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Acción Social

Más de 2.800 tinerfeños duermen en las calles, la mayor cifra en cinco años

Cáritas presenta su quinto balance sobre exclusión residencial extrema con unos datos que han ido a peor exponencialmente tras la covid-19

Una voluntaria de Cáritas Diocesana se dispone a entrar en una  infravivienda del sur de Tenerife.

Una voluntaria de Cáritas Diocesana se dispone a entrar en una infravivienda del sur de Tenerife. / ED

Santa Cruz de Tenerife

La exclusión residencial extrema aumenta exponecialmente en Tenerife. Lo demuestran los datos del quinto informe anual de Cáritas Diocesana. El documento constata que 2.838 personas carecen de un hogar digno en la Isla, la cifra más alta en este lustro con un crecimiento notable desde la pandemia de la covid-19. El balance de la organización humanitaria de la Iglesia, con la colaboración del Cabildo a través del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), no se limita a quienes pernoctan en la calle, sino que incluye las diferentes situaciones de sinhogarismo.

El estudio fue presentado en el TEA en el marco de las II Jornadas sobre Sinhogarismo. Desgrana las múltiples caras de una emergencia habitacional que se extiende por los 31 municipios de Tenerife. Incluye a los que duermen al raso pero, también, a quienes malviven en infraviviendas o asentamientos improvisados, aquellos que sobreviven en alojamientos temporales o se hacinan en condiciones inhumanas. Situaciones de vulnerabilidad incluidas en el informe en función de los distintos escenarios de exclusión residencial que se encuentran los equipos técnicos de Cáritas de Tenerife.

El resumen frío de las cifras es el de un incremento en 2024 del 23% de personas en situación de exclusión residencial extrema en la Isla respecto a 2023, situando el dato en su máximo histórico en los cinco últimos años, una tendencia impulsada por la grave crisis en el acceso a la vivienda, la influencia de la gestión turística y migratoria y las deficiencias estructurales del sistema de protección. En definitiva, el documento pone de manifiesto el agravamiento de una crisis social que ya alcanza dimensiones estructurales. Desgrana, además, las múltiples caras de la emergencia habitacional .

El 76,5% de las personas afectadas son hombres y el 29,2%, de origen extranjero. Además, el análisis de las trayectorias vitales revela que el 49,9% provenían de situaciones de vivienda normalizada antes de caer en la exclusión. Así, la pérdida del hogar familiar (26,1%) o los impagos del alquiler (7,2%) aparecen como desencadenantes frecuentes, desmontando el prejuicio que asocia el sinhogarismo exclusivamente con patologías previas.

Cáritas concluye que estas situaciones evidencian las carencias del Plan Canario de Vivienda 2020-2025. Según el Istac, sólo se han construido 1.152 en régimen protegido. En el periodo 2024-2025 se han inscrito como demandantes de vivienda 27.500 personas, 10.500 más que en el periodo anterior.

Las causas que articulan estas situaciones van de la carencia de red de apoyo (43,1%) a barreras administrativas (15,3%) y dificultades económicas (11,6%). Los desahucios por impago de alquiler aumentaron un 4,5% en 2024.

El impacto en la salud de la exclusión residencial es devastador: el 44,5% de las personas de este colectivo padece enfermedades crónicas, con especial prevalencia de trastornos mentales graves (14,8%), depresión (9,2%) y ansiedad (8,3%).

Este quinto informe reclama actuaciones vinculadas al aumento del parque de vivienda social. Cáritas insta a todas las administraciones a asumir su responsabilidad porque «la vivienda es un derecho humano, no un privilegio» y «nadie debe dormir a la intemperie por falta de un alojamiento accesible, seguro y apropiado».

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