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"¡Si, sí, sí... la Virgen ya está aquí!": la Patrona de Canarias regresa a la Basílica de Candelaria

De los multitudinarios encuentros con los barrios de la Cruz del Señor y Cuesta de Piedra a la emotiva parada en el centro de mayores que fundó el padre Jesús Mendoza

La Patrona de Canarias, a su entrada por la calle de La Arena, arteria principal de Candelaria.

Arturo Jiménez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

A las doce y cuarenta y tres minutos de este sábado entraba la Virgen de Candelaria en su Basílica, tras dos semanas de peregrinación a Santa Cruz. No volverá hasta dentro de catorce años. Antes, en 2032, visitará La Laguna.

Un regreso en tiempo récord

La Morenita salió a la capital por el puente de Las Caletillas y regresó por el de Candelaria. El retorno fue tan rápido que desde El Humilladero a Barranco Hondo se cubrió en tiempo récord.

Manolo, como cada mañana, estaba en el portal de su casa, en el edificio Daniela, rumbo a Santa Cruz... pero esta vez pasó la Virgen.

Calles vacías y plazas desbordadas

Fue un retorno con claros y oscuros. Las avenidas San Sebastián y Bélgica, casi vacías tras la misa de despedida, contrastaron con el fervor en La Cruz del Señor y Cuesta de Piedra.

En la primera, más de tres mil personas llenaron la plaza mientras el grupo Hakuna Senior cantaba durante el cambio del trono a la urna de Grúas Cuchi. La multitud estalló al grito: «¡Sí, sí, sí... la Virgen está aquí!». Luego, un himno y la oración, eterna como la vida.

El joven Cristian Expósito, presidente vecinal, lucía orgulloso su chaleco de Cruz Roja, como si ascendiera tras su paso por Protección Civil.

Cuesta de Piedra, otro estallido de fe

En Cuesta de Piedra, la murga Desbocados, dirigida por Juani Padilla, puso música a la devoción con una canción que terminó con la isa de la Virgen de Candelaria.

Los vecinos de Ofra se emocionaron al ver a la Patrona recorrer su barrio. Otra vez, el grito: «¡Sí, sí, sí... la Virgen está aquí!».

El voluntario Dailos Rodríguez animó con vivas e isas, aún más tras los caramelos que le llevó Antonio Gómez, párroco de Santa Clara y Las Retamas. No faltaron ni fuegos artificiales.

Una parada solidaria y devoción popular

Entre el ambiente triste por la derrota del CD Tenerife y la multitud devota, los usuarios y profesionales de Café y Calor recibieron a la Patrona frente a la avenida Madrid con una Salve Rociera.

Después, la comitiva siguió al colegio de las Dominicas, pasó por Taco y llegó a El Humilladero, donde se unió el concejal Javier Caraballero.

En El Tablero, el alcalde despidió a la Virgen calculando la edad que tendrá su hijo, hoy de un año, cuando regrese la imagen en catorce años.

El relevo del bastón

El regreso marchaba en hora hasta Radazul Alta, donde se echó de menos al alcalde.

El camarero de la Virgen cambió la vara del regidor de Santa Cruz por la de la alcaldesa de Candelaria, Mari Brito.

En la carretera general, un devoto recordó al querido Jesús Mendoza y la procesión de 2009, cuando se iluminó la Basílica a medianoche.

La sorpresa en Candelaria

El histórico concejal Paco Pinto se llevó un susto al ver adelantada hora y media la llegada.

La entrada a la Villa Mariana, por Casa Fito, obligó a reajustar el horario, permitiendo la salutación de la alcaldesa.

Uno de los momentos más emocionantes fue el encuentro con el centenar de mayores del Centro Virgen de Candelaria, donde el dominico José Ramón Enjamio se dejó la voz entre aplausos.

Una misa canaria con sello final

La organización ralentizó el paso en Igueste y El Molino para llegar puntuales.

A las diez de la mañana ya se respiraba fiesta: isas, cantos y emoción en las calles.

A las doce, la comitiva bajó con la Virgen en trono hacia la Basílica. Tan rápido llegó que no dio tiempo a finalizar el fresco gigante de Pepe Dámaso que se pinta desde hace dos semanas en la rotonda principal de acceso a la Villa, un proyecto que se comenzó a gestar en 2021.

El obispo peregrino abrió su homilía con una sonrisa: «Estamos aquí de vuelta. No predicaré mucho para que no se duerman los voluntarios y peregrinos que han venido caminando».

Cumplió su palabra.

Una misa canaria cantada por Santa Ana y San Blas puso el broche a dos semanas de peregrinación.

¡Sí, sí, sí... la Virgen está aquí!

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