcó un antes y un después en su trayectoria. El grupo creció tanto que llegó a grabar dos discos. "Los chicos no se lo creían. A mí me daban la una de la madrugada en el estudio, escuchando, cortando, haciendo voces…pero el resultado fue maravilloso".

Hoy, aunque el tiempo haya pasado, Encinoso sigue fiel a su guitarra. Cada jueves se reúne con amigos y antiguos miembros de la parranda en el bar Hannen Barril, en el Puerto de la Cruz. "La idea fue de los dueños, para atraer clientes, y funcionó. La gente hasta reserva mesa para vernos tocar", comenta. También reciben invitaciones para actuar en eventos, aunque ellos lo tienen claro: "Es un hobby y un disfrute poder hacer lo que hacemos".

Lo que más le ilusiona a El Cachimporro es ver cómo la música continúa pasando de generación en generación. "A la parranda siguen llegando jóvenes, y para que no muera el grupo no pueden dejar de venir", afirma. Las nuevas generaciones, insiste, son las que mantienen viva la tradición que su familia sembró hace casi tres décadas. "La juventud aporta mucho, y hay que cuidarla".

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