¿Por qué se llama así Güímar? Hay varias teorías y una aparición divina

Los cronistas de la conquista recogieron grafías muy distintas, como Aguímar, Agoymad, Goymad, Ygoymad… y así hasta veintidós variantes documentadas

Panorámica de Güímar.

Panorámica de Güímar. / Carsten W. Lauritsen

Santa Cruz de Tenerife

En el sureste de Tenerife se abre un valle fértil que fue, en tiempos guanches, reino independiente y más tarde escenario del hallazgo de la imagen que daría lugar a la mayor devoción mariana de Canarias.

Su topónimo, de origen amazige, aparece ya en las datas de reparto de 1498 y ha sobrevivido con apenas cambios fonéticos, bautizando hoy el municipio y manteniendo viva la memoria de aquel antiguo menceyato: Güímar.

Pero ¿qué significa exactamente la palabra y cómo ha llegado intacta hasta hoy?

Varias teorías

Los cronistas de la conquista recogieron grafías muy distintas, como Aguímar, Agoymad, Goymad, Ygoymad y así hasta veintidós variantes documentadas.

Sobre el origen del topónimo existen dos explicaciones principales.

  • La primera, avalada por el Diccionario histórico-etimológico del amazige insular (ULPGC) y por filólogos como Maximiano Trapero, lo relaciona con el vocablo bereber w-imar, "ángulo, esquina o rincón", una definición que encaja con la forma del valle: un quiebro geográfico encajado entre la dorsal de Pedro Gil al norte y la ladera de Agache al sur.
  • La segunda procede de los etnógrafos Juan Bethencourt Alfonso y Luis Diego Cuscoy, quienes recogieron tradiciones orales según las cuales el nombre significaría "las lanzadas", aludiendo a una antigua batalla o rito guerrero celebrado en la llanura costera de Chimisay, lugar donde siglos después aparecería la imagen de la Virgen de Candelaria.

Aunque ninguna tesis está plenamente demostrada, ambas coinciden en subrayar la raíz guanche del término y su estrecha relación con la orografía y la historia bélica del territorio.

Aparición de la Virgen

Hacia 1390 los pastores de la zona hallaron en la playa de Chimisay una talla femenina de madera, que denominaron Chaxiraxi. Aquella figura se instaló primero en la cueva de Chinguaro (valle alto) y, después, en la cueva-añepa de Achbinico (actual Candelaria).

Siglos más tarde, a aquella aparición "divina" la Iglesia la identificó como la Virgen de Candelaria y el episodio convirtió al valle en el primer santuario mariano de Canarias, con un creciente flujo de peregrinos y ofrendas.

La conquista

Antes de 1494 el valle que hoy forma el municipio de Güímar era uno de los nueve menceyatos en los que se dividía Tenerife. Su territorio abarcaba prácticamente toda la fachada sureste de la isla: desde el actual barranco del Hierro, al norte, hasta el de Herques, al sur, y desde la costa hasta la cumbre de Las Cañadas.

El mencey de Güímar, primero Acaymo y, tras su muerte, su hijo Añaterve. gobernaba un grupo estimado entre 3.000 y 4.000 habitantes según cálculos de los arqueólogos basados en restos de vivienda y necrópolis.

El valle mantenía relaciones fluidas con los cercanos Abona (al sur) y Taoro (al norte).

La tradición oral lo describe como menceyato pacífico, y Añaterve fue el primer rey guanche en firmar un pacto de alianza con Alonso Fernández de Lugo en 1494, actuando de mediador entre los castellanos y los bandos rebeldes.

Cuando las huestes de Lugo desembarcaron, Añaterve ofreció víveres, guías y soldados auxiliares a cambio de mantener el control sobre sus pastos. Gracias a esa alianza, los castellanos usaron el puerto natural de El Socorro como base logística y desde ahí avanzaron hacia el norte.

Tras la capitulación de 1496, el mencey recibió el bautismo cristiano, tierras de regadío y título de “caballero noble”, integrándose en la nueva administración.

Tras la anexión castellana, el nombre no se perdió. En las datas de repartimiento de tierras se sigue hablando de “todo el término de Guymar”. Con el tiempo la grafía se castellanizó en Güímar, designando primero el valle y después el núcleo urbano que hoy es capital municipal.

Diferentes grafías

La escritura europea intentaba reflejar un sonido ajeno al alfabeto castellano: una u semiconsonante seguida de i.

De ahí aparecen transcripciones con o, y o incluso con dos sílabas (Gui-mad).

Sólo a partir del siglo XVIII los mapas comienzan a usar la diéresis para fijar Güímar, forma aceptada por la Real Sociedad Geográfica en 1845.

El municipio concentra el mayor número de voces guanches conservadas en Tenerife: Chinguaro, Chacaica, Aguache, Chimaje, Tasagaya… Más de veinte pagos, barrancos o cuevas mantienen intacta la raíz lingüística del menceyato, prueba de la importancia demográfica que tuvo la zona antes de 1496.

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