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Alexander López, ni héroe, ni superviviente en Teno Alto

El propietario de la quesería Naturteno consolida su labor ganadera, a pesar del declive de una actividad que considera que sigue siendo el motor económico del caserío

Alexander López solo se considera una persona que ama lo que hace

Alexander López solo se considera una persona que ama lo que hace / Arturo Jiménez

Leticia Dorta Lemus

Leticia Dorta Lemus

Alexander López es ganadero de 200 cabezas de cabras y unas cuantas ovejas en Teno Alto, un caserío peculiar y emblemático de Buenavista del Norte. Hablan de él como un héroe o un superviviente. Calificativos que el buenavistero desprecia para a continuación definirse como "una persona que ama lo que hace y cada vez me siento más afortunado de poder haber elegido y decidido hacer lo que hago".

Esta valiente autodefinición choca con su actitud pesimista respecto a la situación ganadera de Teno Alto: "La ganadería aquí tiene los años contados. Alguna década quizás, más o menos. No hay relevo, ese es de los problemas más grandes. Y otro es, porque a veces, las normativas van por un lado y el sentir del pueblo va por otro", sentencia López.

Sin embargo, el propietario de la quesería Naturteno ha consolidado su labor ganadera. Su queso y su marca han recibido varios premios y reconocimientos a nivel nacional y se postula como un producto de calidad. Quizás por esto, López considera que "el queso sigue siendo el motor económico Teno Alto. Hemos perdido un par de explotaciones ganaderas últimamente, pero no creo que el caserío se entienda sin las cabras y su queso".

Turismo, pero en torno al producto de siempre

En referencia al contexto económico, el turismo se ha hecho un hueco en el caserío. "Es cierto que el turismo nos llega, pero lo hace en torno a ese producto y a la cabrita. Solo contamos con un punto restauración en el que se sirven productos de aquí: el queso o la carne cabra que son fundamentales", demuestra López.

El ganadero buenavistero también se ha subido al carro turístico. Está finalizando un proyecto de esta índole en su finca porque "creo fielmente en las visitas, en un turismo, aunque suene a la misma historia de siempre, de calidad. Tenemos todos los elementos necesarios para eso. Hay que estar un poco acorde y en sintonía al espacio que tenemos. No tiene sentido hacer aquí lo mismo que ha sucedido en Masca", ejemplifica.

Búsqueda de experiencias

López piensa que la actividad turística comedida serviría para "completar la actividad ganadera con otra que suponga también un aporte para nosotros. Cada vez los años están más difíciles y las rentabilidad va bajando. Creo que es complementario". En este sentido, se ubica en el lugar del turista y afirma que cuando viaja busca sensaciones y experiencias. "Qué mejor que tú poder llevarte algo a la boca sabiendo cómo se elabora, de dónde partió, cómo se hizo, el por qué, dónde está anclado. Creo que es un valor añadido y que puede ser el lazo que termina el paquete", concluye.

Siempre se ha dicho que los canarios han vivido con cierto complejo de inferioridad. Por eso, no se valora como se debe el producto: "Aquí no sé por qué cuestión es, pero nos cuesta reconocer el valor de lo nuestro", explica en cuanto a su queso. El hecho consumado para López es que el turismo nórdico que llega a Teno Alto tiene "una forma de ver las cosas totalmente distinta. Es un visitante de mucha calidad y con mucho conocimiento. Demanda y valora mucho este tipo de producto".

Competir con calidad, más que con cantidad

"Al fin y al cabo, nuestro producto no es para todo el mundo", dice convencido el cabrero de Teno Alto. Ha decidido cuál es su camino en el mercado del queso y que "no puedo competir con cantidades. Tendré que competir con calidad", añade. Su creación más singular ha sido el queso 'Inquieto', lo madura en cueva natural y obtuvo la Gran Medalla de Oro en el concurso de Agrocanarias 2019.

Llegar hasta Teno Alto era complicado hasta 1972, año en el que se construyó la sinuosa carretera. Para Alexander López, este preciso acontecimiento hizo del caserío un lugar peculiar: "La carretera nos llegó hace cincuenta y pico de años. Eso parece un montón, pero no es nada. Por eso, mantiene tanto el sector ganadero con el pastoreo. Muy pocos lugares de Tenerife quedan con el pastoreo de esta forma: con el ganado durmiendo suelto, que se recoja como hacían los aborígenes o como hicieron nuestros abuelos", reconoce.

Principales amenazas

Perder esta manera de pastorear significaría la ausencia de un modo de vida que se remonta a los aborígenes. Sus principales amenazas ya las ha citado López: el relevo generacional, el contexto legislativo agrario y también responde al planteamiento en cuanto a que algo parecido a la filoxera, que ha afectado a la viña en Tenerife, suceda con el ganado caprino. "Lo tenemos a huevo para que suceda todo. En la península están viviendo un ataque de lengua azul que están por los suelos. Muriendo ganado bovino a diestro y siniestro. Eso está ahí mismo. Creo que están las condiciones perfectas para que nos afecte a todos por la situación global en la que estamos. No descarto que pase algo parecido, lo tengo cada vez más claro", sentencia.

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