Santa Cruz, epicentro del Día de las Fuerzas Armadas en el décimo aniversario de la coronación de Felipe VI

La capital de Tenerife acoge por segunda vez en su historia el impresionante desfile, que toma la ciudad y abarrota las calles de militares y curiosos

Felipe VI durante el desfile de terrestre celebrado en Santa Cruz de Tenerife.

Andrés Gutiérrez

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Santa Cruz de Tenerife

Han tenido que pasar casi cuatro décadas para que el desfile de las Fuerzas Armadas regrese a la capital de Tenerife. Santa Cruz se convirtió este sábado 7 de junio en un hervidero de gente que no quiso perderse el día grande de esta celebración y que ha tenido a la ciudad sitiada durante la última semana. Los asistentes al acto central de esta conmemoración pudieron disfrutar de un desfile milimétricamente medido en el que no faltó detalle y que hizo las delicias de pequeños y grandes, sobre todo cuando aparecieron las unidades con base en las Islas, que fueron las que más aplausos recibieron.

Pasadas las once de la mañana arrancaron los actos centrales en una ciudad en la que era prácticamente imposible circular en coche. Pero no por los atascos -sorprendentemente escasos dado el amplio dispositivo puesto en marcha- sino porque el recorrido del desfile obligó a cortar algunas de las vías principales de acceso y circulación de la capital. A pesar de ello, fueron pocos los incidentes que se produjeron, lo que provocó que el ambiente festivo se respirara desde primeras horas de la mañana. Así, a muchos no les costó madrugar para acudir a la cita a pesar de que es fin de semana.

Nadie quiso perderse este desfile que se celebra cuando se cumple el décimo aniversario de la coronación de Felipe VI y que es el segundo que acoge la capital chicharrera, 39 años después de la primera parada. En aquella ocasión, el propio monarca, cuando aún era heredero, desfiló portando la bandera de España como caballero cadete de la Academia General Militar.

Protocolo

Todo estaba dispuesto en la avenida de la Constitución cerca del Auditorio de Tenerife, donde se instaló la tribuna que presidió el desfile. La Unidad de Música de la Guardia Real fue la encargada de entonar los primeros acordes de la jornada cuando el público comenzaba a acercarse a las vallas y los invitados hacían lo propio en las gradas. A las 11:30 horas, tal y como estaba previsto, llegaron los Reyes, que fueron recibidos por la ministra de Defensa, Margarita Robles; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Teodoro Esteban López Calderón; el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez.

Precisamente minutos antes de que se produjera este encuentro, tanto Robles como Clavijo protagonizaron un curioso momento cuando se saltaron el protocolo para que la ministra pudiera saludar personalmente al presidente de la Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Canarias (CoordiCanarias), Salvador Morales, quien no pudo acceder a las gradas puesto que no se encontraban adaptadas para personas con movilidad reducida.

Integrantes

Durante la mañana desfilaron en Santa Cruz de Tenerife hasta 3.266 militares de los ejércitos de Tierra y Aire y del Espacio, de la Armada, la Unidad Militar de Emergencias (UME), la Guardia Real y la Guardia Civil, que realizaron un recorrido de 1.120 metros cerca del litoral santacrucero. Tan solo el 13% de los participantes eran mujeres en esta edición del desfile que tuvo como novedad la participación de la bandera del Eurocuerpo como parte de la compañía Mar océano, y que portó un oficial español escoltado por suboficiales de Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Polonia.

La llegada de este desfile a Canarias ha modificado la rutina, no solo de Tenerife, sino también de Gran Canaria. Allí tuvo lugar, el viernes día 6, la antesala del día grande de las Fuerzas Armadas con la presencia del rey Felipe VI a la exhibición dinámica que tuvo lugar en la playa de Las Alcaravaneras, en la capital grancanaria. En la isla vecina se produjo, precisamente, una de las novedades de este año con la intervención por primera vez del submarino S-81 Isaac Peral.

Novedades

Otra de las novedades de este año fue la ausencia de los caballos que tradicionalmente escoltan al Rey y que también forman parte de la agrupación montada durante el desfile a pie. Debido al estrés que puede suponer el traslado desde la Península, la aglomeración de personas y el calor que se vivió durante la jornada, en esta ocasión no estuvieron presentes. La que sí que no faltó a la cita fue la emblemática cabra de la legión. Camarón es el nombre del macho cabrío que desfiló con el tercio Duque de Alba de la Legión, la agrupación que más rápido realizó el recorrido, con sus inconfundibles 160 pasos por minuto.

En el otro extremo estuvieron los integrantes de la Escuadra de Gastadores del Grupo de Regulares de Melilla n.º 52, uno de los últimos grupos en desfilar y que tan solo realizaban 90 pasos por minutos. No solo la velocidad del desfile caracteriza a esta unidad, que además es la más condecorada del ejército español.

Minuto a minuto

Los Reyes llegaron a la avenida de la Constitución para acudir al desfile a las 11:30 horas. Felipe vistió el uniforme de gala de la Armada y Letizia, por su parte, repitió uno de sus vestidos favoritos de la firma Carolina Herrera, de color blanco y con flores azules estampadas. Hicieron su aparición en una zona en la que la afluencia de público ha sido menor que en otros desfiles.

Esto se debe sin duda al carácter insular del emplazamiento elegido para esta ocasión y que se ha escogido después de que el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manual Bermúdez, cursara una invitación a la Casa Real para celebrar los actos conmemorativos del Día de las Fuerzas Armadas en la capital tinerfeña. A pesar de la menor cantidad de público, el entusiasmo de los asistentes no decayó en ningún momento. De hecho, se hizo aún más notable cuando, después de que el Rey pasara revista al Batallón de Honores y saludara a las autoridades civiles y militares, el personal de seguridad permitió el acceso de los ciudadanos que se pudieron ubicar más cerca de estas gradas.

Paracaidistas

Uno de los momentos más emocionantes tuvo lugar durante el salto paracaidista por parte de la patrulla acrobática del Ejército del Aire (Papea) desde 1.000 metros de altura. Con una absoluta precisión, los tres militares aterrizaron muy cerca de la tribuna presidencial convirtiéndose así en la despedida perfecta para el cabo primero Francisco Vico, quien portó la bandera de España de 24 metros cuadrados y 15 kilos de peso y que a finales del verano dejará el servicio activo para pasar a la reserva después de una vida dedicada al paracaidismo con más de 12.000 lanzamientos y numerosos premios en competiciones nacionales e internacionales.

Tras el izado de la bandera y el homenaje a los que dieron su vida por España -uno de los instantes más solemnes de la mañana-, siete aviones de la Patrulla Águila dibujaron en el aire con sus colores la bandera española, lo que supuso el pistoletazo de salida del desfile aéreo. Sin embargo, esta demostración tuvo que ser modificada en el último momento debido a las condiciones meteorológicas adversas.

Cambios

Así, el techo bajo de nubes hizo que finalmente volaran once formaciones con 45 aeronaves, de las cuales 18 fueron cazas y el resto helicópteros. Los F-18, encargados de la defensa del espacio aéreo de Canarias y con base en Gando (Gran Canaria) o el Batallón de Helicópteros de Maniobra VI (Bhelma VI) con base en Los Rodeos, fueron dos de las formaciones más aplaudidas por el público debido a su cercanía con los asistentes.

Un total de 2.896 militares, incluidos miembros de la Guardia Civil, participaron en el desfile terrestre, que estuvo encabezado por la sección de motos de la Guardia Civil con sus Harley Davidson Road King. En total recorrieron la avenida de la Constitución 86 vehículos y 36 motos.

También recibió muchos aplausos por parte de los asistentes la Unidad Militar de Emergencias (UME), que acudió con más de una decena de vehículos que dan buena cuenta del variado y valioso trabajo que realizan a lo largo y ancho de toda la geografía española. Tras este impresionante despliegue, la Patrulla Águila volvió a realizar un vuelo sobre los asistentes para poner el broche de oro a este acto central del Día de las Fuerzas Armadas.

Exposición

Sin embargo, este desfile no es la última oportunidad que tienen los civiles de acercarse al mundo castrense. Tras una semana repleta de actividades, los curiosos aún pueden aprovechar la jornada del domingo para visitar la exposición estática y dinámica de material militar en la avenida Marítima de la capital.

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