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Ignacio Alonso: cuatro décadas como defensor de la naturaleza de Tenerife

Ignacio Alonso lleva cuarenta años de servicio como agente insular de medio ambiente dedicado a defender la naturaleza de Tenerife. Avalado por su dilatada experiencia cree que para garantizar el control en los espacios protegidos de la Isla deberían doblarse los actuales 39 efectivos

Ignacio Alonso en La Cruz del Carmen, su base de trabajo diario en el Parque Rural de Anaga

Ignacio Alonso en La Cruz del Carmen, su base de trabajo diario en el Parque Rural de Anaga / María Pisaca

Santa Cruz de Tenerife

Ignacio Alonso Avero lleva cuatro décadas como agente de medioambiente. Patea los montes de la Isla desde 1985, primero en el estatal y extinto Instituto de Conservación de la Naturaleza, el Icona, luego en el cuerpo autonómico que lo reemplazó y, por último, en la plantilla del Cabildo de Tenerife a los que representa con humildad y «orgullo» a la hora de desglosar su amplia trayectoria profesional. Reconoce que los actuales 39 efectivos –cinco mujeres–son «insuficientes·» y que sería necesario doblar el número para garantizar una labor eficaz y eficiente de control y vigilancia en los espacios naturales protegidos de la Isla. Considera también que «se ha mejorado mucho en los últimos años» y confía en el proceso abierto para ampliar los miembros del cuerpo.

Vocacional

Ignacio lo lleva en la sangre como algo vocacional. Su padre ya era agente forestal y uno de sus tres hijos ha seguido el camino de defensa del medio natural en la brigada insular contra los incendios. El Centro de Visitantes de La Cruz del Carmen (La Laguna), en el Parque Rural de Anaga, es la base donde desarrolla su labor diaria este matancero sesentón que se conserva muy bien. Lo achaca a la genética, ya que su progenitor murió con 97 años y su madre todavía vive con los 100 cumplidos.

Cambio

El primer destino fue Santa Cruz de La Palma y luego estuvo en Vilaflor antes de Anaga. La creación del cuerpo de medioambiente «nos hizo salir del ámbito puramente forestal y empezamos a trabajar en todo el territorio con nueva nomenclatura».

Recuerdos

Ignacio recuerda las excursiones con su padre por el norte : «Lo veía salir de uniforme para hacer el servicio en un Land Rover viejísimo e incluso en ocasiones con su vehículo particular. Le pedía que me llevara». Con doce años ya se impregnaba del olor a monte que «me encantaba, sobre todo el de la retama». Resume: «Me dije a mí mismo: Yo también quiero hacer esto». Y lo consiguió.

Formación

Valora la formación continua porque, la autoformación «y la que aportan compañeros que han entrado, de geógrafos a otros profesionales de los que nos nutrimos también». Entiende que «han mejorado muchas herramientas y recursos», pero sigue siendo fundamental «la experiencia en el territorio» y más en una Isla tan complicada en sus espacios naturales.

Funciones

Las funciones de los agentes de medio ambiente del Cabildo son «amplias y complejas·». En el caso del Parque Rural de Anaga «estamos, además, dentro de la Reserva de la Biosfera de Anaga». Incide en que «participamos en la custodia y protección de la riqueza natural, flora y fauna, y de los valores arqueológicos». También en la gestión forestal y en el control de la actividad cinegética, la caza». Una labor que incluye la custodia del correcto uso público de la naturaleza y de la educación, concienciación y divulgación ambientales, «un pilar en nuestra tarea».

Distribución

El servicio se distribuye geográficamente. El forestal comprende la corona alrededor del Teide hasta aproximadamente la cota 1.000. El de gestión ambiental al que, explica, «yo pertenezco», de ahí hasta la orilla del mar.

Corazón de Anaga

Ignacio Alonso ocupa la jefatura de los agentes insulares de medioambiente en el Parque Rural de Anaga. Un lugar muy visitado, el segundo de la Isla tras el Parque Nacional del Teide. El Centro de Visitantes de La Cruz del Carmen (La Laguna) recibe una media de más de 100.000 personas al año. Apunta:«Hablamos de los que pasan por allí porque muchísima gente no lo hace». Recuerda que aunque tengan base en los espacios naturales «nuestra labor se extiende fuera de ellos, en el suelo rústico y abarca toda la Isla».

Reconocimiento

Valora Alonso el reciente reconocimiento en el Cabildo a su trabajo para ensalzar una profesión caracterizada por cierto aislamiento y mucha discreción como «un acto bonito». Recalca que «formamos parte de un cuerpo uniformado con carácter de agentes de la autoridad y capacidad para sancionar». Añade: «Somos policía administrativa especial y judicial genérica igual que los miembros de otros cuerpos». Incide en que «realizamos denuncias por incumplimientos de la normativa ambiental y levantamos atestados». Recuerda que “ está creada una unidad de enlace con la Fiscalía. Es la parte menos amable y la menos que nos gusta, pero también resulta necesaria».

La 'joya de la corona'

Sobre el Parque Nacional del Teide, la joya de la corona, valora:«Como en el resto de zonas hacen falta más agentes y se ha mejorado mucho la coordinación con otros cuerpos. Al igual que en Anaga queda pendiente un plan de movilidad que es fundamental». Sentencia:«Si considero el Teide como algo mío tengo que cuidarlo como cuido a mis hijos». Califica de «fundamental» la colaboración ciudadana.

El gran incendio

Rememora nuestro protagonista el gran incendio del monte en 2023:«Lo viví con angustia y desasosiego como la inmensa mayoría de la sociedad y pendiente del equipo de combatientes al fuego». Añade: «Desde mi incorporación hasta 2015 estuve siempre vinculado a la prevención y extinción de incendios forestales. Me daban ganas de estar luchando en primera línea y sentía algo de impotencia pero también estaba seguro de que los compañeros lo iban a parar».

Riesgos

Una profesión no está exenta de riesgo: «Muchos servicios los hacemos en un medio aislado y bastantes en solitario por falta de efectivos. Imagínese encontrarse con un cazador furtivo armado». Entre el uso de la psicología, el judo verbal y la templanza «por fortuna no ha habido agresiones físicas pero sí muchas verbales». Gajes del oficio para un defensor de la naturaleza isleña.

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