La Virgen de Candelaria llega por autopista a la cárcel Tenerife II
La Patrona visita con manto corto a los 1.022 internos de la prisión en una imagen atípica: sin andas, solo con una estructura para cargar a hombros

Humberto Gonar

La Patrona de Canarias ya está en prisión. Desde las cuatro y media de la madrugada, una veintena de miembros de la comisión de la visita de la Virgen de Candelaria activó el operativo que permitió salir, cinco minutos antes de las cinco, a la imagen en su urna portada por Grúas Cuchi rumbo a Tenerife II.
Ya fuera por los nervios o las prisas, o por ambas cosas, el grupo de voluntarios anunciaba la puesta en marcha de la comitiva cuando el nuevo prior de la Basílica de Candelaria, el dominico Dailos José Melo, mandó a parar y se atrevió con un padrenuestro, un avemaría y un gloria.
Y de ahí, para sorpresa de propios, rumbo a la autopista del Norte, después de que se decidiera variar el trayecto hacia la prisión.
"¡Viva la Virgen!
La comitiva enfiló, custodiada por la Policía Local Bravo Murillo, hasta llegar a la rotonda de la Presidencia de Canarias y, de ahí, al túnel de Tres de Mayo y la autopista.
Tras superar la barriada de Somosierra, que dormía aún, el convoy pasó junto a la parada de guagua a la altura de Taco. En la marquesina pegada a la autopista se rompió el silencio de la noche con la expresión de una señora: “Ay, mi niña bonita”, mientras hacía la señal de la cruz y se apresuraba a gritar en plena autopista: “¡Viva la Virgen!”.

Traslado de la Virgen de Candelaria a la prisión Tenerife II / Humberto Gonar
A 40 kilómetros por hora, la comitiva siguió hasta la rotonda del Padre Anchieta, donde dos vehículos de la Policía Local de La Laguna velaron por la seguridad en el cruce al paso de la urna. No se daba tregua. El cámara de la Televisión Autonómica pedía calma a su compañera, que conducía: “Chiquita velocidad”. Casi arrancando, le pidió: “¡Espérate que meta el trípode!”, para incorporarse a la carretera de La Esperanza.
La prisión, casi tan iluminada como el Auditorio
A la altura del cruce de la vía de acceso a la prisión, la caravana mariana desbordó la carretera, con la luz azul de las emergencias de la patrulla de la Guardia Civil, que parecía amplificar el manto —corto— que luce la Patrona. Azul real, precisa el camarero, Jaime Estévez. En esa interpretación más mística que racional, en medio de la oscuridad total se identificaba la prisión, casi tan iluminada como el Auditorio cuando acoge alguna función, con la única banda sonora en esta madrugada del ladrido de unos perros antes de llegar a prisión.
Un giro a la izquierda y llegada al aparcamiento donde accedería la grúa con la urna, mientras los vehículos de la comitiva se estacionaban un poco más abajo. Sebastián, el chófer de Grúas Cuchi, se felicitaba: "Era la hora ideal para el traslado".

Llegada de la Virgen de Candelaria, este martes, a la prisión Tenerife II / Humberto Gonar
A las seis menos cuarto ya estaba en prisión la imagen. A las puertas del acceso principal, el delegado de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Tenerife, Agustín Domingo Marrero, dio las instrucciones de uso de la visita a la comitiva, para explicar que los visitantes superarían tres controles hasta llegar a la cancha, donde estaba previsto el acto. “¿Rezaron esta mañana para que no lloviera?”, preguntó.
Ni móviles ni llaves… “¿Todos se acordaron de traer el carné, verdad?”, volvió a preguntar el delegado penitenciario.
Hasta las siete quedó el grupo a la espera de que llegara algún jefe que facilitara el acceso a los acompañantes de la Virgen. Y a las ocho se esperaba la llegada del obispo, Eloy Santiago, si bien la celebración con los internos estaba fijada a las nueve y media.
A partir de ahí, acto a reja cerrada por imposición de Instituciones Penitenciarias. “Estamos en un Estado aconfesional y velamos por la intimidad de las personas que están dentro del recinto”. Y punto.
Continuación del recorrido
A la una de la tarde está prevista la finalización para regresar la comitiva por Taco rumbo a La Concepción, salvo cambio de última hora.
El cura Domingo Marrero no ocultaba su emoción por la trascendencia de la visita.
En la espera, a las puertas de la prisión, distendida conversación entre la quincena de visitantes. "A la una de la tarde, cuando salga la comitiva, será un momento bonito cuando se reúna, a las puertas, un grupito de gente", auguraba Domingo Marrero, mientras el domingo José Ramón Jaramillo animaba la espera. "Si hay que dar a alguien en rescate serás tú", comentaba en tono distendido, en referencia a Gregorio, su compañero de la orden dominica en Candelaria. A su llegada, el superior de los franciscanos también gastó un chascarrillo a los dominicos Dailos, José Ramón y Gregorio: "¡Qué hacen estos frailes fuera del convento; todavía lo entiendo si fueran franciscanos!", dijo entre risas.
La Virgen luce una imagen atípica: sin andas, solo con una estructura para portarla a hombros los reclusos, y un traje corto.
Se respiraba emoción entre los primeros trabajadores en llegar a la prisión antes del inicio del acto. Eso sí, desde las doce nadie podía salir y, a la una menos diez, recuento extraordinario de internos.
Y llegó el obispo al volante
Poco antes de las ocho de la mañana llegaba a las puertas de la prisión el obispo de la Diócesis de Tenerife, Eloy Santiago, al volante de su vehículo, acompañado por Antonio Pérez Morales, vicario de la Diócesis y copiloto en esta ocasión, así como por el jefe de prensa.
Para ese momento, la primera avanzadilla ya había disfrutado de un café en la salutación ofrecida por la subdirectora del centro penitenciario, que sustituye a la titular, actualmente de baja.

El obispo de la Diócesis de Tenerife, Eloy Santiago (centro), en la prisión Tenerife II, este martes / Humberto Gonar
A las puertas del centro, reunión de clero y de los doce voluntarios —número bíblico—, mientras Palmiro Mora, otro histórico voluntario de la Iglesia en la prisión y feligrés de la parroquia del Pilar, en Santa Cruz, asesoraba en la entrada y velaba para que toda la celebración se desarrollara según lo preparado durante semanas.
También una veintena de voluntarios de la pastoral penitenciaria se trasladó a esta visita histórica.
El vicario, Antonio Pérez Morales, recordaba que fue en 2009 la primera vez que visitó una cárcel; entonces fue con la Patrona de La Palma, la Virgen de Las Nieves.
Esta mañana, la Virgen Morenita recibe en la cancha de la cárcel la ofrenda de los internos de Tenerife II, después de transitar a hombros de una docena de reclusos el paseo que une los nueve módulos, adornados con pancartas de salutación a la Patrona de Canarias y vítores a la Virgen de Candelaria.
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