La portada de la Casa de los Capitanes, en La Laguna, será restaurada
El Consistorio promueve el proyecto para evitar un mayor deterioro de la entrada de este inmueble del siglo XVII

Casa de los Capitanes. / El Día
La portada de piedra de la Casa Alvarado Bracamonte, conocida popularmente como la Casa de los Capitanes Generales, será objeto de restauración. Se trata de un inmueble del siglo XVII incluido entre los de mayor valor patrimonial y más representativos del casco histórico, así como Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento, desde 1981. En la actualidad, es sede del Ayuntamiento de La Laguna y de su Alcaldía. El gobierno municipal promueve el expediente para sacar a concurso los trabajos durante este ejercicio al objeto de que puedan ser contratados y comenzar la obra en el año 2026.
El alcalde lagunero, Luis Yeray Gutiérrez Pérez, explica que «nuestro objetivo es seguir avanzando en acciones que garanticen la conservación del patrimonio histórico y monumental de la ciudad». En el caso de la portada de la Casa de los Capitanes, el regidor plantea que «queremos actuar cuanto antes para evitar que siga deteriorándose», motivo por el que «vamos a iniciar los trámites para acometer un proceso similar al que estamos llevando a cabo ahora mismo en la portada del Corregidor».
Similar a la portada del Corregidor
Ángel Hernández Chinea, concejal de Obras e Infraestructuras, incide en que «el objetivo es realizar ya esta intervención precisamente para evitar lo ocurrido con la portada del Corregidor». Se refiere el edil al hecho de que, a causa de su avanzado estado de erosión, fue necesario colocar un andamiaje y una lona de protección durante más de siete años, «hasta que se pudo concluir la redacción del proyecto, obtener la financiación necesaria para su ejecución e iniciar las obras». La portada de la Casa de los Capitanes «es un caso similar, con un proceso de restauración de gran complejidad técnica debido a las características de la piedra y al estado que presenta el monumento».
Al igual que ocurre con la portada del Corregidor, el desgaste de la fachada de la Casa de los Capitanes viene dado no solo por la propia naturaleza del material y su envejecimiento, sino también por el efecto de los agentes climatológicos a los que se ve sometida, con continuos cambios de temperatura y una alta humedad relativa. Orientada hacia el noreste, la fachada se expone a humedades y vientos de componente norte que aceleran la erosión de la piedra.

Detalle de la portada de la Casa de los Capitanes. / El Día
Sin determinar el presupuesto
La intervención en la portada del Corregidor, iniciada en el mes de febrero, corre a cargo de Fundación Canaria General de la Universidad de La Laguna y cuenta con un presupuesto de 133.750 euros y un plazo de ejecución de siete meses. Sin embargo, Ángel Chinea señala que, «en el caso de la portada de la Casa de los Capitanes, todavía no podemos saber cuáles serán el presupuesto y el plazo de ejecución de los trabajos, aspectos que están condicionados a que contemos con un análisis detallado del estado del monumento y con el proyecto de restauración, pero la intervención de la portada del Corregidor puede darnos una idea orientativa».
Toba volcánica roja
Según se recoge en el portal Gestor de Patrimonio Cultural del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop), el inmueble es un claro exponente de la arquitectura doméstica canaria del siglo XVII. El capitán general de Tenerife Diego de Alvarado Bracamonte edificó la casa entre los años 1624 y 1631. Se trata de un inmueble valorado como excepcional del que se desprende la categoría social de sus antiguos moradores. Entre 1705 y 1723, residieron allí seis capitanes generales de Canarias. Ello lo dota de una fuerte carga histórica e institucional, que se mantiene en la actualidad como sede de la Alcaldía de La Laguna.
El exterior del edificio «se muestra como un gran lienzo» en el que las ventanas, enmarcadas en cantería roja, se distribuyen asimétricamente. La portada, también de toba volcánica roja, presenta dos cuerpos: el inferior, en el que se dispone la puerta de acceso encuadrada entre pilastras almohadilladas, y el superior, que cuenta con un balcón apoyado sobre ménsulas (o repisas) rematado por un frontón partido con una bola central. La decoración con dentículos se distribuye en la base del balcón, así como en los lados del frontón. Un motivo decorativo que se valora como «interesante» es el esgrafiado, puesto al descubierto, que asemeja una balconada con balaustres.
La cantera del obispo
La piedra basáltica de granulado compacto pudo proceder de la cantera Obispo de La Laguna, que era la más próxima a este enclave y la que mayor actividad registraba durante el primer cuarto del siglo XVII. Su utilización ha contribuido a aportar una mayor distinción arquitectónica al edificio, sobre todo al estar colocada en la fachada. En las dos plantas del inmueble se encuentran vanos adintelados, asimétricos entre sí, enmarcados con cantería. Su distribución irregular, tanto en su fachada principal como en la lateral, es un indicador de su construcción «en el seiscientos», señalan los expertos.
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