Descubre el desconocido edificio que era 'el último punto de España': "Fue el Silicon Valley de su época"

Ubicado en un enclave privilegiado, el inmueble, ahora en ruinas, supuso un hito tecnológico por su relevancia en el mundo de las comunicaciones

El Semáforo de Igueste 'saluda' al Juan Sebastián Elcano

E. D.

Santa Cruz de Tenerife

Mucho antes de que los semáforos dominaran la movilidad del país, con cientos de ellos en cada ciudad, hubo un edificio que se construyó como tal, para ser durante muchos años, "el último punto de España antes de seguir el trayecto" hasta América.

Ubicado en un enclave privilegiado, el inmueble, ahora en ruinas, "fue en su época el actual Silicon Valley, por su relevancia en el mundo de las comunicaciones". De hecho, fue uno de los primeros semáforos en toda la geografía española.

Un hito tecnológico que comenzó a funcionar a partir de 1884, después de que el Gobierno español decidiera crear una red de estaciones electro-semafóricas a lo largo de toda la costa, con el doble objetivo de alertar a la población ante posibles ataques y de guiar a los buques hacia puerto.

Se trata de la Estación de Señalización Marítima de Igueste de San Andrés, o como se le conocía coloquialmente, el Semáforo de La Atalaya, que fue el primero que hubo en toda Canarias.

Un momento del acto de bienvenida del Semáforo de Igueste de San Andrés al buque Juan Sebastián Elcano.

Un momento del acto de bienvenida del Semáforo de Igueste de San Andrés al buque Juan Sebastián Elcano. / E. D.

En Tenerife

En 1871, el Gobierno español decidió crear una red de estaciones electro-semafóricas. La Punta de Anaga, en Tenerife, fue señalada por la comisión de los Ministerios de Marina, Gobernación y Ultramar como un enclave privilegiado.

Solo un año después, el 30 de septiembre de 1884, se inauguró aquí la Estación de Señalización Marítima de Igueste de San Andrés, una de las veinte primeras construidas por el Ministerio de Fomento en España.

Erigido sobre la Atalaya de Anaga, a 222 metros de altitud sobre el acantilado, el conjunto ocupaba 1.194 m² de parcela, de los que 247 m² correspondían al edificio principal, y miraba al norte de la playa de La Jurada, justo donde un cable submarino recién instalado conectaba Tenerife con el mundo.

Antes de la radio

Desde ese punto, los buques en tránsito podían intercambiar mensajes internacionales por vía telegráfica, mucho antes de que la radio se extendiera a los mares.

Santa Cruz vista desde el Semáforo de Igueste de San Andrés. | | E.D.

Santa Cruz vista desde el Semáforo de Igueste de San Andrés. | | E.D. / José Manuel Ledesma Alonso

Según contó hace varios años a este medio el estudioso Javier de Vega, nieto del maestro local, el Semáforo de Igueste "fue en su época el actual Silicon Valley, por su relevancia en el mundo de las comunicaciones: acercó el telégrafo a Anaga y obligaba a los barcos que se dirigían a América a aproximarse para comunicar con su armador, antes de continuar su ruta; era el último punto de España antes de seguir el trayecto”. 

El portavoz del colectivo Semáforo de La Atalaya apuntó entonces que “quizás hoy no somos conscientes de la importancia que suponía para los armadores de los barcos saber que todo estaba perfecto antes de seguir hacia América”.

El edificio

El semáforo se alzaba en un cuerpo rectangular con dos viviendas de dos habitaciones, cocina y retrete, y un módulo adosado para el peón de servicio.

Separado de estas dependencias, un observatorio hexagonal ofrecía vistas de 360° para vigilar tanto la llegada de barcos como la aparición de amenazas.

En sus exteriores había dos aljibes que recogían agua de lluvia y un horno de pan, elementos que permitían a los dos vigías y al mozo de semáforos vivir en autonomía con sus familias hasta 1970.

Con el establecimiento del Código Internacional de Señales en 1852, el semáforo incorporó un mástil de 16 metros provisto de vergas, banderolas y drizas para izar las señales.

El Semáforo de Igueste San Andrés conmemora hoy 126 años de su construcción. | | EL DÍA

El Semáforo de Igueste de San Andrés / Humberto Gonar

En 1886, al inaugurarse la Comandancia de Marina en el Muelle Sur de Santa Cruz, la estación de Igueste mantuvo la comunicación visual con este nuevo puesto, reforzando su importancia en la cadena de vigilancia.

Modernización

La llegada del telégrafo submarino francés en 1894 supuso su modernización: la línea permite desde entonces un enlace directo entre Canarias y América, usado habitualmente por los buques que recalan en Tenerife.

Por su parte, la compañía británica Bruce, Hamilton & Cº había instalado en 1886 un semáforo propio para anticipar la llegada de sus cargueros, que solo funcionó hasta la apertura del semáforo eléctrico oficial de Igueste en 1893, cuando la empresa entregó al Ministerio de Marina su pequeño embarcadero y el camino de 2.054 metros por la ladera.

Sin embargo, el avance de las comunicaciones marítimas y la consolidación de redes de radio y radar dejaron obsoleto el sistema de banderas. El 2 de julio de 1970, el Ministerio de Marina transfirió el edificio al de Hacienda, que lo incorporó al patrimonio del Estado. A partir de entonces, el semáforo quedó deshabitado y sufrió actos vandálicos: las ventanas y puertas fueron arrancadas, sus tabiques derribados y sus aljibes y horno de pan destruidos.

Pintadas vandálicas en el Semáforo de San Andrés

Pintadas vandálicas en el Semáforo de San Andrés / El Día

Deterioro y centro de interpretación

Ante tal deterioro, asociaciones vecinales lograron que el Ayuntamiento de Santa Cruz incluyera la estación en el Catálogo de Patrimonio Histórico y paralizara su subasta pública en 2021 por 22.260 euros.

El esfuerzo se tradujo en diciembre de 2022 en la cesión por 15 años (prorrogables otros 15) de todo el complejo a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, con el fin de emprender su rehabilitación y redefinir su uso.

Ya en 2024 el Ayuntamiento capitalino inauguró el nuevo Centro de Interpretación del Semáforo de Igueste de San Andrés, una iniciativa desarrollada en colaboración con Intervento y el colectivo Semáforo de La Atalaya.

El Centro de Interpretación del Semáforo de Igueste de San Andrés busca ahora ser un punto de encuentro para los amantes de la historia, el patrimonio y la cultura local, ofreciendo un espacio dinámico y educativo para aprender sobre la historia marítima de Santa Cruz de Tenerife.

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