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Ríos de personas para ver a la Virgen de Candelaria en La Concepción: "Está bonito esto y nunca entramos aquí"

Centenares de mayores protagonizaron la primera eucaristía con la Patrona en la parroquia matriz en un día marcado por promesas y agradecimientos por la vida

La Virgen de Candelaria recibe las primeras visitas de fieles en la parroquia de la Concepción

María Pisaca

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

Parroquia de Nuestra Señora de La Concepción, en Santa Cruz. 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar. Primer día de actos con la Patrona de Canarias. Después del trajín que conllevó el traslado de la imagen el sábado, el párroco aplazó de siete a ocho de la mañana la apertura de las puertas del templo. Y aún así ya había personas esperando poder acceder a la iglesia, una afluencia que se incrementó a partir de las diez, coincidiendo con la misa que se celebraría noventa minutos después y que tendría a mayores y enfermos como protagonistas.

Embajada francesa de la JMJ de Sídney

Entre los primeros en llegar al templo por la puerta del Charco de la Casona, media docena de jóvenes franceses que llegaron en un velero el pasado viernes y tienen previsto continuar este lunes. Con español chapurreado explicaron que zarparon de Marsella los primeros días de septiembre; profesionales y estudiantes de edades comprendidas entre los veinte y treinta años, explicaron que secuntan la iniciativa del capitán de la embarcación, para "dar gracias a la providencia y al amor de Dios". Su experiencia no tiene fines recaudatorios, sino que se enmarca en la divulgación de las Jornadas Mundial de la Juventud que se desarrollarán en Sídney en 2027, como convocó en agosto el papa León XIV. Los visitantes a Tenerife precisan que participan un tiempo en esta experiencia y se alternarán con otros jóvenes en los dos años que calcula el capitán que dure la vuelta al mundo en su velero, cuentan ante la mira atónica la incondicional Mari Loly, de la cofradía de la Esperanza Macarena.

Voluntarios al pie de la Virgen

Sabe que no son parte de los trescientos voluntarios de la visita porque van vestidos con unos polos de manga baja de rayas, azules y blancas, frente al uniforme de los colaboradores de la visita, todos con polo verde y tarjeta identificativa. Lo más religioso que llevan los chicos es una medallista de la Virgen de la Milagrosa que identifica al párroco cuando le presentan a los peregrinos franceses de la JMJ 2027 y le informa que precisamente a menos de veinte metros de La Concepción está el comedor social que regentan la Congregación de San Vicente Paúl.

Cerca del acceso al templo, por la nave de la Epístola, como informa el sorchante del cura, José Fernando se presenta. "Yo soy el que he hecho las acreditaciones. Más de seiscientas. Yo era profesor, luego me jubilaron antes de tiempo y estudié Periodismo y luegoInformáticaa, y aquí me tiene programando".

La Concepción, punto de encuentro

"Esto es un río de gente", comentan otros voluntarios que se han organizado para que, de frente al altar mayor, los visitantes suban por la derecha al presbiterio para llegar a la altura del altar, sobre el que se levanta el trono con baldaquino de la Virgen de Candelaria. Allí está colocada una voluntaria con la única misión de retratar a cuantos peregrinos le dan sus móviles para inmortalizar el momento para salir por la izquierda, donde en una pequeña hornacina se custodia a la pequeña imagen de la Virgen de la Consolación, de la época de la Conquista de Tenerife y copatrona de Santa Cruz. "Está bonito esto y nunca entramos aquí", confía una mujer a su pareja que transitaba por la iglesia con la misma alegría de quien pasea por la Recova un sábado a las doce del mediodía.

Un improvisado 'photocall'

Con el presbiterio convertido en un photocall con la mismísima Patrona, la verdadera, de fondo, se van sucediendo visitantes. La voluntaria le confiere al redactor que estaba tomando testimonios atender a dos personas que llegan en sus sillas de ruedas eléctricas. Vanesa, madre de dos niños de 10 y 11 años, no muestra su sorpresa. "Esto no me lo esperaba yo", reconoce para referirse a la posibilidad de acceder hasta los pies de la Virgen. Y allí le sacan con su móvil la foto y para ayudar a salir por otra rampa, quién mejor que Paco Cortés, el capataz de la Virgen de la Macarena. Detrás, otra peregrina motorizada que baja como un bólido, poniendo en alerta a la feligresía que esperaba en inicio de la misa.

En primera persona

En los primeros bancos de la nave que está La Consolación, Antonio Rivero, de 63 años, que llega con sus padres, Domingo, de 86, y María Estela, de 90 años. "Nosotros estuvimos acompañando a la Virgen la otra vez que vino, en 2018", comienza con cierto desconsuelo porque desde la pandemia se ayuda con una silla de ruedas. Domingo, natural de Taganana, recuerda cuando se trasladó a Guía de Isora y comenzó a trabajar con 15 años en lo que había: tomates, hasta que volvió a La Laguna como 'chico para todos' de una familia pudiente y para pasar sus últimos 35 años de vida laboral como encargado de mantenimiento de una gestoría. '"Aquí estamos dando gracias por la vida", sentencia Antonio quien, antes de despedirse de su interlocutor, le precisa: "Yo te conozco a ti; soy el padre de Javier Rivero, que es concejal del ayuntamiento".

Lugar preferente para los mayores

En la cola de visitantes para ver a la Virgen, sor Modesta Durán, embutida en un traje de monja de negro riguroso, que parece de película. "Perdone que no me detenga pero traigo a un grupito de veinte o treinta mayores del Asilo de los Ancianos para la misa de ahora y vuelvo con el furgón a bajar a otros cinco que vienen en silla". Entre las primeras de la comitiva del asilo, Josefa, que ya ha hecho la cola para ver de cerca a la Virgen. "¿Usted me saca la foto y me la manda?", encomienda esta residente que lleva once años viviendo con las monjas. "Me tratan de maravilla y lo paso estupendamente", apostilla, casi a la par que sor Ana, del centro Virgen Poderosa, en la calle del Agua, en La Laguna, concierta cita para traer en próximas fechas a las señoras que trata como si fueran sus propias madres.

La historia de Stephen

En medio de la sesión fotográfica, la hilera de peregrinos en busca de una foto y la llegada de fieles para la misa, Stephen, clavado de rodillas junto a la columna más cercana al presbiterio. Impertérrito, mueve las manos como si estuviera hablando con la imagen. Luego se presenta. "Siento devoción por la Virgen desde que tenía yo 4 años, tenía esa edad cuando murió mi madre y también se llamaba María". Natural de India, trabajó en Dubay hasta que se trasladó a Tenerife hace 16 años, donde trabajaba su esposa. Ambos tienen un niño de 14 años que precisamente ensayaba este sábado en San Francisco para la representación que protagonizarán la mañana del sábado 18 por la mañana en la plaza de la iglesia de La Concepción. "No soy de fotos, prefiero la oración", sentencia.

¿Hasta cuándo está en La Concepción?

Eva, de 79 años y vecina de El Toscal, clava sus ojos en la Virgen y recuerda que las últimas veces la acompañó desde Taco a La Concepción y en otra oportunidad desde San Juan De Dios. En esta oportunidad un dolor en una rodilla, pero no se ha querido perder la cita, que ya adelanta que no será la única visita que realice estos días. "¿Hasta cuando está la Virgen aquí?", interpela Mary Carmen, de Tacoronte. "Hasta el día 24", le responden tres voluntarios que pasaban a su lado en ese momento.

El 18 de octubre, fiesta con los jóvenes

La abuela, la madre y uno de los nietos de la familia Escuela Perfeti también se da cita en la parroquia de La Concepción y pregunta a qué hora es la misa y si será especial... "Hoy hay celebración con los mayores", se responden. La madre llegó hace unos veinte años desde Venezuela para establecerse en Príncipe de España. "Nosotros procedemos de los Escuela, que son de Agulo, en La Gomera, y también italianos, por parte del Perfeti". Celebran la cantidad de actos programados, como la fiesta de los jóvenes prevista para la tarde del sábado 18, desde las cuatro a las nueve, con concierto del grupo Hakuna Tenerife.

Se sucede la presencia de visitantes, parroquianos y curiosos... de todo. Como Miguel Ángel y su madre, o Pedro y su pareja. "Yo ya la acompañé ayer; vengo a visitarla hoy", precisa él. Con un chiguagua en brazos, Juan, con camisilla y pantalón corto, junto a su pareja, también a ver "qué sucede aquí que entra todo el mundo".

Horario del templo, de siete a nueve de la noche

La programación diaria prevé la apertura del templo a las siete y media de la mañana hasta las 21:00 horas, con visita programadas de parroquias y colegios. Y así en un no parar hasta el sábado 24 cuando por la noche salga de regreso la Patrona a Candelaria.

Daniel y Elena, matrimonio de voluntarios de cuna salesiana, llegan al templo con las mieles del viaje de venida de la Virgen. "Cuando salíamos de Candelaria el sábado fue impresionante. En la pechada de El Pozo se asomó un señor con mascarilla que evidenciaba un estado delicado. Roberto y Gabriel -chofer y dueño de grúas Cuchi- no se lo pensaron y pararon para que pudiera llegar a ver de cerca a la Virgen". Un simple ya bastó para que el coordinador de la peregrina, Pedro López, entendiera la importancia del momento. Con esa gasolina afrontarán los próximos días, alternando la vida laboral, por ejemplo, de Elena, como pedagoga en el antiguo Hogar Escuela, y por la tarde, al servicio de los visitantes.

No faltó también la pregunta tan impertinente como oportuna: "¿Y la Vírgen de La Concepción dónde está ahora? ¿Detrás de La Candelaria?", a lo que Ángel Jorge, el sacristán, zanja: "Está en el retablo de La Soledad", en la nave de la derecha.

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