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La Orotava se convierte en la galería de arte del talento emergente de Tenerife

La villa organiza la vigesimosexta edición de la Feria de Arte Joven en la Calle donde confluyen talentos emergentes de toda la Isla en diversas ramas artísticas, como la ilustración, el teatro, la pintura, la música, la escultura o la cocina

Una de las artistas dibujando en un gran lienzo en plena calle Carrera Escultor Estévez

Una de las artistas dibujando en un gran lienzo en plena calle Carrera Escultor Estévez / Arturo Jiménez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

La Orotava

Andrea Estévez se encuentra sumergida, pincel en mano, con los trazos de una muchacha que otea la cúpula de la Iglesia de la Concepción, símbolo iconográfico del municipio. Delante de ella, una mesa en la que expone alguna de sus obras. Ilustraciones, marcapáginas y abanicos a las que una línea común: la recuperación de la cultura canaria. "Se está perdiendo lo nuestro", sentencia Estévez, que lleva más de siete años dedicándose al arte.

Estévez es una de los 500 artistas jóvenes que han mostrado sus obras esta mañana en la Feria de Arte Joven en la Calle de La Orotava. Una cita ineludible en el calendario de estos artesanos, músicos, graffiteros y dibujantes de toda la isla, que, con su expresión artística, convierten las calles de la ciudad en una verdadera galería al aire libre. Las calles de la Villa de La Orotava se han convertido, por vigesimosexto año, en un escaparate abierto al arte emergente, donde la pintura, la música y el teatro confluyen para crear una atmósfera cargada de creatividad e inspiración.

Jóvenes de todo Tenerife exponen su arte en pleno corazón de la Villa, que les da la oportunidad de visibilizar su obra en la galería más grande y concurrida de toda Canarias. En el recorrido que va desde el Auditorio Teobaldo Power hasta el Ayuntamiento municipal, familias y entusiastas del arte transitan la Feria aprovechando las temperaturas suaves y el día soleado de un domingo otoñal.

Una feria para toda la familia

Con tan solo tres añitos, el pequeño Román disfruta de una tradición que su familia ha instaurado desde la primera edición de la Feria. "Venimos todos los años", sentencia su madre segundos antes de que el pequeño se cuele en la carpa del taller gastronómico de Lis Peña. Allí, Peña le recibe con una sonrisa. De momento es el único que se ha atrevido a entrar, pero durante la mañana serán muchos más los ‘peques’ que se animen a ponerse el gorro y el delantal para convertirse en verdaderos chefs.

Una niña diseña una gorra

Una niña diseña una gorra / Arturo Jiménez

La propuesta de Lis Peña para los curiosos es, sin embargo, una tarea sencilla. Los que se atrevan a acudir a su taller deberán montar un "pinchito" formado por una oblea de hojaldre, una pasta de gofio y plátano, un trozo de uva y unas chispitas de chocolate. Cuando acaba, Román devora la uva y se chupa el chocolate de los dedos.

Pero cocinar es solo una de las muchas actividades que la Feria tiene preparada para hacer las delicias de los más pequeños de la casa. A lo largo del recorrido, los niños también pueden diseñar sus marcalibros con flores secas, hacer cuadros con papel maché y pintura, decorar gorras o pintar piezas del Belén. Los visitantes pueden incluso conocer al dragón Fújur, de La Historia Interminable, que, acompañado de Atreyu y de la Emperatriz Infantil, abre la boca, se gira e incluso tose a los viandantes.

Fújur y la Emperatriz Infantil, de la Historia Interminable.

Fújur y la Emperatriz Infantil, de la Historia Interminable. / Arturo Jiménez

El arte que cobra vida en la calle

La Feria se caracteriza por su concepción del arte vivo, que lejos de ser estático, cobra vida en plena calle. Alejandro Hernández trata de sacar de una masa de arcilla el rostro de su madre en una calle que, precisamente, lleva el nombre del escultor que nació y se crió en ese mismo espacio: Fernando Estévez. Graduado en Bellas Artes y, en pleno desarrollo de su tesis doctoral, Hernández saca tiempo para acudir a la cita.

El escultor Alejandro Hernández trabaja el busto inspirado en su madre.

El escultor Alejandro Hernández trabaja el busto inspirado en su madre. / Arturo Jiménez

En apenas media hora ya ha esculpido las facciones de su madre, que se sienta frente a él, apoyándole en el que lleva siendo su sueño desde que apenas sabía leer. "Primero quise ser conductor de camiones pero a los 5 años cambié a escultor, y aquí sigo", resalta Hernández que, aunque interactúa con todo el que llega, no para ni un segundo en focalizarse en su obra.

Laura Domínguez lleva ocho años dedicando su vida a la ilustración, aunque solo tres exponiéndolo al público. Entre sus obras se encuentran algunas ilustraciones que evocan a un mundo de fantasía, pero también otras que reflejan el patrimonio medioambiental canario, como el Teide o el Lagarto Gigante de El Hierro, a través de colores vivos y en un estilo figurativo. "Bastante realidad tenemos ya, quería que esta obra fuera vistosa y me decanté por este estilo", reseña.

La joven, especializada en la pintura con acuarelas, se congratula porque existan iniciativas como la impulsada por el Ayuntamiento de La Orotava. "Necesitamos que existan este tipo de lugares donde podamos mostrar nuestro trabajo, lo que hacemos no es industrial y es único", sentencia Domínguez.

Del graffiti al arte emergente

En este sentido también se manifiesta Acaymo Padrino, que llega a la Feria con una nueva propuesta después de acudir a varios edificios como grafitero. "Esto es de gran ayuda para que las personas que llevamos un tiempo en esto podamos mostrar lo que hacemos", insiste Padrino, que recuerda que lleva 22 años "viviendo de ello".

En su mesa expone varias de sus ilustraciones, pero lo que más llama la atención son dos monopatines ilustrados con el rostro de una mujer. "Es de mi época de grafitero", matiza, e insiste que no ha dejado aún ese mundo atrás: "mis ingresos provienen sobre todo de los murales".

Muchos son ya veteranos de la cita de La Orotava con el arte emergente, como es el caso de José Socas, conocido en redes como Génesis Vandrak. Su propuesta es una exaltación de la cultura pop nipona a través de ilustraciones de personajes de anime. Aunque asegura que también tiene alguna obra original, sabe que en este tipo de ferias es mucho más sencillo llamar la atención con "lo que ya se conoce".

En base a técnicas de ilustración digital y Photoshop, Socas ha encontrado en la feria villera un rincón en el que expresarse. "Llevo 15 años viniendo y me parece genial que se lleven a cabo este tipo de iniciativas porque permite que nos demos a conocer", remarca.

Tradición y arte

Pese a su carácter innovador, la cita se hermana también con las tradiciones más profundas del municipio. Lo hace, en concreto, de la mano de la Asociación de Belenistas Taoro, que lleva más de 17 años potenciando la tradición de montar un belén en cada casa y dar a conocer los belenes que se hacen en la Villa de La Orotava a través de la ruta de belenes, talleres y exposiciones.

En la carpa, situada frente al consistorio, los niños disfrutan de la pintura y restauración de piezas del Belén, como la cuna del niño Jesús.

Las actuaciones musicales y representaciones teatrales son el lazo del envoltorio que recubre la cita. Diversos grupos de baile, grupos musicales, actores y actrices e incluso un mago, tratan de amenizar la mañana mostrando sus mejores trucos en el escenario. ¿Su propósito? Sacar una sonrisa a los peques para que deseen regresar el próximo año y ser inspirados por la explosión de creatividad de esta peculiar galería de arte urbana al aire libre.

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