Una niña de Tenerife acusa a su padre de «tocarla» cuando dormía con él por miedo

La Fiscalía solicita una pena de 12 años de prisión por los dos episodios que ocurrieron cuando la víctima tenía seis años

El acusado, este lunes durante un momento de la vista oral.

El acusado, este lunes durante un momento de la vista oral. / El Día

Miguel Ángel Autero

Miguel Ángel Autero

Santa Cruz de Tenerife

Tenía seis años de edad. Una niña le reveló a su madre que no quería volver a la casa de su padre porque «le había tocado sus partes íntimas después de pedirle dormir con él en su cama, junto a su hermano pequeño, porque tenía miedo a la oscuridad». Ella fue a buscar a la pequeña a casa del progenitor. Cuando iba en el coche, la encontró rara: «Se movía en el asiento de seguridad y estaba incómoda». La madre le preguntó que qué le pasaba pero no le contó nada en ese momento, luego en casa se lo confió todo y «fue horrible». Esto es parte de lo que declaró ayer la madre de la niña en el juicio que se sigue contra su exmarido, y padre de la menor, en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

Según sostuvo la madre de la menor –en una declaración que duró más de una hora–, la pequeña le confesó el 27 de agosto de 2021 que su padre la había tocado en sus partes íntimas y que le dolía. Según le contó esa misma noche la niña, no había sido la primera vez. Con anterioridad, la había sentado sobre el regazo en un sillón del salón y «le había pedido que le tocara su miembro», añadió la mujer quien, hasta ese mismo día, desconocía estos hechos.

La mujer llamó a su padre –abuelo de la niña– para contarle lo que le había contado su nieta. Aseguró en la sala que pensaron llevarla a un médico o psicólogo para luego, con un informe, denunciar los hechos ante la Guardia Civil. Sin embargo, aseguró que las terapeutas le dijeron que denunciara los hechos sin esperar. Y así, asegura que lo hizo el 31 de agosto.

El matrimonio, que había estado viviendo en Santa Úrsula, se acababa de separar, de hecho en abril de ese año fue cuando el hombre –hoy acusado– se trasladó de la vivienda familiar a otra en La Orotava, que es donde habrían ocurrido los hechos denunciados.

«Tenía prontos violentos»

Según la madre de la pequeña, esos hechos no se habrían producido en la casa que el matrimonio había compartido hasta hacía poco, sino en la vivienda a la que se mudó su exmarido. En un momento de su declaración sostuvo que su exmarido «tenía prontos violentos, era controlador y supe que me tenía intervenido mi canal de Telegram, porque vi conversaciones manipuladas que no había escrito y porque sus contactos se trasladaron a mi agenda», detalló la mujer que añadió que él es informático.

Tras la declaración de la mujer, que se encontraba en un estado de nervios bastante visible, le tocó el turno a la niña que ahora tiene 10 años. Si larga fue la declaración de su madre, el testimonio de la pequeña no se quedó atrás. De hecho, el presidente del tribunal anunció que solo iban a declarar otros dos testigos más y que la vista se suspendía a falta de tres más, las exposiciones de los peritos y el interrogatorio del propio acusado como presunto autor de dos delitos de abusos sexuales, dando una nueva fecha para continuar con el procedimiento.

La niña vino a ratificar lo que había dicho su madre previamente en sala. En ocasiones había dormido en la cama de sus padres porque «tenía miedo a la oscuridad» y expuso que «nunca había ocurrido nada extraño en la casa familiar, solo en la «casa nueva» del acusado, a quien durante su declaración siempre llamó por su nombre de pila. 

«No creo que se merezca que lo llame papá»

«No creo que se merezca que lo llame papá, un buen padre no hace eso con una hija», zanjó a través de una videoconferencia que solicitó el abogado de la acusación particular para evitar que víctima y acusado pudieran coincidir.

A preguntas de la defensa la niña aseguró que había «tenido pesadillas». «¿Con un niño rubio?», le preguntó el letrado, a lo que ella contestó que no: «Con mi padre, soñé que venía a cortarnos la cabeza a todos por contar lo que me había hecho», espetó la pequeña.

El Ministerio Fiscal solicita que se le imponga una pena de seis años de prisión por cada uno de los dos delitos de abusos sexuales, otros seis años de libertad vigilada una vez cumplida la pena de cárcel y 10 años de alejamiento y comunicación con su hija. 

Por su parte, el abogado de la defensa solicita la libre absolución del acusado al negar que dichos abusos se hubieran producido.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents