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La Basílica queda temporalmente huérfana: así funcionará sin la presencia de la Virgen de Candelaria

La patrona de Canarias visita Santa Cruz y deja huérfano de su imagen más representativa al edificio religioso

Dos personas admiran la imagen del Cristo en ausencia de la Virgen de Candelaria

Dos personas admiran la imagen del Cristo en ausencia de la Virgen de Candelaria / María Pisaca

Víctor de Castro

Víctor de Castro

Santa Cruz de Tenerife

Sería raro visitar el Louvre y no encontrar la Gioconda de Leonardo da Vinci colgada en una de sus paredes. Al igual que no ver las meninas de Velázquez en el Prado o al David de Miguel Ángel en Florencia. Esa sensación de extrañez es la que se vive en la Basílica de Candelaria desde que el 11 de octubre la Virgen cambiara su residencia habitual por la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción en Santa Cruz de Tenerife.

Después de siete años, la patrona de Canarias ha vuelto a la capital de la Isla, dejando huérfana su casa de su imagen más representativa. A pesar de ese vacío existencial que tendrá el edificio religioso, la Basílica continúa von sus puertas abiertas y realizando las actividades habituales en un punto tan importante de la comunidad como es el de Candelaria.

El que fuera rector de la Basílica de Candelaria hasta hace unos días, Juan Manuel Martínez Corral, es una de las personas que mejor conocen los entresijos de una de las construcciones más emblemáticas de Tenerife. Tras tres años custodiando y trabajando para el correcto funcionamiento de la misma, sabe que sin la presencia de la Virgen "las eucaristías estarán al un 1% o 2% de lo que suele ser habitual", pero el trabajo no para.

Abierta al público

Aunque la Virgen de Candelaria no estará presente en el municipio, su espíritu seguirá vigente en una Basílica que se mantendrá abierta. "El funcionamiento será igual de puestas para afuera y para dentro menos la imagen de Nuestra Señora de Candelaria", confirma Juan Manuel Martínez, que no pasa por alto que sin ella "baja todo, pero hay que seguir estando".

No solo la Basílica pierde gente. El municipio entero pierde a su referencia, algo que puede afectar a todos los ámbitos. "Lo que da vida al municipio de Candelaria es la Virgen. Sin ella, no solo los frailes se quedan sin imagen y con menos personas. Los comercios y los locales sufren un apagón temporal. Lo que da vida aquí es la Virgen", destaca el que fuera rector hasta el pasado 4 de octubre.

Imagen habitual de la Virgen de Candelaria en la Basílica

Imagen habitual de la Virgen de Candelaria en la Basílica / María Pisaca

Los fieles "que se mantienen en Candelaria y continúan celebrando su fe y participando" seguirán acudiendo a la Basílica, al igual que el turismo que va al municipio en busca de uno de los referentes religiosos y culturales tanto de Tenerife como de Canarias. Por su parte, en la casa de la Virgen de Candelaria seguirán realizándose confesiones o eucaristías. Seguirá el día a día de manera normal, aunque mermados en todos los sentidos.

Habrá menos visitantes y habrá menos efectivos en el edificio religioso ya que estarán ayudando en Santa Cruz para que la estancia de 'La Morenita' sea lo más agradable posible. La Basílica de Candelaria se queda bajo mínimos, huérfana de la Virgen de Candelaria, de retiro espiritual en la capital, pero sin perder su esencia.

Una pérdida municipal

Con la ausencia de la Virgen, no solo la Basílica queda huérfana. El municipio candelariero pierde temporalmente a su referente tanto religioso como turístico, lo que lleva a un posible bajón en las visitas y ventas durante las próximas dos semanas hasta su vuelta el 25 de octubre. La hostelería o la venta de souvenirs serán los más afectados, aunque los daños se deben analizar con perspectiva.

El dueño de 'La Casa de las Imágenes', Francisco García, conocido en el municipio como Paco, alude a que las ventas sin la Virgen "aflojan un poco", pero mira más allá: "El día que vuelve y los dos siguientes se vende más, incluso, que cuando el municipio está en fiestas, por lo que se acaba compensando".

Por su parte, los vecinos se preparan para jornadas más tranquilas de lo habitual. Direcciones como la calle Obispo Pérez Cáceres -antigua calle La Arena- o la zona de la plaza de los Pescadores verán menguado el volumen de personas que pasean con la intención de hacer una visita a la patrona de Canarias. Una situación rara para los candelarieros, acostumbrados a jornadas masivas de peregrinación o celebración durante las fiestas en honor a la Virgen de Candelaria.

Pese a ello, la jornada del sábado 11 congregó a cientos de personas en los alrededores de la Basílica, mismo resultado que se verá cuando 'La Morenita' vuelva en la noche del 24 al 25 de octubre con numerosos peregrinos acompañándola en el camino a casa. Una situación que ayuda a paliar la pérdida económica que sufre el municipio durante la ausencia de la Virgen. Candelaria no está acostumbrada a ver el habitáculo superior de la Basílica vacío, huérfano de su propietaria.

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