"Mis vecinos querían matarme": sobrevivió en Tenerife a un ataque con un hacha
La víctima declara en el juicio que les había llamado la atención para que no tiraran piedras a los coches y que no dejaran suelto a su perro

La víctima declara delante de los dos acusados durante la vista oral en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. / El Día

"Para hacerme daño no hacía falta ni un hacha ni un cuchillo. Aquellos días estaba muy débil, iba con bastón y hubiera bastado con que me soplaran para hacerme daño. Querían matarme". La víctima de una brutal agresión recordó así este miércoles el ataque que sufrió por parte de dos de sus vecinos, los hermanos José Manuel y Domingo D.P., el 7 de octubre de 2023 en el municipio de Santa Úrsula, en el norte de Tenerife, durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Los dos presuntos agresores están acusados de un delito de asesinato en grado de tentativa por el que la Fiscalía solicita que se imponga a cada uno de ellos la pena de 12 años de prisión, 10 años de libertad vigilada y una indemnización de 28.100 euros por los daños morales causados y los gastos médicos sufragados por la víctima.
Las disputas entre estos vecinos estarían en el trasfondo de este violento ataque. La víctima les había llamado la atención a los dos hermanos en ocasiones anteriores por cosas como que «tiraran piedras desde un puente a los coches que pasaban por la autopista», pero aquella vez les recriminó por «haber matado a un perro con un hacha». Hasta la fecha todo había quedado en palabras, sin embargo, aquel día los hermanos respondieron de forma muy diferente a sus reproches y la víctima no se esperaba que fueran a agredirle de forma tan violenta.
Una agresión brutal

Exteriores del Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife. / El Día
Según la versión de la víctima, tras llamarles la atención, los dos hermanos irrumpieron en el patio de su casa y comenzaron a golpearle con el hacha y con un arma blanca de la que dijo que no estaba seguro si era "un machete o un cuchillo jamonero". Aseguró que empezaron a agredirle de forma reiterada, primero con el hacha y luego con el bastón que llevaba: "Era de metal y lo doblaron por los golpes que me dieron con él en la espalda, las piernas y el resto del cuerpo", expuso. La víctima, que tiene reconocido un 87% de discapacidad, añadió que el otro hermano le hizo "varios cortes en el cuello y la cabeza" con el arma blanca que esgrimía.
El hombre relató cómo, en medio del ataque, logró arrastrarse malherido hasta la puerta principal de la casa mientras los acusados intentaban derribarla y continuaban profiriendo amenazas e insultos. Dentro de la casa aseguró que el atacante que llevaba el hacha le destrozó una moto de su propiedad antes de intentar abrirse paso para entrar en su casa.
Aseguró que llegó a perder el conocimiento en varias ocasiones, pero aun así logró llamar al 112. Varios vecinos oyeron el alboroto, se acercaron y lograron calmar a José Manuel D. P., a hasta arrebatarle el hacha. Esos vecinos manifestaron que "se notaba que había bebido mucho". Los dos hermanos "estaban fuera de sí, destrozaron la puerta de entrada al patio, una moto e intentaban echar abajo la puerta de madera de la casa". Esos mismos vecinos, aseguraron que el otro hermano implicado en los hechos es "conocido por tener problemas de salud mental".
Aunque la víctima manifestó que mientras estaba dentro de su casa les oyó decir que "lo iban a matar", uno de los testigos manifestó que no oyó eso y, en cambio, aseguró que lo que le dijeron fue que "ya no vas a volver a mirarnos mal nunca más".
"Me sorprendió que siguiera con vida"
Los primeros agentes en llegar, de la Policía Local, pensaron en un principio que se trataba de una disputa entre los hermanos. "No sabíamos que se había producido un ataque contra el vecino que había logrado escapar hacia su casa", manifestó uno de los agentes quien reconoció que de eso se enteró luego. Otro de los policías aseguró que a su llegada había visto unas "manchas de sangre y una sandalia" por fuera del patio de la casa de la víctima.
Más tarde llegó otra dotación policial y, al acceder a la vivienda, hallaron un reguero de sangre y a la víctima con múltiples heridas, entre ellas una profunda brecha en el cuello. Una agente relató que le "sorprendió que siguiera con vida".
Además de los 12 años de prisión, el Ministerio Público solicita una multa de 6.000 euros, la prohibición de residir en Santa Úrsula durante ocho años, y órdenes de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima tras la eventual salida de prisión.
La víctima reclama 5.600 euros por los daños materiales ocasionados en su moto y en la puerta de entrada, mientras que el Servicio Canario de la Salud reclama otros 16.500 euros por los gastos derivados de su atención sanitaria.
La próxima semana se reanudará el juicio con la intervención de los peritos y los dos procesados.
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