Ataques piratas, una erupción, plagas de langostas y hasta el fin de la Guerra Civil: así han sido las 45 salidas de la Virgen de Candelaria
La 'Morenita' inicia este sábado su visita a Santa Cruz de Tenerife dentro de la alternancia con La Laguna cada siete años como punto de peregrinación

Última peregrinación de la Virgen de Candelaria en 2018 / Delia Padrón

Santa Cruz de Tenerife ya está preparada para recibir mañana a la Virgen de Candelaria. La visita está enmarcada en la decisión adoptada en 2001 por el entonces obispo de la diócesis, Felipe Fernández, de que la imagen peregrinara cada siete años a la zona metropolitana alternando la capital civil, Santa Cruz, con la capital religiosa, La Laguna. Pero, ¿y antes? ¿Por qué la imagen de la ‘Morenita’ ha salido de su santuario? ¿Y cuántas veces lo ha hecho?
En la población ha calado el testimonio de los que vivieron algunas de estas particulares procesiones, pero lo cierto es que «el relato se ha perdido o se ha desvirtuado con el paso de los años», según reconoce el cronista de la Villa Mariana, Octavio Rodríguez, quien desgrana las tres grandes etapas en lo que a peregrinaciones de la Virgen de Candelaria se refiere.
Lo cierto es que ha habido motivos de lo más variopinto para ‘sacar’ a la Virgen del municipio costero. Sequías, plagas, pandemias y otras catástrofes como un volcán; recaudación de fondos, celebraciones civiles e, incluso, ataques de piratas. Esta es la historia de los recorridos de la Patrona en Tenerife.

Cronista de Candelaria, Octavio Jiménez. / María Pisaca
Octavio Rodríguez explica que la primera vez que la imagen de la Virgen de Candelaria salió de la localidad fue en 1554, en plena guerra entre España y Francia. «En aquel momento el santuario estaba aislado, sin protección, y existía la amenaza de que los franceses robaran a la Virgen», añade el cronista.
La ‘Morenita’ estuvo durante cinco meses en La Laguna, «que pretendía no devolverla a Candelaria, recuerda Rodríguez antes de explicar que «el regreso a la localidad se inició de noche, con los monjes casi entrando por la puerta de atrás».
Plagas y epidemias
Desde ese año y hasta 1771 se sucedieron 38 salidas de la Virgen de Candelaria, la mayor parte de ellas de carácter rogativo; es decir, organizadas para pedir a la ‘Morenita’ cuestiones que afectaban a la población tales como sequías, una plaga de langostas o epidemias.
A ellas se suman otras ‘evacuaciones’ en las que las instituciones religiosas decidían proteger a la imagen. «Cada vez que se acercaba un barco de piratas berberiscos se llevaba a la Virgen hasta La Laguna, para evitar que le robaran sus joyas o la secuestraran para pedir un rescate, como era frecuente en aquella época», relata Jiménez.
De esas casi 40 salidas, todas al municipio lagunero y siempre por el Camino Viejo, destaca una huida casi literal. «El 2 de febrero de 1705, mientras se celebraban las fiestas de Candelaria, entró en erupción el volcán de Arafo y se decidió llevar a la Virgen a La Laguna».
En esos años se documentaron dos circunstancias que aún perduran a día de hoy. La primera fue en 1749, cuando después de que la Virgen estuviera varios meses en La Laguna, a su llegada a Candelaria se registrara «la primera ceremonia de los guanches». La segunda es el abandono del Camino Viejo y el uso de El Chorrillo para el recorrido por ser «mucho menos arriesgado».

Plaza de la Basílica de Candelaria / / Ayuntamiento de Candelaria
Pérdida de la devoción
Después de 1771 se sucedieron casi 170 años sin que la Virgen de Candelaria saliera de su santuario. Este más de siglo y medio de vacío obedece, según el cronista del municipio, a la unión de varias circunstancias. La primera de ellas tiene que ver con la estabilización de la propia imagen en la localidad, con la construcción de la primera basílica (posteriormente arrasada por el fuego).
De forma paralela a la construcción de este edificio, Tenerife vivió «el peor diluvio de su historia, con entre 300 y 1.000 muertos». En esas lluvias, la fuerza del agua arrasó la localidad costera de Candelaria, llevándose con ella a la propia imagen, que se perdió para siempre.
«A la gente le costó mucho identificarse con la nueva, por lo que se redujo mucho la devoción», comenta el cronista, quien añade que a ello colaboró que durante esa época se produjo la desamortización de los bienes de la Iglesia y, con ello, la ‘expulsión’ de los dominicos.
Cuatro en el siglo XX
Fue en el siglo XX cuando se retomaron las salidas de la Patrona al resto de la Isla, también por motivos de lo más variados. La primera de ellas fue en 1939, tras el fin de la Guerra Civil y que se enmarcó dentro de los actos de «la fiesta de la victoria». «Según los testimonios de la época, esa visita fue especialmente emocionante. Al paso de la imagen los devotos se arrodillaban ante ella, lloraban e, incluso, hubo algún desmayo», explica Octavio Rodríguez, quien entiende que «muchos de ellos agradecían a la Virgen que sus hijos habían vuelto».
Casi tres décadas después se produjo lo que hasta hoy sigue siendo la salida más prolongada de la imagen mariana: entre octubre de 1964 y enero de 1965 la Virgen recorrió todos los municipios de la Isla con la intención de recaudar fondos para la construcción del Seminario Diocesano de La Laguna.
Esta verdadera peregrinación, que se replicó en La Palma, La Gomera y El Hierro por el mismo motivo, «fue todo un éxito, porque para muchos tinerfeños era la primera vez que recibían a la ‘Morenita’ en su propio pueblo y muchos de ellos la nombraron alcaldesa honoraria y perpetua».
Y, de nuevo, pasaron casi tres décadas hasta que se registrara una nueva salida mariana. En 1994, Santa Cruz de Tenerife quiso incluir una visita de la Patrona dentro del programa de actos por el quinto centenario de la ciudad. Fue la primera vez que la capital recibía a la Virgen de Candelaria. Tres años después, La Laguna emuló esta idea y acogió también a la imagen en 1997.

Mapa en el que se muestra el recorrido de la Virgen de Candelaria / ED
Cada siete años
Precisamente, la gran acogida de estas dos peregrinaciones despertaron la idea en el entonces obispo de la Diócesis Nivariense, Felipe Fernández: institucionalizó la visita de la imagen cada siete años alternando a Santa Cruz de Tenerife.
La primera con esta fórmula se desarrolló en octubre de 2002 y, curiosamente, fue la única que pudo vivir Fernández como obispo, ya que se retiró poco después. Ya con Bernardo Álvarez en el obispado, en mayo de 2009, cuando se produjo el primer camino a La Laguna, dentro de la alternancia.
La siguiente debía haber sido en 2016 y a la capital de la Isla, pero el mismo obispo propuso que se enmarcara dentro de la celebración del bicentenario de la Diócesis, por lo que se trasladó a 2018 y se repitió en La Laguna. Por tanto, la actual visita corresponde a esta alternancia y, por eso, se trasladará a Santa Cruz de Tenerife desde mañana.
Lo que sí tienen en común las 45 salidas de la Patrona de su santuario es la devoción que despierta a su paso. «Siempre ha estado acompañada por miles de feligreses, que caminan tras la imagen», recuerda el cronista, antes de concluir que entre las más numerosas peregrinaciones destaca la celebrada con motivo del fin de la Guerra Civil, cuando llegaron a acompañar a la Virgen hasta 200 vehículos de autoridades civiles, religiosas y militares en su regreso hasta el municipio de Candelaria.
- El tinerfeño Daswani presumía de obtener 7.000 euros de rentabilidad en 30 minutos
- El héroe de Tenerife que salvó a tres turistas de morir ahogados: 'Me lancé al mar sin pensarlo
- Más de 600 bocadillos al día y menos de 4 euros: así es el bocadillo que triunfa en este municipio de Tenerife
- La Aemet avisa de un cambio de temperaturas en Tenerife este miércoles
- El Cabildo pone en venta por 10 millones bitcoins que compró por 10.000 euros
- Fin de semana pasado por agua en Tenerife: esta es la previsión de la Aemet
- Dueño de los mejores centros de ocio de Tenerife y un amante de los animales: así es el empresario más rico de la provincia según la Lista Forbes 2025
- La Aemet alerta de lluvias torrenciales y fuertes vientos en Tenerife por la borrasca Claudia