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Amenaza sobre la flora del parque nacional

El nuevo plan del Teide apuesta por la eliminación del muflón en cinco años

Empieza la segunda campaña anual de captura de este especie introducida por el franquismo en 1971

Un muflón cazado en Tenerife. | E. D.

Un muflón cazado en Tenerife. | E. D.

Daniel Millet

Daniel Millet

Santa Cruz de Tenerife

El Cabildo de Tenerife tendrá un plazo máximo de cinco años para acabar de forma definitiva con los ejemplares de muflón que quedan en el Parque Nacional del Teide. Lo contempla el nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de la joya de la naturaleza tinerfeña. Esta especie emparentada con la oveja, con el nombre científico de Ovis gmelini musimon, es una de las principales amenazas para la flora exclusiva de la cima de España.

Según este documento, aprobado el pasado lunes por el Patronato del Parque Nacional –órgano consultivo formado por las administraciones y organismos educativos, sociales, empresariales y científicos–, el Cabildo, como gestor del Teide, debe elaborar un plan específico de erradicación de esta especie durante los 12 meses posteriores a su entrada en vigor que «planteará un objetivo de erradicación en un periodo no superior a cinco años».

Su eliminación se seguirá haciendo a través de las dos campañas de caza que se organizan cada año. Este 2025, el primer periodo tuvo lugar entre el 28 de abril y el 6 de junio y el segundo acaba de comenzar. Desde el pasado miércoles primero de octubre y hasta el 14 de noviembre, 47 cuadrillas –con hasta 22 cazadores cada una que han recibido la autorización– se desplegarán por zonas concretas del parque nacional con sus escopetas para capturar el mayor número posible. El objetivo: que no quede ni uno.

El muflón fue introducido en el Teide por el franquismo en los estertores de la dictadura. Los primeros 11 ejemplares llegaron a bordo de un avión alemán en febrero de 1971 procedentes de Córcega. Hacía 17 años que este paraje volcánico único en el mundo había sido declarado parque nacional, pero el régimen de Franco se saltó las más elementales normas de conservación. Introdujo estas ovejas de alta montaña, con amplias poblaciones en la Europa continental y que jamás habían pisado la isla, como privilegio para que unas élites pudieran practicar por primera vez la caza mayor.

Los muflones se convirtieron entonces en parte del paisaje de las Cañadas, sobre todo los machos con sus grandes cuernos que se curvan a ambos lados de la cabeza. Desde el primer momento, sin embargo, también supusieron una seria amenaza para la rica y única biodiversidad del Teide. Más de medio siglo después, los muflones, considerados una especie invasora, siguen siendo un quebradero de cabeza al contar en su dieta favorita con 14 endemismos isleños, 12 exclusivos del parque nacional.

Desconocimiento del muflón

Los cazadores tinerfeños que participan en estas batidas aseguran sobre el plazo de cinco años para la erradicación total establecido en el nuevo PRUG que es «imposible de cumplir». Antonio Porras, cazador que ha participado varias veces en estas jornadas de control cinegético como la campaña que se abrió el pasado mes de mayo, considera que quienes han fijado este periodo no conocen al muflón, ni saben cómo se comporta en una zona tan extensa como el Parque Nacional del Teide, de 189 kilómetros cuadrados.

«Son animales muy esquivos, que se ocultan entre la maleza y corren a gran velocidad», cuenta Porras, que no sabe a ciencia cierta cuántos quedan en el Teide, ni tampoco existe un censo actualizado. «Yo calculo que quedarán unos 200 pero es difícil de saber, porque no solo se mueven por el Teide, sino también por la Corona Forestal», matiza.

Hay siete sectores del parque nacional –uno más que el año pasado– por donde se podrán mover las 47 cuadrillas, cada una de las cuales tendrá en esta temporada de otoño una jornada para la caza del muflón, entre el lunes y el viernes, nunca en fin de semana y en jueves. Además de la autorización expresa para entrar en el sorteo de los sectores del control de esta especie, cada miembro debe presentar la licencia, el permiso de arma y demostrar que la escopeta está en buenas condiciones.

Jornadas extraordinarias

Además de los 26 días de este periodo entre este mes y noviembre, habrá varias jornadas adicionales para aquellas cuadrillas que consigan más puntuación. El cómputo total se calcula en virtud del número de capturas, de tal manera que un macho vale un punto y una hembra vale dos. El año pasado, las cuadrillas dieron caza a alrededor de 150 ejemplares.

El nuevo plan rector del Teide no solo se fija como objetivo eliminar los muflones en cinco años. También establece una serie de normas para una actividad extraordinaria de control de esta especie que suele generar mucho interés en una región con gran afición a la caza: hay más de 8.000 licencias. Por ejemplo, no se puede usar munición con plomo, las cuadrillas no podrán tener más de 15 cazadores y «no se concederán permisos a aquellas personas o cuadrillas que no demuestren una mínima eficacia en las tareas de control».

Asimismo, el nuevo PRUG establece que «al finalizar cada temporada se añadirán un máximo de dos jornadas de control adicionales, destinadas a aquellas cuadrillas que hayan abatido mayor cantidad de muflones hembra». Y a los efectos de valorar la efectividad de la actividad «se efectuarán censos de la población de muflones con una periodicidad, al menos semestral, mediante el método que establezca la comisión científica del Patronato».

Otras especies de fauna invasora incluidas en el documento son el conejo silvestre –también se puede cazar con escopeta, perro o hurón siempre con autorización expresa–, la paloma común, los gatos asilvestrados, ratones, ratas y perros. «Se deberán utilizar los métodos de captura acordes a la normativa vigente en la materia», detalla sobre estos animales que también provocan daños en la flora del Teide.

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